Entrevista diez
ara Dibildos es asidua a Marbella casi desde su nacimiento, pasa los veranos en la casa familiar, situada en un lugar privilegiado, una urbanización de lujo desde donde puede trasladarse a cualquier lugar de España para continuar con sus giras teatrales. Una rutina que se ha visto alterada debido al Covid-19. Me reúno con ella en un lugar muy especial, La Fábrica de hielo, una tienda de antigüedades donde poder hablar rodeadas de bellas obras de arte.
-Lara, si tuviera enfrente al ministro
Lde Cultura, ¿qué le diría?
-Que no entiendo cómo nos tienen tan abandonados, éstos, los otros y los de más allá. Tengo la sensación de que para los políticos de este país las gentes de la cultura no son importantes.
-Algo que no ocurre en Francia.
-Cultura es todo: educación, literatura, teatro, cine, pintura, música, arquitectura... Sin cultura no sabríamos lo que ha ocurrido en el mundo desde sus orígenes. A la cultura hay que darle la misma importancia que a las empresas del IBEX, porque genera dinero y lo es todo en la vida.
-¿Deberían unirse para quitarse el estigma de que viven de las subvenciones?
-Te puedo asegurar que ahora que voy a producir nuestros proyectos teatrales con dos socios más, he metido ahí todos mis ahorros y ellos los suyos, y nos está costando sudor y lágrimas salir adelante.
-¿Qué balance hace del verano?
-Ha sido muy diferente a otros porque para mí va asociado a Marbella, donde lo paso con mis hijos y desde donde voy y vengo a las ciudades donde actuamos, ya que en estos meses hay muchos teatros al aire libre. Este verano no he podido trabajar. La parte buena es que podido disfrutar de mis hijos 24 horas al día, pero...
-El virus les ha obligado a suspender muchas funciones.
-En mi caso tuvimos que anular muchas que teníamos contratadas para representar “El contador del amor”, una comedia en la que llevo trabajando un montón de años, así como “Las telarañas”, de Agatha Cristhie, que acabábamos de estrenar. Contratos que están en un cajón.
-¿Los artistas no han podido acogerse a los ERTE? -No, porque hay una serie de requisitos que no todos cumplen, lo que les crea una situación crítica.
-Siendo como son los teatros y cines los lugares más seguros.
-Por eso hay que explicarle muy bien a la gente que tiene que superar el miedo a ir al teatro, porque son lugares seguros.
-¿De qué están viviendo los artistas si no trabajan?
-Yo gracias a Dios tengo otro trabajo, una productora donde continuamos con las películas de mi padre. No nos da para vivir muy bien, pero al menos tengo un colchón. El panorama es muy negro.
-Toca reinventarse, ¿no es así?
-En esta vida no podemos dejar de intentarlo. Durante el confinamiento yo me puse a escribir porque tengo dos hijos, y no me puedo quedar parada.
- ¿ Qué h a c e q u e n o h i c i e r a habitualmente?
-Cocinar, porque hay que ver lo que comen los niños, sobre todo el mayor. Ya soy una experta en cocina y en ordenar armarios.
-Dice que escribe mucho, ¿sobre qué?
-Puse en orden un montón de ideas, vivencias, en las que mezclo ficción con realidad. Historias personales, unas para mí y otras para esas chicas que han estado afectadas por el problema de tiroides y que les pueden resultar útiles. He querido desdramatizar, utilizando el sentido del humor, pero sin ocultar los momentos duros de una realidad que yo he vivido.
-¿Le ha costado recordar su lucha contra el cáncer?
-Me ha ocurrido algo curioso. Recordando cosas del pasado, después de veinte años de haber sufrido el cáncer de tiroides, de repente me imagino que debido a los nervios y a la situación que hemos vivido, tenía el tiroides totalmente descontrolado. Ha sido un tsunami general.
-¿Ya está bien?
-He tenido que ir al endocrino, porque se me habían disparado todas las hormonas tiroideas, estoy descontrolada pero bien. Soy propensa a las taquicardias, por eso hay cosas que no debo hacer como submarinismo, es por lo que me han cambiado las pastillas, que tengo que tomar diariamente. También debo tener orden en las comidas, y en general en todo, porque me viene muy bien.