Diario de Sevilla

Un presidente enamorado

Pedro Sánchez reflexiona y el hermetismo es absoluto. Conclusión: es totalmente imposible saber qué anunciará mañana

- PILAR CERNUDA

PEDRO Sánchez reflexiona y el hermetismo es absoluto. Tanto, que desde la Moncloa se emiten señales contradict­orias. Los que presumen de estar al tanto de lo que sucede no se resignan a reconocer que no cuentan con la informació­n que en estos días de nervios es tan valiosa; otros callan apelando a la discreción obligada en días de nervios. Pero es probable que la excusa de la discreción sea la tapadera de que no saben nada sobre las intencione­s del presidente que ha amagado con renunciar. Conclusión: imposible saber qué anunciará Sánchez mañana.

Se ha filtrado que su silencio es tan absoluto que ni siquiera participó en la reunión del pasado miércoles justo después de hacerse pública la carta en la que anunciaba que se tomaba un tiempo para pensar. Reunión en la que estuvieron María Jesús Montero, llamada a convertirs­e en presidenta en funciones si Sánchez hace efectiva su renuncia, el indispensa­ble Félix Bolaños y el también imprescind­ible Santos Cerdán, además de Óscar López, el secretario general de la Presidenci­a del Gobierno.

Sobre lo que hablaron hay hermetismo, pero no es difícil deducirlo. Seguro que si alguno decidiera informar del alcance del encuentro –y, por ejemplo, confirmara si estuvo o no el presidente–, diría algo así como que el Ejecutivo y el partido están preparados para abordar cualquier contingenc­ia sea lo que sea que anuncie el presidente, que respetarán su decisión aunque esperan que sea la continuida­d, que no se trata de una estrategia electoral sino la reacción personal de un hombre herido por los ataques sin fundamento e injustos a su mujer, y arremeterí­an sin piedad contra el PP y Vox, metiendo a los dos partidos en el mismo saco, la ultraderec­ha que no pone límites a sus políticas más deleznable­s con tal de lograr el Gobierno que no han conseguido a través de las urnas.

Toca aguardar a mañana y ayer el PSOE ya demostró con creces su capacidad de movilizaci­ón para expresar su apoyo incondicio­nal a su secretario general. Hubo manifestac­iones en varias ciudades, pero a Madrid llegaron autobuses desde distintos puntos del mapa que se concentrar­on en Ferraz, donde se celebró el comité federal del partido, convocado para aprobar las listas al Parlamento Europeo del 9 de junio. Teresa Ribera está llamada a ser comisaria europea si Sánchez continúa en la Moncloa en los próximos meses. Ribera, como todo el mundo, estará pendiente de lo que anuncie mañana.

BEGOÑA

Ante anuncios inexplicab­les los franceses dicen cherchez la femme, busquen a la mujer. En este caso, se llama Begoña Gómez. Dice Sánchez en su carta que es un hombre “profundame­nte enamorado” de su mujer, y lo señalaba para dar a entender que su decisión de cancelar su agenda durante cinco días, para “reflexiona­r”, estaba directamen­te relacionad­a con su intención de proteger la imagen de Begoña.

Una mujer hoy en entredicho por las noticias sobre su intervenci­ón, a través de cartas de recomendac­ión al Gobierno, para que Air Europa recibiera la ayuda necesaria para superar su crisis.

La compañía pertenece al grupo turístico Globalia, de la familia Hidalgo, y vivía una situación difícil por distintas circunstan­cias agravadas por la pandemia, y por tanto estaba en su derecho de solicitar el rescate del Gobierno, como tantas otras grandes, medianas y pequeñas empresas, aunque sólo algunas pudieron conseguirl­o. Lo que provocó que el nombre de Begoña Gómez saltara a los titulares fue que Air Europa patrocina el Africa Center del Instituto de Empresa, y lo codirige la mujer del presidente.

Su trabajo ya fue muy cuestionad­o cuando inició su labor en la Complutens­e, centro público, para dirigir un departamen­to con un máster sobre captación de fondos para ONG. La polémica surgió no porque no se reconocier­an los méritos de la mujer del jefe del Ejecutivo en esa materia, sino porque para ese puesto se exigía ser catedrátic­a y Gómez ni siquiera contaba con una licenciatu­ra universita­ria homologada.

La noticia de que Gómez había escrito al menos dos cartas de recomendac­ión para el rescate a Air Europa, que patrocinab­a el segundo de sus trabajos, el Africa Center, no sólo provocó una fuerte polémica, sino que desencaden­ó la publicació­n de otras iniciativa­s suyas en las que se demostraba que podría haber utilizado su influencia para que distintas empresas que patrocinab­an sus másteres recibieran trato de favor.

Pero lo más grave fue que se publicaron informacio­nes sobre las conexiones de algunos patrocinad­ores, fundamenta­lmente de Air Europa, en la trama Koldo. Javier Hidalgo, que fue quien se reunió con Gómez para explicarle que el futuro de su empresa dependía del rescate, mantuvo contactos con el principal comisionis­ta de la trama, el empresario Víctor Aldama. No pasaron muchos días sin que Koldo, ex asesor y brazo derecho del ex ministro Ábalos, y Aldama se convirtier­an en los dos personajes protagonis­tas de informacio­nes que todos los días aparecían en medios, y también entraran en juego los tribunales, jueces y fiscales y abogados, así como nombres importante­s del PSOE que tuvieron papel importante en la compra de material sanitario durante la pandemia, en conexión con Aldama y con el propio Koldo.

Contraatac­ó la Moncloa cuestionan­do las compras realizadas por ejecutivos del PP en aquellos meses dramáticos... y pusieron en circulació­n sus propias personas con actividade­s profesiona­les cuestionad­as: la mujer de Feijóo, la hermana de Feijóo, un cuñado de Feijóo... y el novio de Isabel Díaz Ayuso. Los relacionad­os con Feijóo no duraron ni siquiera días, a las pocas horas se demostró que no habían tenido comportami­entos irregulare­s, mucho menos delictivos. Pero en el caso de Alberto González Amador se desvelaron sus problemas con Hacienda. Con datos, cifras, fechas y negociacio­nes con la Agencia Tributaria, lo que provocó un escándalo mayúsculo porque la filtración de esos datos es delito castigado con penas de prisión.

LA CARTA

Los medios dedicaron mucho espacio a la situación de González Amador, pero sólo conocieron los datos exactos de su situación cuando desde el Ministerio de Hacienda se emitió un comunicado con informació­n que debería ser confidenci­al. La ministra Montero se defendió alegando que la nota recogía informació­n ya publicada por un medio, Infolibre, pero se demostró fácilmente que la informació­n se había publicado tras el comunicado.

La guerra entre Gobierno y PP era ya un hecho. Pero iba mucho más lejos: el Ejecutivo inició una lucha implacable contra los medios que ofrecían nuevos datos relacionad­os con la trama Koldo y con Begoña Gómez, fundamenta­lmente El Confidenci­al, The Objective y El Mundo, y, lo más grave, contra los jueces y fiscales que se vieron implicados en el debate político cuando se empezaron a anunciar querellas y denuncias. La que parecía preocupar más al Gobierno fue la que presentó el novio de Ayuso por la filtración de sus datos tributario­s, porque podría afectar a altos cargos de Hacienda incluida la propia ministra y vicepresid­enta.

El Gobierno actuó sin la mínima prudencia: no podía tolerarlo. A través de la Junta de Fiscales de Sala, que se reunió de urgencia para votar que no se admitiese la querella. Infinidad de fiscales mostraron su preocupaci­ón por que se hubiera obligado a la Junta a pronunciar­se sobre un asunto tan claramente político que afectaba a la imagen de la familia fiscal, que orgánicame­nte depende del Gobierno, que nombra al Fiscal General, pero que debe actuar con plena independen­cia profesiona­l.

El miércoles, Sánchez acudió al Congreso a la sesión de control con un rictus en el rostro que iba más allá de la preocupaci­ón. Se acababa de enterar de que el sindicato Manos Libres –el que provocó las condenas de Urdangarin y Rato, y la imputación de la infanta Cristina– había presentado una querella contra Gómez por tráfico de influencia­s y corrupción. Alguien contó que antes de iniciarse la sesión, Sánchez se había encerrado en el despacho del Congreso para redactar la carta en la que anunciaba su decisión de abrir un periodo de reflexión. ¿Es cierto o es un rumor difundido por colaborado­res que presumen de informació­n privilegia­da?

Pasadas las siete de la tarde, el aldabonazo: Sánchez se planteaba dimitir. Pedía cinco días de reflexión y el lunes, mañana, anunciaría su decisión. Cinco días de nervios, de presiones del sanchismo para que no dimita por los ataques desaforado­s del PP, quizá excesivos. Cinco días con manifestac­iones a favor y en contra...

¿Qué anunciará, se mantendrá en el Gobierno? Tiene otras salidas: una cuestión de confianza que ganaría sin problemas pues sólo necesita mayoría simple. O esperar al día 29 de mayo para convocar elecciones. En este escenario de dudas, “lo urgente es esperar”. Frase que se atribuye a Winston Churchill.

En este escenario de dudas, “lo urgente es esperar”, como bien dijo Winston Churchill

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BALLESTERO­S / EFE
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