“El teléfono móvil ha sido una revolución y para bien”
Suma 36 años en montaña, 23 de ellos en Jaca, y es uno de los más veteranos
HUESCA.- Lleva 36 años en montaña, 23 de ellos en Jaca. Es, probablemente, el más antiguo del servicio. “Toda la vida profesional”, asegura, excepto el año en el que realizó el curso para formarse en la especialidad. Es uno de los que mejor puede narrar como ha evolucionado el servicio. Fueron pioneros, en quienes se han fijado otros servicios para articular los suyos. Eran años de falta de medios, de avisos que llegaban cuando ya caía la noche -no había móviles y los montañeros, tras horas a pie, llegaban a un refugio con teléfono para avisar de un accidente-, de conocer el paisaje palmo a palmo para que, con una descripción, pudieran dar con el lugar exacto, cargar la camilla a pie...
Si se le pide que de toda esa vida dedicada a la montaña, a salvar vidas y a cuidar de la naturaleza recuerde alguno, le viene a la memoria el último, en el Aspe (un fallecido), por las condiciones de placas y hielo en las que tuvieron que realizarlo; y otro, que asegura cuenta como anécdota en muchas ocasiones. “Llamó un grupo micológico, que estaban en la Raca, encima de Canfranc”,
describe. Fueron a pie. “Interaccionas con la gente, hablas... Muchas veces te dicen: ¡La que he líado!”. Pero esta vez les sorprendió, porque la accidentada se asustó al verlos llegar porque le parecían “tirillas”, aunque en realidad son pura fibra. Recuerda que les confesó en plena operación: “Cuando estaba esperando y os veo llegar he pensado, jolín, estos me van a bajar... ¡Pero estáis fuertes!”, dice. “Pues que esperaba a unos forzudos bomberos”, añade Victoriano riendo.
Insiste en que su labor refleja el espíritu de la Guardia Civil: salvaguardar a las personas y al patrimonio natural, al que también cuidan con mimo. “Somos los ojos y el juez en esos lugares y tenemos que actuar cuando la gente comete infracciones”.
“El móvil fue una revolución y para bien”, dice respecto a su trayectoria. Y es que han mejorado los medios, sí. Pero también la “democratización” de la montaña hace que haya mucha gente y, en ocasiones, mal preparada. Al típico montañero, asegura que solo lo ven en zonas concretas. Agotamiento, rozaduras, bloqueos o no saber orientarse son de los problemas que más encuentran. Para él, el mejor consejo es que si no están seguros, vayan con un profesional. ●