Potenciales biomarcadores tempranos del riesgo de diabetes
● Detectar a los pacientes antes de que surjan los síntomas permite evitar complicaciones
Las investigaciones realizadas en el seno del estudio di@bet.es, un ensayo de cohortes prospectivo de base poblacional con siete años y medio de seguimiento realizado en todo el territorio nacional, han contribuido a la identificación de potenciales biomarcadores tempranos asociados al riesgo de aparición de esta enfermedad y alteraciones asociadas en España, ya sea indicando un mayor o un menor riesgo. Algunos de estos resultados se han presentado en el marco del XXXV Congreso de la Sociedad Española de Diabetes que se está celebrando en Granada a cargo de investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Re de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem).
En su conferencia, Eva García Escobar, investigadora en el Hospital Universitario de Málaga, ha recordado las proporciones epidémicas a nivel mundial que está alcanzando la DM2, la forma más frecuente de diabetes. Y es que, “a pesar de las mejoras en los tratamientos, la DM2 representa un serio problema de salud con importantes costes para los sistemas sanitarios, por lo que la detección precoz de sujetos en riesgo, así como el abordaje temprano de sus síntomas, resultan fundamentales para retrasar la aparición de la misma y evitar el desarrollo de futuras complicaciones”. Entre ellos se incluyen perfiles metabolómicos, que recogen la contribución de los procesos inflamatorios y el papel del músculo, y proteínas del suero (tales como VEGFb o SP-D). También se identifican como posibles indicadores del desarrollo de estas patologías metabólicas factores epigenéticos (miRNAs), dietéticos, de estilos de vida o, incluso, medioambientales (partículas contaminantes). En concreto, sobre el patrón nutricional, según detalla esta experta, “parece que una dieta rica en vegetales y baja en grasas animales podría no sólo disminuir el riesgo de desarrollo de diabetes sino que también podría empeorar la regulación de los niveles de glucosa en estadios previos a la diabetes”.
Estos indicadores tempranos, a juicio de la investigadora, “son de utilidad en la evaluación del riesgo de desarrollo de DM2 y abren la posibilidad a nuevas estrategias de prevención y como dianas terapéuticas”; sin embargo, según reconoce, “son necesarias investigaciones orientadas a su validación clínica y analítica antes de que puedan llegar a ser utilizados en la práctica clínica”.
Entre estos biomarcadores, el profesor Eduard Montanya, director científico del Coberdem, ha hecho alusión a “las funciones del succinato en el balance energético, control de la glucemia y ritmos circadianos, y los avances en terapia génica para la diabetes y su traslación a la clínica”.
SUCCINATO
El succinato, un componente clave del ciclo de Krebs, desempeña un papel esencial en la producción de energía mitocondrial. Además de su función metabólica intracelular, puede actuar como señal extracelular a través de su receptor específico SUCNR1, similar a las hormonas, con efectos autocrinos, paracrinos y endocrinos. En la investigación dada a conocer por la investigadora Sonia Fernández Veledo se han evaluado los diversos roles del succinato (generado tanto por nuestras células como por la microbiota intestinal) en la modulación de la respuesta inflamatoria y la homeostasis glucídica postprandial.
Esto es importante, tal y como detalla, porque “en diversas patologías metabólicas, como la obesidad y la diabetes, se han identificado niveles crónicamente elevados de succinato, lo que agrava la inflamación y altera sus funciones fisiológicas en la regulación de la homeostasis energética”.
De hecho, la activación del eje succinato/SUCNR1 se ha vinculado con la fisiopatología de la diabetes y sus complicaciones asociadas. En esta investigación se sugiere, según explica esta experta, que “el succinato podría ser un biomarcador con capacidad predictiva en este contexto”.
La dieta baja en grasas y rica en vegetales reduce las alteraciones de la glucosa