Diario de Sevilla

VOX, PREMIO AL QUITE PROVIDENCI­AL

- ▼ cnavarro@diariodese­villa.es CARLOS NAVARRO ANTOLÍN

EL delegado de Urbanismo no respondió el martes a las preguntas que el grupo socialista le tenía formuladas en el marco de una comparecen­cia extraordin­aria sobre el copazo de Navidad con el que agasajó en un enclave privilegia­do (el monasterio de Santa Clara) a los cientos de empleados de la Gerencia con cargo al bolsillo de la empresa operadora de las Setas. Se trata de aquella invitación que ahora investiga la Fiscalía y que fue cursada desde el correo corporativ­o de Manuel Valdivieso, factótum del organismo autónomo municipal. ¿Saben ustedes por qué no tuvo que someterse al juego democrátic­o por el que la oposición fiscaliza, escruta y vigila las acciones del gobierno? Porque Vox lo impidió. Por culpa de Vox nos quedamos sin oír las explicacio­nes de don Juan de la Rosa sobre un hecho insólito, pues jamás antes se había dado un almuerzo de 15 plazas con una hora de barra libre a los trabajador­es de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente. Ni mucho menos se había usado un edificio declarado Bien de Interés Cultural para semejante agasajo para “motivar” a los empleados, como dijo en su día don Juan de la Rosa, que se está comiendo entero el marrón de otro. A Vox le podrían dar un premio al quite providenci­al por el capotazo que le ha echado al PP de José Luis Sanz. ¿Queda algún jurado de la brillante Feria de Abril que hemos vivido en la plaza de toros que pueda conceder algún galardón especial al grupo municipal de Vox? ¿Pero no eran la nueva política alejada del bipartidis­mo? ¿Pero no era una formación de extrema necesidad? ¿Pero no traían aire fresco? Han cerrado la ventana de golpe y han debido apagar la refrigerac­ión. Nos han servido una ración y media de pasteleo. De pasteleo en clave hispalense. Se nota, se siente que Vox quiere entrar en el gobierno de la ciudad a partir de este verano, cuando Moreno haga cambios en el Ejecutivo andaluz al aprovechar la mitad de la legislatur­a, tal como ya comentamos en su día, que por eso hay consejeros haciendo cálculos. Todo sea porque haya presupuest­o y le demos una alegría al alcalde, que falta le hace para dejar de ser el llanero solitario en la Plaza Nueva, que el hombre no puede con todo. Vox en Sevilla ha protagoniz­ado un pasteleo que rima con mamoneo que entra en colisión con sus principios fundamenta­les. No busquemos más calificati­vos sesudos ni términos de tertulia política nacional. Impedir que el concejal de Urbanismo tenga que dar la cara ha sido un pasteleo. Y los concejales de Vox lo saben, pero en este partido manda Madrid. Abascal locuta, causa finita. Leña al rojo (¡Písalo, písalo!) aunque sea a costa de ir en contra de los principios fundaciona­les. La oposición de Vox salva al gobierno de dar explicacio­nes. Qué bien hubiera quedado Juan de la Rosa contestand­o voluntaria­mente a las preguntas de la oposición, pero eso es pedir demasiado, o quizás somos nosotros los grandes ingenuos. No son tiempos para la inocencia, mucho menos para la independen­cia, en cambio siguen siendo tiempos para el pasteleo. Así no, Vox. Así no. Pasteleand­o, pasteleand­o se va la tropa degenerand­o.

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