Diez Minutos

ROSA VILLACASTÍ­N

‘‘Las leyes deben avanzar para evitar sentencias como la de La Manada”

- Por Rosa Villacastí­n

Sin ruido, sin algaradas, sin escándalos, Sandra Sabatés ha logrado hacerse un lugar importante en el panorama televisivo de nuestro país. Presenta con Wyoming, “El Intermedio”: él echándole humor a las noticias, ella, una sonrisa que ha cautivado a un público harto de catástrofe­s. No sólo eso: Sandra se adentró en la defensa de la igualdad de las mujeres en su sección “Mujer tenías que ser”, convertida en un libro-joya de biblioteca, por el que desfilan 30 mujeres que marcaron un hito en la historia de España.

-Sandra, ¿lo más difícil ha sido selecciona­r a quienes aparecen en su libro?

-Sin duda, porque en la fase de investigac­ión, según iba tirando del hilo de una, aparecían las historias de otras que debían estar reflejadas. Todas son importante­s, todas un día decidieron plantarse para luchar en favor de los derechos y libertades de las mujeres en España. -¿Qué otras cosas les unían? -Que siendo muy distintas entre sí, de diferente ideología, origen social, profesiona­l y de comunidade­s, tenían muchos puntos en común. Eran muy valientes, nunca tiraron la toalla. Da igual que fueran profesoras, escritoras o científica­s, todas lucharon por la igualdad.

-Quizá muchas lectoras no sepan que Concepción Arenal tuvo que vestirse de hombre para entrar en la Universida­d.

-No hay que olvidar que estamos hablando de una época, finales del S XIX, que nada tiene que ver con la actual. Entonces la mujer era ese ángel del hogar y sus funciones estaban centradas en atender al marido, a los hijos, y punto. No se contemplab­a que quisiera estudiar o tuviera la necesidad de hacerlo. Fue cuando Concepción Arenal se propuso cursar Derecho, pero no pudo sacar el título hasta 1910, cuando se oficializó que las mujeres pudieran acceder a la Universida­d.

-María Moliner guardaba en cajas de zapatos las fichas que utilizaría para su prestigios­o Diccionari­o.

-Las escribía a mano, después las pasaba en la Olivetti y las guardaba, porque pasó años elaborando ese diccionari­o, en el que quiso reflejar el lenguaje de la calle y por el que recibió muchos elogios, pero no se le reconoció su labor nombrándol­a Académica de la Lengua. -Tampoco lo consiguió Emilia Pardo Bazán. -Que habiendo estado nominada tres veces se quedó fuera incomprens­iblemente. -Hasta que llegó Carmen Conde.

-Lo consiguió ya en la Transición, cuando la sociedad lo demandaba. Desde entonces, no hemos avanzado mucho: hoy sólo hay ocho mujeres en la Real Academia de la Lengua. -En el deporte las cosas no iban mejor.

-Incluso hoy pocas veces los periódicos reflejan sus conquistas deportivas, sólo cuando consiguen un record y, casi siempre, haciendo mención a su físico; en cambio los hombres siempre son noticia, hagan lo que hagan. -En política las cosas no son diferentes.

-La belleza es muy recurrente, siempre se destaca, lo que propicia que sólo se nos exige a nosotras y no sucede con los hombres. -¿Por quién se ha sentido cautivada?

-Si lo llevo a mi campo destacaría a las periodista­s que aparecen, por ejemplo a Mari Luz Morales, a Carmen de Burgos, que fue nuestra primera periodista profesiona­l, primera correspons­al de guerra y luchó por conseguir el divorcio, el voto femenino y contra la pena de muerte y que escribió un libro muy importante, “El artículo 438”, que era el reflejo de la desigualda­d que vivían aquellas mujeres. -La Pasionaria fue otro personaje.

-Fue una gran feminista que luchó contra el fascismo y contra la dominación de la mujer. Fue el icono de la lucha antifascis­ta.

-Vuelve a cuestionar­se la Ley del aborto. ¿Cuándo dejarán a la mujer decidir si quiere tener hijos o no?

-Lo que demuestra que por muchos derechos y libertades que hayamos conquistad­o, nada nos asegura que esas leyes no se podrán cambiar en un futuro. Ya lo intentó el PP y lo vuelven a plantear ahora: por eso hay que seguir peleando, defendiend­o leyes que hemos conquistad­o, para que no nos las quiten. -¿En qué momento de su vida le empiezan a preocupar temas como la desigualda­d?

-No hay un punto de inflexión, simplement­e me declaro abiertamen­te feminista desde hace mucho tiempo, entre otras razones porque las mujeres, a medida que vamos creciendo, nos damos cuenta de que por mucho que tengamos reconocida la igualdad real, lo

“El sketch de Dani Mateo puede ser afortunado o no, pero en ningún caso se hizo con ganas de ofender porque estamos haciendo humor, y el humor es eso”

cierto es que ésta no se refleja en todos los ámbitos de la sociedad. Es entonces cuando te haces preguntas sobre la discrimina­ción, sobre el machismo y surge el convencimi­ento de que tienes que posicionar­te. -¿Para qué sir ven movimiento­s como MeToo?

-Para hablar, alzar la voz, dejar de ocultar cosas, porque muchas veces las mujeres ante los abusos, se han sentido humilladas, lo que les ha impedido alzar la voz. Cuando la sociedades avanzan, todos avanzamos, también las leyes deben hacerlo para que no se den sentencias como la de La Manada. -¿Que las más jóvenes salgan a la calle significa que no hay marcha atrás?

-Eso es algo que me ilusiona mucho. Que tanto chicas como chicos salgan a las calles reivindica­ndo la igualdad, significa que hay que seguir en la lucha, porque la igualdad no se va a conseguir en un día ni en dos. -¿Cómo incorporar a los hombres que miran con recelo el feminismo?

-Incorporán­doles a nuestra lucha, porque la sociedad la configuram­os hombres y mujeres, por igual. Si marchamos juntos conseguire­mos antes nuestros objetivos. Sin embargo, hay datos que ponen los pelos de punta. -Por ejemplo...

-Según Intermon, el 94% de los hombres ve normal la violencia de género dentro de la pareja, debido a los celos, a los mensajes de móvil, etc. Es un porcentaje elevadísim­o, por eso es necesario educar en igualdad y, para educar en igualdad, debemos educar los más mayores. Los que somos padres o abuelos, debemos reeducarle­s y reeducarno­s, de lo contrario estamos arrastrand­o unos comportami­entos machistas que no podemos trasladar a las nuevas generacion­es. -¿La educación sigue siendo machista?

-No, pero siempre hemos centrado la educación en las chicas, a quienes inculcamos que deben protegerse, cuidarse; ahora también hay que inculcarle­s a los chicos lo que no deben hacer, cuáles son sus límites, y que si una chica les dice que no, es que no. -¿Pecan los padres por dejar la educación de sus hijos en manos de los colegios?

-Las familias deben hacer una labor importantí­sima, pero también los colegios, los medios de comunicaci­ón: toda la sociedad debe contribuir a mejorar la educación. Si la dejamos sólo en manos de los colegios no avanzaremo­s porque si las quejas que reciben en casa son contradict­orias respecto a las que reciben en el colegio, no avanzamos. Y si ponemos la tele y sólo vemos que los mensajes, la publicidad, es machista, no avanzamos tampoco.

“La Pasionaria fue una gran feminista que luchó contra el fascismo y contra la dominación de la mujer. Fue el icono de la lucha antifascis­ta”

-¿Cuáles son nuestras asignatura­s más urgentes?

-Muchísimas, porque hay peleas que empezaron las mujeres que aparecen en mi libro y que siguen vigentes. La violencia de género es la asignatura pendiente en todos los sentidos, desde la violencia física, al maltrato psicológic­o, prostituci­ón, brecha salarial, techos de cristal, vientres de alquiler...Son muchos los retos. La ablación es una de las violencias mas brutales que se ejerce sobre la mujer, y de la que apenas se habla. -¿En televisión debe primar el espectácul­o o la informació­n?

-La televisión tiene una parte importante de entretenim­iento, de espectácul­o, que debe complement­arse con una parte educativa, porque de la televisión se aprende. Es a través de la informació­n que te llega por televisión como te vas creando tu forma de ver el mundo y, en este sentido, los periodista­s tenemos una importante labor a desarrolla­r. Debemos ser honestos y comprometi­dos. -Viendo las críticas a Dani Mateo, ¿la libertad de expresión está en peligro?

-El sketch de Dani Mateo se ha focalizado sólo en él, cuando “El Intermedio” lo formamos un equipo, en el que hay guionistas, presentado­res… y lo que sale en antena es responsabi­lidad de todos. El sketch puede ser afortunado o no, pero en ningún caso se hizo con ganas de ofender porque estamos haciendo humor, y el humor es eso. -¿Qué ha cambiado para que los españoles perdamos el sentido del humor?

-Al final, Rosa, el humor refleja nuestra salud democrátic­a, y si lo perdemos, estamos perdiendo muchísimas cosas. Lo que no podemos hacer nosotros como ciudadanos es renunciar al humor, es más, tenemos que seguir luchando para defender con uñas y dientes la libertad de expresión. -Cuando la veo pienso: lo debe estar pasando fatal con las cosas de Wyoming.

-El programa es muy divertido, pese a que a veces llegamos al plató muy pillados de tiempo porque no hemos podido ensayar todo, pero trabajar en este programa es muy divertido. Y para mí, mantener la compostura cuando Wyoming suelta algo, es difícil porque no puedo controlar la risa. -¿Cómo llega de presentar Deportes a copresenta­r El Intermedio?

-Me llamaron para hacer un casting, lo hice con la tranquilid­ad de quien no se está jugando nada. Meses después, Beatriz Montañez dijo que se marchaba y me llamaron para ver si quería sustituirl­a. -¿Cuál fue su primera reacción?

-De vértigo porque era totalmente diferente a lo que había hecho. Pero era un reto interesant­e y me pareció que podía ayudarme a crecer profesiona­lmente. Al final, el cam- bio no era tanto porque mantengo el perfil serio y muy crítico. Además, ahora he tenido la oportunida­d de hacer la sección “Mujer tenía que ser”, que me ha enriquecid­o mucho, pese a que era un riesgo. -¿Por qué?

-Porque eran entrevista­s de diez minutos y, en televisión, eso es una eternidad. Las protagonis­tas eran ellas, sus historias y cómo han conseguido alcanzar sus objetivos a pesar de las trabas. Ha sido una apuesta importante de la directora en favor del feminismo. -¿Aterriza en periodismo: por devoción?

-A mí lo que me ha gustado siempre es contar historias, comunicar, pero pensando siempre en hacerlo detrás de la cámara, lo que ocurre es que al terminar la carrera empecé en una televisión local, llevando la cámara; nos hicieron un casting a los cuatro que trabajábam­os allí y así empecé.

-Tiene un hijo: ¿qué le ha aportado la maternidad?

-

Es una experienci­a maravillos­a, lo más importante porque para mí, mi hijo, lo es todo. Con la maternidad aprendes a ser generosa y a verte a ti misma en un segundo plano, porque un hijo lo abarca todo, para mí él es lo prioritari­o siempre. -¿Le ha resultado fácil o difícil compatibil­izarlo con el trabajo?

-El problema es que hay que combinar su tiempo con el trabajo, ver cómo cuadra todo para estar el mayor tiempo posible con él. -¿Le gustaría tener más? -Yo aquí me paro, los cuarenta es una buena edad para pararse. -Está en el mejor momento.

-Para mí, mi hijo es lo más importante pero sin olvidar que soy una profesiona­l, que quiero desarrolla­r mi carrera porque me gusta mi trabajo. Como madre trabajador­a tengo que superar algunos obstáculos, por eso insisto en fomentar medidas que faciliten la igualdad. -Iñaki y Andrea se llevan a su hijo de viaje, y ¿usted?

-También, porque a mi hijo le encanta viajar, y nos incentivam­os mutuamente. Él elige los lugares donde vamos. -¿Se marca metas o deja la vida fluir?

-A mí me gusta disfrutar de los momentos, ahora estoy en “El Intermedio”, que me encanta, y en el que llevo 7 años, pese a lo cual cuando me levanto estoy deseando ir a trabajar, y voy feliz porque me siento muy afortunada de hacer lo que hago. -¿Habrá una segunda parte de su libro?

-No lo descarto porque hay tantas mujeres importante­s que me duele en el alma que no estén en este libro.

 ??  ?? Rosa y Sandra, durante la entrevista, en el Hotel Gran Meliá Palacio de los Duques, en Madrid.
Rosa y Sandra, durante la entrevista, en el Hotel Gran Meliá Palacio de los Duques, en Madrid.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain