La ruta del abeto de los Tres Quiñones
En Panticosa arranca, sigue por un sendero y vuelve por el mismo camino
UN ABETO (Abies alba) de 36 metros de alto y 4,10 metros de perímetro en la base, da nombre a la “Ruta del abeto de los Tres Quiñones” que parte desde el pueblo de Panticosa, discurre todo por un sendero y vuelve por el mismo camino. Esta ruta es una de las seis que ha señalizado la Reserva de la Biosfera OrdesaViñamala para poner al alcance del público la magia de los árboles y arboledas singulares de Aragón. Con ello, el objetivo es crear nuevos atractivos turísticos que permitan diversificar la oferta cultural y natural en ese espacio.
Recientemente se ha inaugurado la cartelera en la Ruta del Abeto de los Tres Quiñones. El panel de inicio está en la urbanización de Argualas, y desde aquí se continúa por un recorrido marcado de unos treinta minutos hasta llegar al abeto, además, se puede hacer la ruta circular en un tiempo de una hora y media. También se llega a este árbol desde la carretera de acceso a Panticosa y a El Pueyo. Pero el recorrido más cómodo y accesible es siguiendo la señalización direccional desde el panel informativo que está en la urbanización de Argualas.
Este abeto destaca por su altura que le hace sobresalir de los demás árboles cuando se observa desde la carretera. Su configuración es distinta de lo habitual en los abetos, al tener un porte más delgado y espigado de lo normal. Según reza en el panel informativo, esto puede deberse “a que se encuentra en una ladera abrupta con muchos desprendimientos y nevadas por lo que cuenta con heridas y defectos mecánicos en su parte inferior, todos ellos de origen natural. En las ramas interiores pueden apreciarse desgarros y cortes de orientación descendente”. Pese a ello, este árbol se encuentra en buen estado de salud “y no se observan signos de enfermedad o debilidad”.
En la ruta, este abeto, declarado Árbol Singular de Aragón en 2017, se encuentra a mitad de una empinada ladera entre la carretera de acceso a Panticosa y la pista forestal que lleva al pueblo de Lanuza. “Destaca entre la frondosa ladera y puede ser visto fácilmente desde la carretera de Escarrilla, pero no resulta fácil encontrarlo en la frondosa ladera”. Para ello se ha habilitado y señalizado un estrecho sendero en lo que se denomina “Ruta del abeto de los Tres Quiñones”, que permite acceder hasta su misma base.
En su catalogación se dice que se trata de un árbol muy antiguo, “un auténtico superviviente de las fuertes nevadas y frecuentes desprendimientos de rocas que se dan en la zona”. Se tiene constancia de un gran desprendimiento de piedras que afectó al árbol en 1980. “Una enorme roca chocó contra el tronco del abeto, allí cambio de dirección y fue a parar a las obras de la central eléctrica matando a un obrero que entonces se encontraba trabajando. Todavía puede apreciarse el impacto en la corteza el árbol”, según se argumenta en otro de los paneles informativos que encontraremos en el camino.
Y lo de los Tres Quiñones es porque desde la Edad Media el valle de Tena “era considerado como una unidad administrativa gobernada por un concello de representantes de varios pueblos a modo de parlamento. En total eran doce lugares agrupados en Tres Quiñones, los de Panticosa, Sallent y La Partacua”, se explica en la señalética de la ruta que se puede encontrar marcada en wikiloc.
Este abeto singular está ubicado cerca de la zona donde confluían los Tres Quiñones, en las proximidades del pueblo de Escarrilla.
El concejal de turismo del Ayuntamiento de Panticosa, José Pueyo, dice que este es un recurso más que va a tener Panticosa. “Nos hemos dado cuenta que el pasado verano el 70 por ciento de las visitas de la Oficina de Turismo han preguntado por rutas de senderismo. Ha funcionado muy bien la ruta de los miradores, las pasarelas…, y la ruta del abeto de los Tres Quiñones es otra más a sumar a la oferta de senderos que ya tenemos y que ira creciendo”.
Un abeto (Abies alba) de 36 metros de alto y 4,10 metros de perímetro en la base da nombre a esta ruta