Pausa española o pasión marroquí
Tan capaz de ejecutar un juego posicional de quilates como de desaparecer y quedar a merced del rival, con todas sus luces y sombras, la Roja ha vuelto a dejar dudas contra Japón y se medirá a Marruecos en los octavos de final del Mundial. Nadie duda del talento de Luis Enrique ni de la exquisitez de su idea, pero en estos torneos cortos una mínima desconexión puede condenar a la eliminación. Marruecos, una de las revelaciones de Catar, se presenta como un hueso duro de roer. El encuentro tendrá añadido un toque especial por la proximidad geográfica con el vecino país, la magnitud del colectivo marroquí en nuestro país y las relaciones históricas. Será un choque muy exigente para España por las circunstancias en las que el combinado nacional llega a este partido. Delante, la calidad individual de Marruecos y el gran momento grupal y anímico del rival. Zyech, del Chelsea; El Nesyri, del Sevilla; Achraf, del PSG, o Boufal,
ex del Celta, son algunos de sus jugadores con más peso y talento, sin olvidar a Mazraouil, lateral del Bayern. Ni por supuesto a Amrabat, medio centro de la Fiorentina que se ha convertido en el auténtico líder del medio campo marroquí, repleto de energía y con un sentido táctico mayúsculo que permite a la línea de mediapuntas y delanteros jugar más liberados
Nos espera un partido con un aureola especial. Un encuentro definitivo para España, obligada a hacer borrón y cuenta nueva en esta fase del KO del Mundial y a sostener el nivel de juego en los casi 100 minutos pendientes. Pese a todo nuestro equipo tiene argumentos. Cuestión distinta es anticipar si podrá sostenerlos en un contexto de fútbol emocional como el que se prevé. Marruecos afronta uno de los partidos más importantes de los últimos tiempos. El próximo martes veremos si se impone la pausa española o la pasión marroquí en un duelo de poder a poder. ●