Pau Donés, adiós a un luchador
El líder de Jarabe de palo llevaba cinco años luchando contra un cáncer de colon. Nos quedan sus canciones vitalistas y una manera de afrontar la enfermedad que ha conmovido a todos.
No pudo superar el cáncer que le diagnosticaron en 2015, pero Pau Donés nos ha dejado una lección difícil de olvidar. El músico falleció el pasado 9 de junio rodeado de los suyos y hasta el último momento practicó lo que siempre repetía cuando le preguntaban sobre su enfermedad: “La vida es urgente. Que cada uno lo interprete como quiera, pero lo importante es vivir el presente: no hay que olvidar que es un regalo. Que nada nos lo joda”. Y así lo hizo hasta el final. Hace tan sólo unas semanas lanzó su nueva canción, “Eso que tú me das”, un tema con un claro sabor a despedida donde agradece todo el cariño y el amor recibido a lo largo de estos años. La familia del artista anunció su marcha a través de un comunicado y las redes se llenaron de mensajes lamentando la pérdida de un músico inigualable. Pau siempre sintió pasión por su profesión, aunque ejerció de modelo esporádico y publicista hasta que en 1997 dio la campanada con “La flaca”, una canción que le convirtió en estrella. Desde entonces, sus estribillos pegadizos siempre estuvieron abonados al éxito.
Valiente anuncio
En septiembre de 2015, Pau anunció que padecía cáncer de colon. Tuvo que pasar por el quirófano y someterse a quimioterapia, un tratamiento que le alejó temporalmente de los escenarios. Año y medio después, el cantante confesaba que “estaba limpio”.
La alegría, sin embargo, duró poco. En 2017 Donés anunció una recaída, un revés que siempre afrontó con una entereza fuera de lo común. “El cangrejo estaba tan dormido que incluso llegué a creer que me había curado. Me interesa desestigmatizar la enfermedad. No sé si me voy a salvar, pero el cáncer me obligó a parar y me ha proporcionado un sosiego muy molón”, confesó.
Pese a que tuvo que volver al hospital, Pau siguió la hoja de ruta que tenía trazada: regresó a los escenarios con Jarabe de palo y publicó una autobiografía con motivo de su 50 cumpleaños. En ese relato a cara descubierta, el cantante confesó el suicidio de su madre cuando él acababa de cumplir 16 años. Ella fue quien le regaló su primera guitarra eléctrica y le transmitió la pasión por la música. Aquel mazazo le hizo madurar de golpe, al cuidado de sus tres hermanos pequeños. “Fue una enseñanza porque me convertí en un Juan sin miedo y en un tío muy vitalista. Porque a mí me gustaba vivir, cosa que a mi madre no. Ella decidió que se iba, no sin antes dejar un mensaje claro: ‘Eh, si a vosotros os gusta vivir, no perdáis tiempo y no tengáis miedo, que esto vale la pena’”, explicó en una entrevista concedida a “El Mundo”.
La mujer de su vida
Después de un año intenso girando, Pau volvió a retirarse en 2018 para dedicarse por completo a su hija, Sara. Los dos hicieron las maletas y se fueron a California para regalarse el tiempo que les quedaba juntos. “No quiero perderme su adolescencia. El año que nació estuve tan sólo dos meses en casa y ahora nos hemos vuelto a encontrar. Es el gran amor de mi vida y voy a pelear para no dejarla sola”, explicó.
Desde que se separó de la madre de su hija, Pau no volvió a tener relaciones demasiado estables. “Soy un buen amigo, regular amante y un pésimo novio. Cuando anuncié que tenía cáncer, todas mis ex me llamaron o me escribieron un mensajito”, confesó. Por algo será. Nos ha dejado un buen tipo.
EN 2018 SE MARCHÓ A VIVIR A CALIFORNIA CON SU HIJA. “VOY A PELEAR PARA NO DEJARLA SOLA”, DIJO