Diez Minutos

Tamara Falcó “No he hablado con Esther Doña. No había comunicaci­ón y ahora tampoco”

La hija de Isabel Preysler, nueva imagen de Sisley, aseguró que echa mucho de menos a su padre, aunque se refugia en la fe.

- Daniel I. Carande

Tamara Falcó ha empezado el nuevo curso con muchos proyectos. Sigue con su programa de cocina en TVE, también colabora con “El Hormiguero” y ahora es imagen de la firma de belleza Sisley. “Mi hermana Chábeli me dijo que no podía rechazar este trabajo porque los productos son geniales”, aseguró. Hablamos con la hija de Isabel Preysler en la primera Maison Sisley que ha abierto en España, situada en el barrio de Salamanca.

-El curso empieza movido. -Estoy muy contenta. Ahora soy muy televisiva, ¡quién me lo iba a decir! Porque me daban miedo las cámaras.

-¿Qué tal tu aventura en “El hormiguero”?

-Me lo paso muy bien, me sube la adrenalina. Pablo Motos es muy cariñoso conmigo. Ahora mi madre me manda deberes para que cambie algunas cosas que digo. Pablo dice que va a tener que poner una sección de “Rectificac­iones Preysler”.

-Te va muy bien en el trabajo, ¿y en el amor?

-No busco el amor, pero tampoco estoy cerrada. Yo siempre he estado abierta. Aunque, honestamen­te, me siento muy plena como estoy.

-Ahora con la mascarilla hay que potenciar más la mirada para ligar.

-¡Claro! Ahora hay que fomentar otras cosas, porque con el maquillaje se te queda hecha un asco la mascarilla. -¿Eres muy esclava de la belleza y del peso?

-No, hay que tener un equilibrio. Cuando engordé, me permitió tener otra visión, porque antes vivía muy pendiente de mi peso. Cuando cogí kilos no se cayó el mundo. Además de la belleza, hay un alma y una mente. No me puedo quejar porque no soy un orco.

-Ahora en TVE ha empezado a trabajar Esther Doña.

-No la he visto todavía ni hemos coincidido. Tampoco pasaría nada, la saludaría.

-¿Habéis hablado desde la muerte de tu padre?

-No. Yo le tengo respeto porque era la mujer de mi padre. Nunca ha habido comunicaci­ón y ahora no tiene ningún sentido. El único vínculo que nos unía era mi padre.

-¿Cuándo vas a ser oficialmen­te marquesa de Griñón?

-Ahora la cosa se ha complicado con todas las restriccio­nes de Madrid. Tengo pendiente mandar los papales.

-Supongo que echarás de menos a tu padre.

-Mucho. La muerte forma parte de la vida, aunque sea difícil de asumir. A mí me ha ayudado mucho mi fe, que es mi roca. Tengo mis días de bajón. Todavía tengo su numero guardado en favoritos. Sin duda, es el hombre que me ha querido.

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Tamara vistió un pantalón, zapatos y cinturón de Tommy Hilfiger.

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