Diario de Sevilla

¿Arrepentim­iento por permisos?

● Dos condenados en casos mediáticos admiten el crimen buscando beneficios

- Sagrario Ortega (Efe)

César Román, el Rey del Cachopo, condenado por el homicidio de Heidi Paz, ha reconocido el crimen en una carta. También Albert López, en la cárcel por el llamado crimen de la Guardia Urbana, ha confesado. Pero ¿basta un mero arrepentim­iento para obtener permisos penitencia­rios? La respuesta es no.

Así lo han asegurado jueces, criminólog­os y expertos en política penitencia­ria consultado­s por Efe después de que esta semana se haya sabido que ambos presos, que en sus respectivo­s juicios nunca reconocier­on la autoría, lo hayan hecho ahora en prisión.

El Rey del Cachopo lo ha plasmado en una carta a la Audiencia Provincial de Madrid, el tribunal que le condenó a 15 años de prisión, donde, tras una “profunda e íntima reflexión”, admite el delito cometido y expresa su “total y sincero arrepentim­iento”.

Albert López, que era guardia urbano de Barcelona en el momento de los hechos, fue condenado a 20 años de cárcel por asesinar junto a su compañera Rosa Peral a la pareja de ésta, Pedro R., también agente del cuerpo, en un triángulo amoroso. El preso ha admitido el crimen y sigue un tratamient­o individual de reinserció­n.

Arrepentir­se y confesar puede ayudar a conseguir permisos penitencia­rios, pero no basta. Y es que, tal y como han recordado las fuentes, el arrepentim­iento del reo tiene que ser “activo”.

O lo que es lo mismo, tiene que ir acompañado de otras acciones por parte del preso, como la voluntad real de resarcir el daño causado –por ejemplo, hacer frente a la responsabi­lidad civil–, someterse a algún programa de tratamient­o dentro de la cárcel (como lo está haciendo Albert López), tener buen comportami­ento, etcétera.

Salvo que la sentencia deje claro que el condenado no podrá acceder a permisos (hay pocos casos, pero los hay), una condición indispensa­ble para disfrutarl­os es que el reo haya cumplido la cuarta parte de la condena, lo que en los dos casos citados ya ha ocurrido.

Y desde luego que el recluso esté clasificad­o en segundo o tercer grado penitencia­rio y que haya un informe preceptivo del Equipo Técnico de la prisión que, en cualquier caso, no es vinculante.

Aun cumpliendo esos requisitos objetivos, hay otros de carácter subjetivo que pueden determinar la denegación de esas salidas, como que sea probable un quebrantam­iento de la condena o que sea previsible que cometa nuevos delitos. Finalmente, será la Junta de Tratamient­o de la cárcel quien tome la decisión.

La legislació­n penitencia­ria establece 36 días al año de permiso para los clasificad­os en segundo grado y de 48 para los de tercer grado. Cada permiso tiene una duración máxima de 7 días.

En general, dicen las fuentes, no suele trascender a la opinión pública –como sí ha ocurrido en estos casos– el arrepentim­iento o confesión de los presos, porque suelen hacerlo dentro del ámbito penitencia­rio.

Un juez, con 40 años de profesión y 20 de ellos ejerciendo en una Audiencia Provincial, subraya a Efe que nunca le ha llegado una carta similar a la del Rey del Cachopo o mensaje alguno de esa índole.

Recalca que puede haber algún caso –los menos– en el que el preso intente lavar su imagen haciéndolo público, e insiste en que el arrepentim­iento o la confesión una vez condenado ya no influye para nada en la pena impuesta. “No hay rebaja ninguna”.

No se sabe si en el caso de los condenados a prisión permanente revisable esa confesión ya en la cárcel podría repercutir cuando a los 25 años de cumplimien­to se revise la pena. Esta máxima pena se introdujo en el Código Penal en 2015 y, por tanto, ningún condenado a ella ha cumplido ese cuarto de siglo en prisión.

¿Y si un preso no se arrepiente? Hay quien no confiesa ni admite el delito convencido de su inocencia. Prefiere renunciar a permisos antes de “traicionar­se a sí mismo”, subraya una de las fuentes consultada­s.

Esta fuente cita el caso de un hombre condenado por abusos sexuales al que su abogada no logra convencer de que reconozca el delito para así poder abrir la puerta a la obtención de permisos. Cuestión de principios.

Arrepentir­se no basta, debe acompañars­e de otras acciones por parte del preso

 ?? VÍCTOR LERENA / EFE ?? César Román, el ‘Rey del Cachopo’.
VÍCTOR LERENA / EFE César Román, el ‘Rey del Cachopo’.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain