Errores de la poesía
do y las páginas de sus libros sirvieron de acicate para todas aquellas jóvenes que querían iniciarse en la escritura.
Alrededor de ella se fue creando un halo de gloria. Sus obras eran comentadas por todas partes. Algunas mujeres la envidiaban y se sentían fascinadas por su persona. Otras empezaron a soñar con seguir su camino, seducidas por esa aura de esplendor que ella emitía. Todas encontraban un motivo irrefrenable para seguir sus pasos. La pasión que les había transmitido había conseguido crear un mundo de ansias que ellas dominaban como diosas altivas.
Su fuerza, su constancia y una pequeña dosis de arrogancia, sin la que hubiera sido difícil destacar en un ambiente hostil, habían propiciado el poder arrastrar a otras muchas jóvenes. Ese ejemplo las iba a ayudar a transitar por esa especie de senda en la que habrían de abandonar la fragilidad y convertirla en firmeza.
Su influjo iba a perpetuarse, convirtiendo su infancia y juventud en el eje a través del cual su genio fue avanzando, con una disciplina y perseverancia que acabó con los fantasmas que la rodeaban. Gema Abad Ballarín
El filósofo Gustavo Bueno decía que él no tenía opiniones. Que todas las conclusiones a las que había llegado eran fruto de una minuciosa investigación. La Wikipedia dice que opinión es: idea, juicio o concepto que se tiene sobre alguien o algo. Bueno tenía razón en el sentido de que adjudicarse cualquier idea, es tan ridículo como atribuirse el mérito de que dos por dos son cuatro. Por definición, la opinión que se tiene de las cosas están fundamentadas en la subjetividad del criterio de uno. Cuando ese dato está constatado, abandona la casilla de la opinión para sentarse en el sillón de los hechos comprobados. ¿Por qué digo esto? Porque acabo de escuchar la canción “My Way” de Frank Sinatra y he visto que decir “a mi manera” es como decir “en mi opinión”. Para empezar, no es lógico decir a mi manera porque, según se levante uno, puede hacer las cosas por: egoísmo, generosidad, amor, odio, venganza, lógica, etc. Pero cualquiera de esas maneras no define a nadie. Por decirlo de otra manera, solo describen un punto en un movimiento irregular. El rey David y otros personajes históricos, antes de hacer nada le preguntaban a Dios que era lo que tenían que hacer. Opino que, tanto lo que digo aquí, como la poesía, las canciones, se