Lo incierto de nuestra existencia
animados que el resto del año. Pero con la mecanización de las labores agrícolas, la tracción animal cayó en desuso y por consiguiente el ganado mular languideció y la feria paso a ser un recuerdo. El mulo solo se mantuvo en las unidades militares de montaña donde prestaron servicio hasta un veintiocho de diciembre, fecha en la que el mundo católico celebra la festividad de los Santos Inocentes. Mariano Ramón
Nuestras decisiones hacen que toda nuestra existencia sea incierta y además precaria, porque las leyes pueden ser justas y en ocasiones muy injustas.
Nuestras pretensiones, se convierten en exigencias permanentes, por nuestras mentes circula constantemente el pensamiento de “yo tengo derecho”, ¡sí!, todos tenemos derecho a todo, pero a todo lo que sea justo en cada momento y en cada circunstancia.
Pero no tenemos derecho a gastar más de lo que ganamos, no tenemos derecho a vivir bajo el esfuerzo y trabajo de otras personas, no tenemos derecho a forzar acciones que otras personas no desean, y no tenemos derecho a desear acontecimientos que podemos impulsar por nuestra fuerza física o económica.
Todas las decisiones consensuadas son por naturaleza cambiantes y un tanto volubles y muy reacias a asumir compromisos duraderos: de ahí que vivamos muchos momentos de incertidumbres. Porque no es lo mismo vivir que sobrevivir, nuestras vidas están flotando sin saber bien lo que pasara mañana y hacia dónde nos llevaran los poderes desconocidos. Migraciones, refugiados de guerra y de otros riesgos humanitarios, falta de voluntad en mantener las empresas de nuestros antepasados, el desconocer la gran tormenta de los impuestos y el estar aturdidos por el encarecimiento de todas las materias, nos ha dejado en la categoría de sobrevivir y no en la de vivir.