“La perspectiva femenina abre hilos que enriquecen la obra”
◎ La Barraca de Federico pone hoy en escena ‘Vania’, en el Centro Pablo Neruda ◎ Enrique Fuster adapta para el grupo de San Pedro del Pinatar a Anton Chéjov
SABIÑÁNIGO.- La obra Vania del grupo La Barraca de Federico es la sexta y penúltima propuesta a concurso de la XI Muestra de Teatro Amateur Villa de Biescas que organizan el Ayuntamiento de esta localidad y DIARIO DEL ALTOARAGÓN.
Desde San Pedro del Pinatar (Murcia) llega hoy a Biescas esta compañía que atesora 18 montajes desde que se consolidara de forma independiente en noviembre de 2011. Hasta entonces el grupo se encontraba integrado en la programación cultural del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar. En su trayectoria ha cosechado numerosos premios y reconocimientos.
Vania está basada en la obra El tío Vania, de Anton Chéjov (1899), una historia donde la lealtad, el egoísmo, la generosidad y el amor se vertebran como fenómenos invariables del ser humano a lo largo del tiempo, con independencia de las circunstancias particulares.
“Al abordar una nueva dramaturgia de la que posiblemente sea la pieza más universal de Antón Chéjov, nos hemos propuesto mantener las líneas maestras de la trama a través de una lectura, más que contemporánea, atemporal. Hemos querido traer a primer plano algo tan característico de Chéjov como la importancia de lo omitido, donde lo que no se dice resulta tanto o más revelador que lo que se muestra”, explica el autor de la versión de El tío Vania de Chéjov y director de la obra, Enrique Fuster.
En esta versión, Vania es una mujer. “Lo primero que hice como dramaturgo fue el reto de convertir a Vania en una mujer. La perspectiva femenina permite abrir una serie de hilos de trama que enriquecen la obra, desde mi punto de vista. Además, he intentado tratar varios temas intemporales como las relaciones personales y familiares, el fracaso, la protección de la naturaleza; es decir, una serie de cuestiones que invitan a pensar, sin torturas mentales, pero si a reflexionar sobre cosas importantes, que son atemporales y que nos siguen afectando”.
La música, compuesta expresamente para este proyecto, se articula sobre un tema con variaciones en las que cada instrumento solista se identifica con un personaje. “Hemos contado con un músico italiano afincado en España. Cuando hablamos, le dije que me gustaba un instrumento solista sobre una melodía común y con la idea de que ese instrumento representara a cada personaje”.
La escenografía es mínima y versátil. “Tratamos de que cada elemento cumpla varias funciones sin hacer ningún cambio escenográfico de gran envergadura, solo con mover una pieza que se cambie de espacio, que se cambie de situación. Además, todos los actores permanecen en escena toda la representación. Esto es algo que trasmite al espectador un signo diferente a las tradicionales entradas y salidas de escena”.
En cuanto al vestuario, diferencia dos grupos humanos. Por un lado, la familia que vive en la casa; y por otro, la pareja Elena / Alejandro que se siente extraña en un mundo que no es el suyo. Y la máscara que portan, simboliza la introversión, el ocultamiento de la pasión interior de los personajes, y en cierto modo, la hipocresía social. El espectáculo abre y cierra “con dos escenas simétricas que subrayan una idea: los personajes que se nos presentan ya viviendo en sus contradicciones y que seguirán haciéndolo cuando termina la obra”.
Enrique Fuster dice que su Vania tiene El tío Vania de Chéjov, “la veneración y el espíritu chejoviano. Es una obra en la que aparentemente no pasa nada, pero en la que por debajo bulle una tormenta de relaciones personales. Y sobre todo tiene de Chéjov esa característica de la idea que nos trasmite de que cuando empieza la obra parece que aquella gente viene de estar viviendo, y cuando acaba la continúan con sus vidas y con sus pequeñas tareas humanas sin que aparentemente haya una pirotecnia dramática, pero si una potencia interna muy importante”.
La cita es hoy a las 20:00 horas en el Centro Cultural Pablo Neruda de Biescas. Al terminar, el público puede votar si le ha gustado mucho, poco, nada o bastante, en una urna que se coloca todos los sábados en el hall, al salir del patio de butacas. De estos votos saldrá el Premio del Público a la mejor obra. ●