La donación de vivo, un reto para el modelo español de trasplantes
● Estas cirugías mejoran los resultados de supervivencia y la función renal
España alcanzó en 2023 la tasa de 48,9 donantes por millón de población (pmp) y de 122,1 trasplantes pmp, esta última batiendo el récord de 2019. Se registraron un total de 3.688 trasplantes renales, 1.262 hepáticos, 479 de pulmón, 325 cardíacos, 100 de páncreas y 7 de intestino. Los 2.346 donantes fallecidos y los 435 donantes vivos supusieron un aumento del 7% y del 24%, con respecto al año anterior.
Pese al significativo incremento de este último dato, “los trasplantes de donantes vivos, comparativamente con el total de donaciones, está estancados, y presentamos peores cifras que otros países europeos; y ese precisamente debe ser uno de nuestros grandes retos, porque el trasplante vivo mejora exponencialmente los resultados de supervivencia y de función renal”. Son palabras del doctor Domingo Hernández, presidente de la Sociedad Española de Trasplantes, que está celebrando este fin de semana en Bilbao su octavo congreso anual.
“Un aspecto importante para mantener la donación, en especial la de vivo, es llevar a cabo campañas informativas periódicas dirigidas a los profesionales, pacientes y población en general lideradas por los expertos en este campo, los responsables de las instituciones y los propios pacientes que han sido protagonistas de esta altruista actividad, manifestando los beneficios de la misma. Para ello, se han llevado iniciativas en estos últimos años lideradas por la ONT y las SSCC elaborando guías, recomendaciones y consensos que mejoren esta práctica clínica, no solo desde el punto de vista médico sino también desde la perspectiva epidemiológica y social”, añadió en la rueda de prensa de presentación del Congreso, en la que ha ofrecido su valoración sobre la evolución de los trasplantes en España: sus principales debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
Llama también la atención el aumento de la edad del donante, aspecto que también tendrá su lugar en el congreso. Así, el 56,8% de los donantes tiene más de 60 años, el 30% más de 70 y el 5% más de 80. Incluso, en 2023 hubo un donante con 92 años. “La longevidad está creciendo, nuestra expectativa de vida es mayor, las personas se cuidan más, hacen deporte y se alimentan mejor. Las condiciones de vida, ambientales, han cambiado. Hace 40 años un donante de 50 años era mayor. Hoy día es de lo más normal. Y eso es una grandísima noticia”.
Además de incrementar la actividad de trasplante, especialmente el trasplante renal con donante vivo, para la SET es fundamental en los próximos años mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida de pacientes con el esfuerzo de todos a partir de la excelencia asistencial y de promocionar la formación y la investigación en el campo del trasplante. “Esto implica la búsqueda de nuevos marcadores de disfunción inmunológica, optimizar la inmunosupresión, desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para la prevención de las complicaciones post-trasplante (infecciosas, tumorales o metabólicas), implementar las herramientas de la inteligencia artificial o la aplicación de técnicas de ingeniería genética biomédica
El 56,8% de los donantes tienen más de 60 años y el 30%, más de 70
para aumentar la actividad de trasplantes y mejorar la supervivencia, entre otros”, argumentó.
Globalmente, además, además, se realizaron 314 trasplantes en pacientes en situación de urgencia cero y 190 trasplantes en niños, y también se trasplantaron 153 pacientes renales hiperinmunizados. “Ver estos datos, después de superar una pandemia, con lo dura que fue para los trasplantes, es una gran satisfacción por el esfuerzo realizado por todos los profesionales sanitarios y no sanitarios implicados en esta labor y una motivación para seguir innovando y ampliando conocimiento para transferirlo luego a la práctica clínica”, explicó Hernández .