Diez Minutos

Carmen Lomana ‘‘Me encantaría ser alcaldesa de Madrid”

- Por Rosa Villacastí­n Fotos: Fernando Roi

Es una de las grandes desconocid­as de la sociedad madrileña pese a sus continuas aparicione­s en televisión o en actos sociales. Amena y divertida, se ha ganado el favor del público por su elegancia y educación. Para hablar de ella, pero también de otros temas de actualidad, nos reunimos en el Hotel Marbella Club, donde acude cada día cuando está de vacaciones en la Costa del Sol, donde tiene su segunda residencia.

-Carmen, para muchas personas su vida es una fiesta continua.

-Es un estigma que tengo y que me da mucha rabia porque yo soy una persona que trabaja muchísimo. No voy a negar que recibo muchas invitacion­es: algunas son compromiso­s que no puedo eludir porque se molestaría­n si no asistiera. Lo que sí es cierto es que procuro, en los ratos libres, que mi vida sea una fiesta, porque es muy corta y si algo malo me tiene que ocurrir, que me pille bailando. -¿Cómo son sus vacaciones? -Yo me levanto pronto para ir a la playa a nadar, porque es cuando no hay nadie y puedo tomar el sol relajada. Después de comer, me echo la siesta. Mi mayor ilusión sería tener un chiringuit­o con un menú muy corto, que cambiaría todas las semanas, y donde pudiera recibir a los amigos. -¿Se adaptaría a vivir fuera de Madrid? -Para mí lo perfecto es vivir en Madrid y venir a Marbella de vez en cuando, porque la oferta cultural y vida social que hay en Madrid no la tengo aquí. Me encanta el tipo de vida que llevo, porque yo no me siento sola en ningún momento. -¿Ni siquiera tras la muerte de su marido? -Aquello fue diferente, pero cuando yo me fui a vivir a Madrid pensé: no voy a esperar a que la gente venga a invitarme, yo tengo que ser más encantador­a que nadie, organizar fiestas y cenas en mi casa, ser yo la que invite para que la gente me vaya conociendo, y es lo que hice.

-¿Es el consejo que daría a quienes viven la soledad con angustia?

-Ser feliz es una cuestión de voluntad, porque si te quedas en tu casa, colgada de la melancolía, nunca saldrás de ese pozo, porque la soledad te lleva al abandono total. -¿En algún momento ha necesitado la ayuda de un especialis­ta?

-Nunca, pero cuando una persona se encuentra deprimida, necesita ir al especialis­ta, porque al final la depresión es porque te falta serotonina en el cerebro y los neurotrans­misores no funcionan, y eso solamente lo puedes solucionar con un tratamient­o. No hay que olvidar que somos química, y por eso y para eso hay pastillas. -Se van a cumplir 20 años de la muerte de su esposo.

-Parece mentira: como tengo tantas fotos de él en casa, cuando paso por su lado y le veo tan joven, le digo: ¡Qué suerte tienes, tú nunca vas a envejecer…! El recuerdo que tengo de Guillermo es cómo era cuando nos hicimos novios: vital, inteligent­e, divertido… -¿Busca en otros a Guillermo?

-No, porque cuando te gusta alguien y te enamoras, parece que fuera el primer hombre de tu vida. Si me enamoro es porque esa persona es especial, y no le comparo con mi marido ni con ningún otro. Quizás actúo así porque tengo una mente muy joven. -Viéndola no parece que tenga 70 años.

-Mira, yo no voy al gimnasio, como lo que me apetece, pero me quiero mucho y no hago nada que me pueda hacer daño: no bebo alcohol, nunca me he drogado y de las fiestas me retiro pronto porque me gusta dormir siete horas. -¿Cómo son sus noches locas?

-Ésas que no te acuestas, que después de una fiesta te vas a San Ginés a tomar un buen chocolate con churros, que acabas en la cama con tu amor y sigue la noche… -Tiene buena piel, ¿qué tratamient­os hace?

-Fíjate que he cogido fobia a los pinchazos, pero una vez al mes voy a que me pongan ácido hialurónic­o, Indiba, masajes. Ahora me quiero hacer un tratamient­o para el cuello. -Tomar el sol es malo para la piel...

-Sí, pero yo lo tomo con cuidado, por eso cuando tengo que salir a alguna fiesta, me doy una crema que compro on line (mediasinvi­sibles.com). Tienes que probarla porque da un tono dorado a la piel que favorece mucho, sobre todo en el photocall. -¿Por qué se presentó a “MasterChef”?

-Como soy tan ingenua, pensé que era una oportunida­d para aprender a cocinar y pasarlo bien y, al contrario que mis compañeros, yo no me preparé nada y llegué como

la pánfila del grupo. Pero no me arrepiento de haber participad­o, me encantó: te vas a divertir cuando lo emitan en septiembre. -Comparte cocina con lo mejor...

-Imagínate, con Mario Vaquerizo, Boris Izaguirre, Santiago Segura, Paz Vega, Óscar Higares, Pablo Carbonell… Ha sido lo más agotador que he hecho en mi vida, porque eran muchas horas de rodaje, nos teníamos que levantar a las 7 de la mañana: ha sido muy duro, pero lo hemos pasado muy bien. -Y en “Supervivie­ntes”, ¿qué se le perdió?

-La mejor aventura de mi vida. Yo, que soy consciente de la vida que tengo, de todo lo que tengo, me apetecía ver si era capaz de desprender­me de todo. Ni una crema ni un espejo ni champú, con apenas comida: era un reto para mí superar esas dificultad­es. -Imagino lo que debieron ser tantos días y noches con desconocid­os.

-Yo, en general, no soy una broncas, prueba de ello es que, pese a lo mucho que se metían conmigo, no lo consiguier­on; no por falta de ganas sino porque me aguantaba. -¿Qué era lo que más añoraba?

-Lavarme el pelo y comer, lo peor de todo eran las picaduras de los mosquitos, que nos comían. Con las chicas y con Nacho Vidal me llevaba bien, no con Rafi Camino porque era muy dejado, no hacía más que dormir, pero le vino de cine, adelgazó 35 kilos. -Marbella ha cambiado: ¿cómo es la actual?

-La sociedad en algunas cosas ha ido a mejor, pero en cuestión de educación ha ido a peor. Sin embargo, para la gente que viene desde hace años, siempre es la mejor opción, porque la vida aquí es muy apacible. -¿Ahora hay un turismo más igualitari­o?

-La igualdad es algo que debemos buscarnos nosotras, con nuestro trabajo, con nuestra independen­cia y, por supuesto, con nuestra libertad económica, porque no hay libertad si no tenemos independen­cia económica. Hay muchas mujeres a las que se les llena la boca hablando de feminismo, pero después van colgadas del brazo de un señor. -¿Le molesta el término feminista?

-Mira, una feminista es una mujer que lucha por los derechos de las mujeres, para que no te pisoteen, hoy me ha comentado una masajista que ni siquiera las tienen aseguradas. Yo le he dicho que lo denuncie, porque eso es explotació­n. -En líneas generales, eso es el feminismo.

-Sí, pero lo que me parece una ridiculez es que el piropo esté mal visto. Si a mí si me dicen que estoy estupenda por la calle les doy las gracias. Y si alguien me dice una grosería, le doy un corte. Yo no necesito que me defienda nadie, me basto y me sobro sola.

-¿Ha tenido que parar los pies?

-Por supuesto, en una cena donde había mucha gente, un señor se puso a meterme mano, estando su mujer enfrente y mi novio al lado. Ante eso, ¿qué haces?, ¿le monto el pollo, o me voy al baño? Me voy al baño para evitar un escándalo. -¿Haría lo mismo si le acosa su jefe?

-Si fuera en el trabajo, lo denunciarí­a. Es verdad también que hace 20 años muchas se aprovechab­an de su condición de mujer para conseguir contratos: no es un secreto, pero yo no me atrevo a juzgarlas porque quizá de eso dependía que pudieran comer. Ante esas circunstan­cias está tu dignidad por encima de todo o tragar. Pero hay algo que sí quiero denunciar. -Adelante.

-Me gustaría saber dónde están las feministas cuando el acoso y el bullying lo sufre Ines Arrimadas. ¿Dónde? ¿Por qué no dicen nada? En esto todas tenemos que estar unidas, sean de derechas o de izquierdas. -Desde el PP piden volver a la ley del aborto de 1985. ¿Está de acuerdo?

-Estoy en contra del aborto y a favor de la vida. Me parece inconcebib­le que se defienda la naturaleza, los animales, y sin embargo no se defienda la vida de las personas. Yo ayudo a la fundación Madrina, donde acogemos a chicas que en principio quieren abortar por múltiples razones y cuando nace su bebé son las más felices. -Ninguna mujer aborta por placer.

-En esos casos no hay que esperar 5 meses, éste es un tema al que yo le tengo mucho respeto, porque yo perdí un hijo, y sé lo que eso supone. -¿Tiene sobrinos?

-Sobrinos y sobrinos nietos. Tengo una de 3 años, otra de uno, otra de ocho meses, me tienen loca. El niño sí se parece a mí. -Y usted, ¿a quién se parece?

-Tengo de los dos: de mi padre tengo el físico, era muy atleta, musculoso, y mi madre -que tenía tendencia a engordar- tenía gran fuerza de voluntad, apenas comía. -Estudió en las monjas en Logroño, ¿cómo la influyeron?

-Estudié en la Compañía de María, que fundó una francesa y viuda, que se metió monja. Un colegio del que guardo un recuerdo maravillos­o, porque me enseñaron a ser tolerante, a distinguir lo que está bien de lo que está mal, y a saber disfrutar de la vida. Aunque últimament­e soy más intransige­nte, sobre todo con los políticos. -¿Qué le pediría a quien nos gobierne?

-Que sea una persona culta, honrada, inteligent­e, que luche por la cultura. Hay gente joven interesant­e pero no veo a esos políticos con un peso específico, que tengan una profesión que puedan vivir de ella, y que quieran dedicar unos años al servicio de España para mejorar la vida de los ciudadanos y no por llenarse los bolsillos. Sólo piensan en sus partidos y en lo que les conviene para ganar las elecciones. -¿Cree que llegaremos a ver a una mujer en La Moncloa?

-Me hubiera encantado que hubiera llegado Cristina Cifuentes, si no le hubiera pasado lo que le ha pasado, porque ha sido una gran presidenta de la Comunidad de Madrid. Hay otras en la izquierda y en la derecha que podrían serlo. -¿Se lanzaría al ruedo político?

-No me importaría porque la política es la vida, desde donde más puedes ayudar a mejorar la vida de la gente. Yo no necesito enriquecer­me con la política. Me encantaría ser alcaldesa de Madrid. -Dígame las primeras medidas que tomaría nada más llegar.

-Lo primero, recortaría en asesores, en todos los campos; después quitaría los coches oficiales salvo los de los presidente­s del gobierno, congreso y senado. A las autonomías las iba a tener híper controlada­s. Mejoraría la educación: que fuera la misma en toda España. Estudiaría dónde hay más necesidade­s para ayudarles, porque en Madrid y en el País Vasco tenemos una sanidad de 10. Bajaría las tasas universita­rias. -¿Qué haría por esa España vacía?

-Daría muchas más ayudas a la agricultur­a, animar a la gente para que se vaya a vivir a los pueblos. Hoy, con Internet, puedes trabajar desde cualquier parte. Hay que incentivar con escuelas, autobuses, para que la gente vuelva a los pueblos. -¿Qué programa le gustaría presentar?

-Me gustaría hacer un programa semanal que se titulase “De qué hablamos las mujeres”. Y abordar el lesbianism­o, la menopausia, la mujer florero, la crisis tras un divorcio, cómo es de maravillos­o tener un amante... -¿Cómo anda de novios?

-Novio no tengo, pero en ese campo soy una persona de suerte, porque todos los hombres que han pasado por mi vida han sido maravillos­os, tengo buen ojo. -¿Y Gigi, barón Biaggio de Bruccolari?

-Es muy guapo, muy buena persona, muy amable, y estoy sorprendid­a de lo cariñoso que es, y de las cosas tan bonitas que me dice. Ahora se ha ido a Palermo. ENTREVISTA REALIZADA EN EL BEACH CLUB DEL HOTEL MARBELLA CLUB. BULEVAR PRÍNCIPE ALFONSO DE HOHENLOHE S/N.- MARBELLA

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Carmen y Rosa, muy divertidas, durante la entrevista, en el Beach Club del Hotel Marbella Club.
 ??  ?? “Una feminista es una mujer que lucha por los derechos de las mujeres, para que no te pisoteen. Lo que me parece una ridiculez es que el piropo esté mal visto”, dice Lomana.
“Una feminista es una mujer que lucha por los derechos de las mujeres, para que no te pisoteen. Lo que me parece una ridiculez es que el piropo esté mal visto”, dice Lomana.
 ??  ?? Carmen asegura que “Supervivie­ntes” ha sido “la mejor experienci­a de mi vida. Era un reto ver si era capaz de desprender­me de todo lo que tengo”.
Carmen asegura que “Supervivie­ntes” ha sido “la mejor experienci­a de mi vida. Era un reto ver si era capaz de desprender­me de todo lo que tengo”.
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Guillermo, mi marido, en “En esta foto estoy con forma en que le miro, con Menorca. Me gusta por la tanto cariño y tanto amor….”

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