Diario de Sevilla

“Mi experienci­a en Bolivia me hace ahora disfrutar más de la vida”

● Se cumplen veinte años de su detención en Bolivia, acusado de cometer un atentado contra una fiscal ● Fue absuelto, regresó a España en 2008 y ahora se dedica a la asesoría inmobiliar­ia

- Fernando Pérez Ávila

Javier Villanueva de Martino (Sevilla, 1976) dice que recuerda su arresto en Bolivia “como si fuera ayer”, aunque han pasado veinte años de aquel episodio que estuvo a punto de tenerle treinta años en una prisión boliviana. Lo recuerda pero no le afecta, no tiene ningún trauma y lleva años siendo empresario del sector inmobiliar­io, trabajando en Madrid y residiendo en Sevilla. Tiene dos pasiones: jugar al tenis y viajar por el mundo. Probableme­nte este artículo se publique mientras él pasa unos días en Egipto. Eso sí, a Bolivia no ha vuelto.

“Bueno, he estado en muchos sitios, y en algunos países cercanos, como Argentina, que visité al año de estar aquí de vuelta en Sevilla. Me he movido mucho por el mundo en veinte años, sí”, explica en una entrevista con este periódico. El sábado 27 de abril se cumplieron dos décadas de su detención en Bolivia, acusado sin prueba alguna de asesinar con un coche bomba a la fiscal Mónica von Borries, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde Villanueva, por entonces un joven inquieto y emprendedo­r de 27 años, regentaba un restaurant­e temático dedicado al fútbol.

Se inició entonces un largo y complejo proceso judicial, en el que terminó absuelto, aunque estuvo más de año y medio en prisión preventiva en Palmasola, una especie de pueblo cárcel en el que tuvo que convivir con asesinos, narcotrafi­cantes y violadores.

Compartió celda, por ejemplo, con Rubén Centellas, conocido como el Descuartiz­ador de Santa Cruz, que mató y despedazó a una profesora con la que coincidió en una fiesta y guardó los pedazos en la nevera. A pesar de su paso por aquella temible cárcel, Villanueva asegura que lo peor de todo fueron las torturas a las que fue sometido tras su detención. “Los 19 ó 20 meses que yo pasé en la cárcel fueron mucho mejores que las ocho o nueve horas de torturas”.

Para que confesara el crimen que no cometió, lo asfixiaron cubriéndol­e la cabeza con bolsas de plástico, le aplicaron descargas eléctricas y le estiraron los brazos en una especie de potro de tortura. “El dolor en los hombros era terrible”. Por ello tiene todavía abierta una demanda internacio­nal contra Bolivia ante la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos, que le lleva el abogado sevillano Alfonso Martínez del Hoyo. La demanda se presentó en 2008 y fue admitida en 2014. “Se pueden hacer una idea del ritmo al que va eso. Hace ya diez años que no hay ninguna novedad, pero bueno, estamos a la espera. Quizás los nietos de mis sobrinos puedan conocer cuál es el fallo”.

Villanueva estuvo más de año y medio preso y luego estuvo bajo custodia policial, con dos agentes viviendo en su casa. No pudo volver a Sevilla hasta cuatro años después, el 15 de enero de 2008. Fue entonces cuando se abrazó de nuevo con su abuela, que hoy sigue viva y goza de buena salud a los 94 años. “Ahora empiezo a sentirme libre. Intentaré recuperar en Sevilla un tiempo que nadie me devolverá”, dijo a su llegada a la estación de Santa Justa. La foto besando a su padre, Francisco Villanueva, el cirujano que hizo todo lo posible por sacar a su hijo de una cárcel boliviana, fue portada de este diario y de la mayoría de medios locales y nacionales.

Una de las grandes alegrías de aquellos cuatro años de zozobra fue la del final del juicio, cuando lo declararon inocente del asesi

Tiene presentada una demanda contra el Estado boliviano por las torturas que sufrió

 ?? JOSÉ LUIS MONTERO ?? Javier Villanueva, el pasado miércoles en el centro de Sevilla.
JOSÉ LUIS MONTERO Javier Villanueva, el pasado miércoles en el centro de Sevilla.

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