LLAMADA A LA CALMA, LA QUIETUD Y LA CONTEMPLACIÓN
Cuando Pedro Bravo (Madrid, 1972) habla de ruido no solamente se refiere a los sonidos de alto volumen o al estruendo, aunque también. A lo que realmente se refiere Bravo en esta entrevista y en el reciente libro ¡Silencio!, editado por Debate, es a las habituales interferencias que impiden la calma, la quietud, la contemplación y la reflexión, usanzas que el escritor y periodista madrileño considera más adecuadas a la naturaleza humana. En el “manifiesto contra el ruido, la inquietud y la prisa”, subtítulo del ensayo, Bravo alude a las rutinas perniciosas a las que el modelo económico ha conducido a la sociedad, incluido a él: la rapidez, la instantaneidad, la inmediatez... La inmediotez, término acuñado en la calle que seguramente suscribiría el autor.