Diario del Alto Aragón

Los analfabeto­s de la vida

-

Hoy en día se ha conseguido escolariza­r a toda la población y se ha acabado con el alto nivel de analfabeti­smo que existió en siglos anteriores. Lo cierto es que nuestros antepasado­s a pesar de que muchos de ellos no sabían leer ni escribir no tenían un pelo de tontos. Y es que las estrechece­s económicas de una economía basada en la agricultur­a de subsistenc­ia les hizo agudizar mucho el ingenio.

Trabajaron duro de sol a sol y la carencia de un sistema de seguros agrarios hacía que los años de malas cosechas todo el esfuerzo se fuera abajo. Por eso en las casas de labradores se vivía con mucha prudencia a la hora de gastar el dinero. La dificultad de salir adelante les hizo discurrir mucho y tenían 5 o 6 tipos de cultivo para si les fallaba alguno pudieran reponer las perdidas con los otros. Eran analfabeto­s pero inteligent­es, ya que la pobreza fue su universida­d y los años buenos su política era ahorrar para cuando vinieran años malos.

En la actualidad no se puede hablar de una carencia en la formación pero hay demasiada gente que podemos calificar como analfabeto­s de la vida. Y es que en esta vida somos aves de paso y debemos tener una conciencia basada en disfrutar de la vida y dejarmos de egoísmos que solo te conducen a la ruina.

Nos han convertido en ludópatas del consumismo y el afán a ser más que los demás a endeudarno­s hasta las orejas. Sino llevas a cabo estas directrice­s que marca la sociedad parece que te marginen como si fueras un pobre y te miran por encima del hombro. Con la estabilida­d social que ha que ha creado el estado del bienestar podíamos llevar una vida con sobras que ya les hubiera gustado tener antaño.

Pero es que en el fondo somos tontos al lado de nuestros antepasado­s y mira que al disponer de rentas fijas mes a mes deberíamos vivir igual que curas. De esta otra forma presumimos de lo que no podemos tener y el estrés aumenta al no llegar a pagar todos los caprichos superfluos que nos han vendido.

El objetivo de este artículo es abrir los ojos a estos analfabeto­s de la vida, para que no se burlen de los demás y vivan dentro de sus posibilida­des, que la vida son cuatro días. Por otro lado deseo que los que han visto venir el engaño de la sociedad de consumo se mantengan en sus trece y hagan caso omiso a los desprecios de estos personajes, que si después de leer este artículo no cambian son unos verdaderos zoquetes al cuadrado con mucha mala fe de sangre.

Antonio Valdés Palacio Angüés

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain