Valorar mejor el dolor podría evitar el creciente sobrediagnóstico de la fibromialgia
La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por dolor músculoesquelético crónico generalizado y, entre otros aspectos, los afectados pueden sufrir fatiga, rigidez, problemas de sueño, ansiedad, depresión y dificultades cognitivas que empeoran el curso y la evolución de la enfermedad. Además, todavía hay un gran desconocimiento sobre las causas que provocan esta enfermedad que puede llegar a ser invalidante y afectar a la esfera biológica, psicológica y social, ocasionando un gran impacto en la vida diaria de las personas que padecen esta patología; así como un alto gasto sanitario ya que se estima que tiene una prevalencia del 2,4% de la población adulta, lo que supone cerca de 900.000 personas afectadas en nuestro país, según el estudio Episer de la Sociedad Española de Reumatología.
En el marco del Congreso Nacional de la SER se han actualizado algunos temas relacionados con la fibromialgia. En este sentido, la Dra. Paulina Cuevas Messenger del Servicio de Reumatología del Hospital Sant Pau i Santa Tecla de Tarragona, ha repasado los distintos mecanismos implicados en generar dolor en los pacientes que padecen enfermedades autoinmunes e inflamatorias. “Se ha observado que las mismas interleuquinas que se liberan en el proceso inflamatorio pueden activar a los nociceptores periféricos produciendo síntomas que pueden simular una fibromialgia, por ello tenemos que hacer una valoración más detallada de las características del dolor, ya que en este tipo de neuropatía hay fármacos que podríamos asociar de cara a mejorar la analgesia; mientras que en la fibromialgia la terapia no farmacológica, principalmente el ejercicio, es lo que tiene mayor evidencia”, explica. Por otro lado, “hay un creciente interés respecto a la eficacia en tratar este dolor residual no inflamatorio de los tratamientos inmunomoduladores que pautamos”.