“El voluntariado es una forma de enriquecerse personalmente”
Pili González destaca el valor de poder mejorar la vida de muchas personas de los países más pobres
¿Qué le impulsó a ser voluntaria?
—El poder colaborar en proyectos dedicados a mejorar la vida de muchas personas y luchar contra el hambre y por el desarrollo de los países más pobres.
¿Le resultó sencillo encontrar una entidad?
—Para mí fue sencillo elegir Manos Unidas porque ya la conocía y admiraba el trabajo y la finalidad de esta ONG. Consideré que podría ayudar aportando aunque solo sea un ‘granito de arena’ en ese desierto de necesidades.
¿Qué le aporta la labor o labores que realiza?
—Satisfacción, incertidumbre por ver si conseguiremos alcanzar el fin propuesto; preocupación y nerviosismo, sobre todo por el montaje del Rastrilllo. Y alegría al saber que nuestro trabajo servirá y ayudará a paliar las necesidades de algún lugar más pobre.
¿Animaría a otras personas a hacerse voluntarios?
—Por supuesto que sí que animaría a otras personas a que aportaran sus experiencias, su tiempo, sus habilidades al servicio de los más necesitados; es una forma de enriquecerse personalmente.
Si pudiera, ¿colaboraría con otra entidad?
—Dependerá del grado de implicación, si es semanal, diario, mensual… Las necesidades familiares…
¿Cuál diría que es el mejor camino para poder colaborar con las asociaciones?
—Lo primero sería informarme sobre las actividades de cada asociación y valorarlas; luego, según las ‘aptitudes’ personales y disponibilidad, se elige la que más le encaje.
¿Qué destacaría de su participación como voluntario?
—El compromiso, la responsabilidad, el esfuerzo y la buena disposición, de todas, que nos llevan a un resultado final que no se alcanzaría sin las actitudes del Voluntariado.
¿Se esperaba el tipo de experiencia?
—Cuando empiezas un voluntariado, vas integrándote, dejándote guiar y realizando tareas que puedas ir asumiendo, y poco a poco, te vas implicando más y ampliando tu ‘campo de acción’. ●