ROSA VILLACASTÍN
‘‘Las leyes deben avanzar para evitar sentencias como la de La Manada”
Sin ruido, sin algaradas, sin escándalos, Sandra Sabatés ha logrado hacerse un lugar importante en el panorama televisivo de nuestro país. Presenta con Wyoming, “El Intermedio”: él echándole humor a las noticias, ella, una sonrisa que ha cautivado a un público harto de catástrofes. No sólo eso: Sandra se adentró en la defensa de la igualdad de las mujeres en su sección “Mujer tenías que ser”, convertida en un libro-joya de biblioteca, por el que desfilan 30 mujeres que marcaron un hito en la historia de España.
-Sandra, ¿lo más difícil ha sido seleccionar a quienes aparecen en su libro?
-Sin duda, porque en la fase de investigación, según iba tirando del hilo de una, aparecían las historias de otras que debían estar reflejadas. Todas son importantes, todas un día decidieron plantarse para luchar en favor de los derechos y libertades de las mujeres en España. -¿Qué otras cosas les unían? -Que siendo muy distintas entre sí, de diferente ideología, origen social, profesional y de comunidades, tenían muchos puntos en común. Eran muy valientes, nunca tiraron la toalla. Da igual que fueran profesoras, escritoras o científicas, todas lucharon por la igualdad.
-Quizá muchas lectoras no sepan que Concepción Arenal tuvo que vestirse de hombre para entrar en la Universidad.
-No hay que olvidar que estamos hablando de una época, finales del S XIX, que nada tiene que ver con la actual. Entonces la mujer era ese ángel del hogar y sus funciones estaban centradas en atender al marido, a los hijos, y punto. No se contemplaba que quisiera estudiar o tuviera la necesidad de hacerlo. Fue cuando Concepción Arenal se propuso cursar Derecho, pero no pudo sacar el título hasta 1910, cuando se oficializó que las mujeres pudieran acceder a la Universidad.
-María Moliner guardaba en cajas de zapatos las fichas que utilizaría para su prestigioso Diccionario.
-Las escribía a mano, después las pasaba en la Olivetti y las guardaba, porque pasó años elaborando ese diccionario, en el que quiso reflejar el lenguaje de la calle y por el que recibió muchos elogios, pero no se le reconoció su labor nombrándola Académica de la Lengua. -Tampoco lo consiguió Emilia Pardo Bazán. -Que habiendo estado nominada tres veces se quedó fuera incomprensiblemente. -Hasta que llegó Carmen Conde.
-Lo consiguió ya en la Transición, cuando la sociedad lo demandaba. Desde entonces, no hemos avanzado mucho: hoy sólo hay ocho mujeres en la Real Academia de la Lengua. -En el deporte las cosas no iban mejor.
-Incluso hoy pocas veces los periódicos reflejan sus conquistas deportivas, sólo cuando consiguen un record y, casi siempre, haciendo mención a su físico; en cambio los hombres siempre son noticia, hagan lo que hagan. -En política las cosas no son diferentes.
-La belleza es muy recurrente, siempre se destaca, lo que propicia que sólo se nos exige a nosotras y no sucede con los hombres. -¿Por quién se ha sentido cautivada?
-Si lo llevo a mi campo destacaría a las periodistas que aparecen, por ejemplo a Mari Luz Morales, a Carmen de Burgos, que fue nuestra primera periodista profesional, primera corresponsal de guerra y luchó por conseguir el divorcio, el voto femenino y contra la pena de muerte y que escribió un libro muy importante, “El artículo 438”, que era el reflejo de la desigualdad que vivían aquellas mujeres. -La Pasionaria fue otro personaje.
-Fue una gran feminista que luchó contra el fascismo y contra la dominación de la mujer. Fue el icono de la lucha antifascista.
-Vuelve a cuestionarse la Ley del aborto. ¿Cuándo dejarán a la mujer decidir si quiere tener hijos o no?
-Lo que demuestra que por muchos derechos y libertades que hayamos conquistado, nada nos asegura que esas leyes no se podrán cambiar en un futuro. Ya lo intentó el PP y lo vuelven a plantear ahora: por eso hay que seguir peleando, defendiendo leyes que hemos conquistado, para que no nos las quiten. -¿En qué momento de su vida le empiezan a preocupar temas como la desigualdad?
-No hay un punto de inflexión, simplemente me declaro abiertamente feminista desde hace mucho tiempo, entre otras razones porque las mujeres, a medida que vamos creciendo, nos damos cuenta de que por mucho que tengamos reconocida la igualdad real, lo
“El sketch de Dani Mateo puede ser afortunado o no, pero en ningún caso se hizo con ganas de ofender porque estamos haciendo humor, y el humor es eso”
cierto es que ésta no se refleja en todos los ámbitos de la sociedad. Es entonces cuando te haces preguntas sobre la discriminación, sobre el machismo y surge el convencimiento de que tienes que posicionarte. -¿Para qué sir ven movimientos como MeToo?
-Para hablar, alzar la voz, dejar de ocultar cosas, porque muchas veces las mujeres ante los abusos, se han sentido humilladas, lo que les ha impedido alzar la voz. Cuando la sociedades avanzan, todos avanzamos, también las leyes deben hacerlo para que no se den sentencias como la de La Manada. -¿Que las más jóvenes salgan a la calle significa que no hay marcha atrás?
-Eso es algo que me ilusiona mucho. Que tanto chicas como chicos salgan a las calles reivindicando la igualdad, significa que hay que seguir en la lucha, porque la igualdad no se va a conseguir en un día ni en dos. -¿Cómo incorporar a los hombres que miran con recelo el feminismo?
-Incorporándoles a nuestra lucha, porque la sociedad la configuramos hombres y mujeres, por igual. Si marchamos juntos conseguiremos antes nuestros objetivos. Sin embargo, hay datos que ponen los pelos de punta. -Por ejemplo...
-Según Intermon, el 94% de los hombres ve normal la violencia de género dentro de la pareja, debido a los celos, a los mensajes de móvil, etc. Es un porcentaje elevadísimo, por eso es necesario educar en igualdad y, para educar en igualdad, debemos educar los más mayores. Los que somos padres o abuelos, debemos reeducarles y reeducarnos, de lo contrario estamos arrastrando unos comportamientos machistas que no podemos trasladar a las nuevas generaciones. -¿La educación sigue siendo machista?
-No, pero siempre hemos centrado la educación en las chicas, a quienes inculcamos que deben protegerse, cuidarse; ahora también hay que inculcarles a los chicos lo que no deben hacer, cuáles son sus límites, y que si una chica les dice que no, es que no. -¿Pecan los padres por dejar la educación de sus hijos en manos de los colegios?
-Las familias deben hacer una labor importantísima, pero también los colegios, los medios de comunicación: toda la sociedad debe contribuir a mejorar la educación. Si la dejamos sólo en manos de los colegios no avanzaremos porque si las quejas que reciben en casa son contradictorias respecto a las que reciben en el colegio, no avanzamos. Y si ponemos la tele y sólo vemos que los mensajes, la publicidad, es machista, no avanzamos tampoco.
“La Pasionaria fue una gran feminista que luchó contra el fascismo y contra la dominación de la mujer. Fue el icono de la lucha antifascista”
-¿Cuáles son nuestras asignaturas más urgentes?
-Muchísimas, porque hay peleas que empezaron las mujeres que aparecen en mi libro y que siguen vigentes. La violencia de género es la asignatura pendiente en todos los sentidos, desde la violencia física, al maltrato psicológico, prostitución, brecha salarial, techos de cristal, vientres de alquiler...Son muchos los retos. La ablación es una de las violencias mas brutales que se ejerce sobre la mujer, y de la que apenas se habla. -¿En televisión debe primar el espectáculo o la información?
-La televisión tiene una parte importante de entretenimiento, de espectáculo, que debe complementarse con una parte educativa, porque de la televisión se aprende. Es a través de la información que te llega por televisión como te vas creando tu forma de ver el mundo y, en este sentido, los periodistas tenemos una importante labor a desarrollar. Debemos ser honestos y comprometidos. -Viendo las críticas a Dani Mateo, ¿la libertad de expresión está en peligro?
-El sketch de Dani Mateo se ha focalizado sólo en él, cuando “El Intermedio” lo formamos un equipo, en el que hay guionistas, presentadores… y lo que sale en antena es responsabilidad de todos. El sketch puede ser afortunado o no, pero en ningún caso se hizo con ganas de ofender porque estamos haciendo humor, y el humor es eso. -¿Qué ha cambiado para que los españoles perdamos el sentido del humor?
-Al final, Rosa, el humor refleja nuestra salud democrática, y si lo perdemos, estamos perdiendo muchísimas cosas. Lo que no podemos hacer nosotros como ciudadanos es renunciar al humor, es más, tenemos que seguir luchando para defender con uñas y dientes la libertad de expresión. -Cuando la veo pienso: lo debe estar pasando fatal con las cosas de Wyoming.
-El programa es muy divertido, pese a que a veces llegamos al plató muy pillados de tiempo porque no hemos podido ensayar todo, pero trabajar en este programa es muy divertido. Y para mí, mantener la compostura cuando Wyoming suelta algo, es difícil porque no puedo controlar la risa. -¿Cómo llega de presentar Deportes a copresentar El Intermedio?
-Me llamaron para hacer un casting, lo hice con la tranquilidad de quien no se está jugando nada. Meses después, Beatriz Montañez dijo que se marchaba y me llamaron para ver si quería sustituirla. -¿Cuál fue su primera reacción?
-De vértigo porque era totalmente diferente a lo que había hecho. Pero era un reto interesante y me pareció que podía ayudarme a crecer profesionalmente. Al final, el cam- bio no era tanto porque mantengo el perfil serio y muy crítico. Además, ahora he tenido la oportunidad de hacer la sección “Mujer tenía que ser”, que me ha enriquecido mucho, pese a que era un riesgo. -¿Por qué?
-Porque eran entrevistas de diez minutos y, en televisión, eso es una eternidad. Las protagonistas eran ellas, sus historias y cómo han conseguido alcanzar sus objetivos a pesar de las trabas. Ha sido una apuesta importante de la directora en favor del feminismo. -¿Aterriza en periodismo: por devoción?
-A mí lo que me ha gustado siempre es contar historias, comunicar, pero pensando siempre en hacerlo detrás de la cámara, lo que ocurre es que al terminar la carrera empecé en una televisión local, llevando la cámara; nos hicieron un casting a los cuatro que trabajábamos allí y así empecé.
-Tiene un hijo: ¿qué le ha aportado la maternidad?
-
Es una experiencia maravillosa, lo más importante porque para mí, mi hijo, lo es todo. Con la maternidad aprendes a ser generosa y a verte a ti misma en un segundo plano, porque un hijo lo abarca todo, para mí él es lo prioritario siempre. -¿Le ha resultado fácil o difícil compatibilizarlo con el trabajo?
-El problema es que hay que combinar su tiempo con el trabajo, ver cómo cuadra todo para estar el mayor tiempo posible con él. -¿Le gustaría tener más? -Yo aquí me paro, los cuarenta es una buena edad para pararse. -Está en el mejor momento.
-Para mí, mi hijo es lo más importante pero sin olvidar que soy una profesional, que quiero desarrollar mi carrera porque me gusta mi trabajo. Como madre trabajadora tengo que superar algunos obstáculos, por eso insisto en fomentar medidas que faciliten la igualdad. -Iñaki y Andrea se llevan a su hijo de viaje, y ¿usted?
-También, porque a mi hijo le encanta viajar, y nos incentivamos mutuamente. Él elige los lugares donde vamos. -¿Se marca metas o deja la vida fluir?
-A mí me gusta disfrutar de los momentos, ahora estoy en “El Intermedio”, que me encanta, y en el que llevo 7 años, pese a lo cual cuando me levanto estoy deseando ir a trabajar, y voy feliz porque me siento muy afortunada de hacer lo que hago. -¿Habrá una segunda parte de su libro?
-No lo descarto porque hay tantas mujeres importantes que me duele en el alma que no estén en este libro.