FELICIDADES, CINE CERVANTES
GRACIAS al acuerdo con la Filmoteca de Andalucía el pasado lunes se proyectó en el Cervantes Perdición de Wilder dentro del ciclo Sombras de sospecha.Y se agotaron las localidades. Tres buenas noticias en una: el público respondió a la proyección de un clásico del cine negro en el único cine histórico que ha logrado sobrevivir. Los próximos lunes 20 y 27 se proyectarán Perversidad de Lang y Las diabólicas de Clouzot.
La unión de la empresa privada, las asociaciones que han apoyado la resurrección del Cervantes y la Junta de Andalucía a través de la Filmoteca ha logrado que los clásicos del cine se vean de la única forma que pueden verse sin pérdidas: en la pantalla grande de un cine que añade el valor de que se pueda vivir la experiencia de la visión de una película como se veían antes de los multicines y las multisalas. La programación abarca también otros clásicos modernos –mañana se proyecta La naranja mecánica– y el mejor cine actual –la excelente Hasta el fin del mundo de Fassbender– además de óperas y conciertos.
Si se logra fidelizar al público –lo que exige regularidad y coherencia en la programación– se habrá ganado una batalla patrimonial (la conservación en uso de un local histórico de 1873 que en los años 50 del pasado siglo se dedicó exclusivamente a proyecciones) y cultural (la visión de los clásicos en su formato y su lugar natural) igualmente importante. Son muchas las generaciones de aficionados que no han visto los títulos fundamentales de la historia del cine en la gran pantalla de una sala de cine. Los dispositivos domésticos, por perfectos que sean (que lo son) y la calidad y respeto de los formatos de las películas que a través de ellas se ven (que la tienen) solo dan una idea de lo que son. El tamaño sí importa, y mucho. Siempre, desde el mudo hasta el Imax, pero más cuanto más grandes sean los formatos originales. Ver El hombre de Laramie en Cinemascope o Fellini 8 ½ en 1:85:1, Centauros del desierto o Vértigo en VistaVision, West Side Story o Lawrence de Arabia en 70 mm (sistema que presentó el Cervantes en Sevilla con en Súper Panavisión 70/Cinerama es una experiencia y verla en casa, otra muy distinta. El público también importa, y mucho: no es lo mismo ver los clásicos en soledad que compartiendo emociones. ¡Viva el Cervantes! Felicitemos a los responsables y felicitémonos todos.
El público llenó la proyección de un clásico del cine negro en el único cine histórico que ha sobrevivido