El rotundo fracaso en Palma de Mallorca y en Córdoba
En Palma de Mallorca, el sistema de recogida neumática fracasó estrepitosamente. Se implantó en 2002 en tiempos del alcalde Joan Fageda (PP) en el casco antiguo de Palma. En 2012 dejó de funcionar por rotura de parte de las tuberías de 12 kilómetros y así se mantuvo durante un año y medio. En 2013, el PSOE pidió la supresión de sistema y logró un apoyo unánime del Pleno a su petición, también del gobierno del PP. Se acordó denunciar a la UTE Envac Ibérica y Urbaser que lo instaló, y estas recurrieron para evitar una condena judicial que les obligaba a pagar una indemnización de 26 millones a la empresa municipal Emaya. En 2019, el Tribunal Supremo desestimó en sentencia firme el recurso presentado por la unión temporal de empresas (UTE) de Envac y Urbaser contra la sentencia que les obligaba a indemnizar al Ayuntamiento de Palma con más de 24 millones de euros, más costas judiciales e intereses, por la recogida neumática de residuos en la ciudad. En opinión de Envac, en Palma de Mallorca el cierre de la instalación de recogida neumática de basura no es comparable al de Sevilla, ya que se debió a un “problema grande” con las tuberías porque “el mantenimiento lo llevaba una empresa no especializada”.
“En Palma la situación fue distinta que en Sevilla. Allí la instalación tuvo un desgaste prolongado porque no había una empresa de mantenimiento especializada y, si tenían un problema, le daban a tope a los motores, lo que produjo una mayor erosión y más agujeros en las tuberías que no se reparaban, y entraba aire que impedía el transporte de los residuos”, aclara Roberto Rello, director de Envac Ibérica en España. En Córdoba, el Ayuntamiento proyectó la recogida neumática para las nuevas urbanizaciones de viviendas, pero una sentencia del TSJA ha tumbado el plan en la zona verde de Turruñuelos y en toda la ciudad al no estar amparado en el PGOU de la ciudad. El proyecto obligaba a los vecinos a pagar por la construcción de este sistema.