La combinación de lluvia y altas temperaturas origina una plaga de mosquitos en Doñana
Almonte reconoce la “difícil situación” y la Diputación de Huelva trabaja para atajarla
Las condiciones climáticas de las últimas semanas, con lluvias abundantes seguidas de una ola de calor y del viento de levante, unido a las restricciones para fumigar en los límites del Parque Nacional Doñana propiciaron la proliferación en sus marismas de larvas de mosquitos que están protagonizando una “espectacular plaga” que afecta a toda la costa onubense y a la capital.
El presidente de la Diputación de Huelva, David Toscano, indicó que dicha plaga se está detectando desde el miércoles pasado y que se trabaja desde el Servicio de Control de Mosquitos de la institución para atajarla. “El agua ha venido muy bien para el campo, pero las zonas de Doñana que se encontraban secas se han inundado” y, al no poder actuar sobre el Parque Natural por su preservación, esto ha hecho que proliferen los mosquitos allí y se hayan desplazado a las zonas costeras de la provincia”.
“El Servicio de Control de Mosquitos, referente a nivel nacional, está trabajando a destajo, pero hay zonas, como Doñana, donde no puede entrar y hacer tratamientos, lo que ha provocado una ola espectacular de mosquitos que esperemos baje”, señaló Toscano.
Así, apuntó que no cree que “en todo el año, ni en mucho tiempo, se vuelvan a dar estas tres circunstancias a la vez”, y ha asegurado que “se está trabajando para que remita lo antes posible y que esto sea una pequeña pesadilla que hemos pasado en este momento de la primavera”.
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Almonte también se refirió a esta “difícil situación” que, no obstante, creen que se podría ver resuelta con la desinsectación con productos adecuados al entorno. El Consistorio considera otros recursos, como la instalación de torres ornitológicas capaces de acabar con plagas como estas en la temporada estival.
Ello supone una inversión adicional, para lo que recuerdan lo importante que es tener en cuenta un “reparto justo” del Ministerio para la Transición Ecológica en las ayudas a los municipios que contribuyen en este ecosistema y que sufren perjuicios que otros no padecen. Estas torres, con una altura de 12 metros y espacios diseñados tanto para aves como en una zona inferior para murciélagos, representan una solución sostenible que podría albergar a una fauna capaz de devorar hasta un millón de mosquitos al día.