“La enfermedad no se entiende socialmente y a los pacientes nos acompaña el estigma”
“Es una condición que me acompaña toda la vida. Una condición fácil de detectar pero muy difícil de tratar”. Es una de las definiciones que esgrime Elena Ruiz de la Torre, directora ejecutiva de la Alianza Europea de Migraña y Cefaleas, a la hora de hablar de esta enfermedad. Ruiz de la Torre, que también es presidenta de honor de Aemice, la Asociación Española de Migraña y Cefalea, explica que hay muchos grados de severidad en la migraña. “En los casos más graves es una enfermedad altamente incapacitante que no te permite trabajar, hacer vida social y que repercute en la vida familiar”, afirma. “Yo llevo una vida normal excepto el día que tengo una crisis de migraña. Ese día no podré ni salir de la habitación, debo estar a oscuras y necesito empatía de mi entorno y del mundo laboral”, subraya.
Según pone de manifiesto, la prevención en la migraña es fundamental. “Toda mi vida gira en torno a la prevención de la migraña, que abarca medicación y estilo de vida. Gracias a las nuevas opciones terapéuticas podemos llegar a tener una calidad de vida muy parecida a la de una persona sin migraña”, indica.
Respecto a la percepción social de la enfermedad, Elena Ruiz de la Torre, cree que a los pacientes de migraña aun les acompaña el estigma. “La enfermedad no se entiende bien ni socialmente ni, todavía, entre muchos profesionales sanitarios”, señala. Asimismo, apunta al “constante cuestionamiento” que, especialmente desde el entorno laboral, sufren las personas con migraña: “Es donde más tiempo pasamos y es donde necesitamos más comprensión en muchas ocasiones”.
Así, el impacto en la calidad de vida va “desde la incapacidad para realizar actividades diarias hasta la alteración de las relaciones interpersonales, la migraña puede generar ansiedad, depresión y una disminución significativa en la calidad de vida relacionada con la salud”, afirma.