LA ÉLITE ESPERA A NICO MELAMED
La irrupción del joven canterano ha sido una de las mejores noticias de la temporada. Está capacitado para dar otro salto en su carrera
6 goles y 3 asistencias en su primera temporada completa con los ‘mayores’
Ha jugado por dentro y por fuera, aunque su influencia es en el carril central
Posee virtudes de primer nivel. Gol y mucho descaro. Un jugador distinto
Nicolás Melamed Ribaudo (2001, España) es una de las joyas de la cantera del RCD Espanyol. Internacional Sub-19 con la Selección española, llegó al club en categoría infantil desde el Cornellà y hace dos veranos, con tan solo 18 años, debutó con el primer equipo blanquiazul en el partido de vuelta de la segunda ronda previa de la Europa League que se disputó en el RCDE Stadium contra el FC Luzern. Es, además, el primer jugador del Espanyol en jugar un partido oficial habiendo nacido en el siglo XXI. Una de las sorpresas de la temporada ha sido la irrupción de Nico en el primer equipo. Ha jugado 32 partidos, 12 como titular, ha marcado seis goles y ha repartido tres asistencias. Unos números y una manera de entender el fútbol que no han pasado desapercibidos. Curiosamente, además, el tanto que marcó en Anduva, seguramente el menos celebrado de toda la temporada, significó un antes y un después para la temporada del RCD Espanyol. Hablar de Nico Melamed es hablar de un medio centro ofensivo. Un jugador -que puede ser- muy diferencial por el carril central, aunque también puede ocupar las dos bandas indistintamente, especialmente la izquierda, como ha hecho esta temporada. En cualquier caso, casi siempre muestra una clara tendencia para dibujar recorridos de fuera hacia dentro para recibir entre líneas y acelerar las jugadas. Analiza e interpreta muy bien el espacio que tiene antes de recibir. Siempre juega bien perfilado, pendiente de su entorno más cercano para evitar ser presionado o recibir en malas condiciones. Posee un gran nivel técnico, un recurso clave para dominar el control, la orientación del balón y el giro rápido para ganar tiempo y espacio y así evitar el contacto. Tiene capacidad para girarse en cualquier circunstancia, sobre todo en espacios reducidos, donde la tarea puede resultar más complicada por la mayor presencia de rivales y la rapidez en la toma de decisiones.
Influencia por dentro
Por lo que hemos visto hasta ahora, parece que su mejor posición es cuando juega por dentro, ya sea como media punta, segundo delantero o también como interior largo con mucha llegada y presencia en la frontal y dentro del área. Por fuera está demasiado exigido defensivamente -no destaca por ello- y pierde presencia en ataque. Nico suele amenazar siempre con jugar hacia delante. Su agresividad con el balón y su descaro, tanto para conducir, filtrar, desplazar o rematar, es un bien muy preciado para el Espanyol y también para Vicente Moreno.
Ha mejorado mucho su aspecto físico desde su etapa juvenil y pese a ser un futbolista más bien bajo, es bastante corpulento. Asumiendo que su cambio ha sido muy positivo en ese sentido, físicamente sigue siendo inferior a la mayoría de rivales que le cubren, pero sus recursos técnicos y lectura táctica le permiten no depender del físico para superar un duelo o generar una ventaja. De entrada puede parecer un jugador que no es ni rápido ni veloz, pero con el balón en los pies y en conducción es imparable. Domina las dos piernas, tanto para asociarse como para el disparo. También el golpeo a balón parado. Tiene virtudes de primer nivel, especialmente de cara a portería, su capacidad goleadora es una condición que vale oro en el mundo del fútbol y que le resulta determinante para destacar y dar un salto de calidad.
Retos más exigentes
Nico es un futbolista para todo. No es el más técnico, ni el más fuerte, ni el más alto, ni el más rápido, pero sí uno de los más inteligentes. Su primera temporada completa con el primer equipo ha sido muy interesante. Sigue creciendo, puliendo y mejorando su juego. Como sucede casi siempre en estos casos, cuando hablamos de proyectos de jugadores tan prometedores, Nico necesitará minutos y los retos que le exigirá la Primera división en unos meses, pero sobre todo necesitará equivocarse. Sobrellevar nuevas y distintas situaciones que le va a exigir el fútbol profesional en relación al juego y al aspecto anímico. Sus 20 años ya nos revelan lo que está por venir en los próximos cursos y en el Espanyol puede encontrar un contexto magnífico para convertirse en el jugador que todos deseamos que sea. Incluido él.2