El FMI sube su previsión de crecimiento para España tres décimas
◎ El organismo felicita al Gobierno por las “medidas sin precedentes de apoyo público” y valora los logros alcanzados ◎ El dato para 2022 es incluso superior a las previsiones del Ejecutivo (4,4 %) y se extrae del análisis realizado al país
WASHINGTON.- España crecerá este año el 4,6 %, tres décimas más de lo pronosticado anteriormente, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que felicitó ayer miércoles al Gobierno por las “medidas sin precedentes de apoyo público”.
El organismo dejó sin cambios las proyecciones para 2023, en el 1,2 %, un año en el que se espera que la inflación vaya “moderándose gradualmente” por la normalización de los precios mundiales de los combustibles.
En los próximos trimestres habrá un crecimiento “relativamente débil” por el deterioro de la confianza de los consumidores pero en 2023 repuntará y para 2024 la producción ya habrá alcanzado niveles previos a la pandemia.
El dato para 2022 es incluso superior a las previsiones del Gobierno español (4,4 %) y se extrae del análisis de una misión ordinaria que el FMI realizó al país. También es más alto que las propias previsiones que el organismo ofreció en octubre, en sus últimas reuniones anuales.
“Las medidas sin precedentes de apoyo público adoptadas en 2020–22 han ayudado a proteger a las empresas y los hogares”, señala el fondo en un informe en el que destaca la recuperación del mercado laboral, con niveles previos a la pandemia, y el sólido desempeño del turismo.
Estas perspectivas económicas, sin embargo, “están sujetas a gran incertidumbre” por la evolución de la guerra de Ucrania aunque “los riesgos en su mayoría se inclinan a la baja” por la escasa dependencia de España del gas ruso y su infraestructura bien desarrollada de gas natural licuado.
En su informe, la institución dirigida por Kristalina Georgieva destaca el “oportuno despliegue del apoyo público” con políticas como los bonos sociales o el aumento del ingreso mínimo vital, que ha amortiguado el impacto de la fuerte subida de los precios de la energía, aunque “un mayor grado de focalización de las medidas sería deseable”.
Y es que, añade el FMI, “la mayor parte del apoyo fiscal se ha destinado a medidas no focalizadas y que distorsionan las señales de los precios”, como son las reducciones del impuesto sobre la electricidad y la bonificación de los carburantes, que han sido costosas desde el punto de vista fiscal y han beneficiado a los hogares de mayores ingresos.
“Las políticas de apoyo han de adaptarse a fin de proporcionar incentivos adecuados para reducir la demanda e incrementar la oferta, conteniendo a la vez los costes fiscales” y por ello es preferible el uso de transferencias directas, en lugar de la aplicación de medidas de reducción de precios. ●