Gente con estilo
principios de año, la vida le dio un revés cuando perdió a su padre. De hecho, Cecilia Gómez pensó en no bailar nunca más. Ahora, aunque se emociona al recordar a su progenitor, la bailaora sonríe al decirnos que su vida ha cambiado por completo. Expectante con su nuevo proyecto, “Bailaora”, e ilusionada con su nuevo amor, Marco Vricella, llega a decir que el cirujano ha sido un regalo de su padre. -¿Cómo has empezado el nuevo curso? -Pues un poco expectante porque han vuelto a reducir el aforo en los teatros. Pero nosotros ya teníamos un espectáculo en curso para salas más pequeñas, que se llama “Bailaora”, en el que somos cuatro músicos, cuatro bailarines y yo. La idea es empezar en marzo.
-Esta vez no eres empresaria...
-No, es Pedro Sarabia. En este espectáculo no soy empresaria, pero sí directora.
-¿Eres buena directora?
-Creo que sí, porque soy buena espectadora. Normalmente los artistas no son buenos espectadores, porque no suelen ir con predisposición a disfrutar del espectáculo porque son muy exigentes y críticos. A mí me gusta disfrutar de lo que veo.
-¿Echas de menos un escenario?
-Sí. Yo terminé el 1 de marzo y acabé bastante agotada porque me coincidió con el tema de mi padre, incluso pensé que no iba a tener más ganas de bailar. Pero ahora sí, y me apetece hacer flamenco.
-Siempre te hemos visto bailando en el teatro, que es una forma de interpretar. ¿Te gustaría probar en cine o en una serie?
-Me encantaría y me veo capaz. He probado a hacer castings en el confinamiento. Pero de momento no me han dicho nada. -¿Dónde te ves, en comedia o drama? -Me gustaría más comedia. Porque hacer reír es lo más difícil del mundo.
-Hablas de que el flamenco va en ti. Últimamente por la crisis que estamos viviendo se habla mucho de los teatros y el cine, pero no de los tablaos flamencos.
-Es verdad, y es un sector que está en crisis. Yo porque tengo un espectáculo para teatros, pero hay un setenta por ciento de los otros artistas flamencos que no tienen dónde desarrollar su trabajo ni una ayuda.
-Conocerás a mucha gente, ¿de qué viven?
-Intentan pedir sus ayudas. Los tablaos tienen los gastos de un teatro con un aforo
A
mucho menor. En la cultura nos sentimos desamparados porque estamos siendo injustamente tratados. Por ejemplo, yo acabo de coger un vuelo que iba hasta la bandera, no había control de seguridad y he venido al lado de una señora que no conocía de nada, pero no puedo trabajar en un teatro.
-En el confinamiento hacías castings, pero también has descubierto el amor. ¿Crees que Marco ha sido un regalo de tu padre?
-Sí, y hay momentos en que lo veo a él. Los dos son Piscis y en el carácter me recuerda a mi padre. Creo que es el hombre que mi padre hubiera querido para mí. -¿Ves la boda cerca?
-No lo sé. Yo me dejo llevar.
-Este verano, cuando descubrimos vuestro amor, nos decías que estabas muy ilusionada y que Marco era como un galán de cine. ¿Qué te aporta?
-Cuando conocí a Marco estaba más independiente que nunca, por eso tengo tan claro que quiero estar con el. Porque no necesito estar con él y sí quiero estar con el. -¿Qué te hace cambiar?
-Me lo ha puesto muy fácil porque Marco lo tenía muy claro desde un primer momento cuando nos conocimos. Creo que nunca nadie me había demostrado tanto que quería estar conmigo, que quería cuidarme y compartir conmigo su vida. Eso me ha hecho rendirme y saber que merece la pena. Es pura nobleza. Yo no necesito una persona a mi lado para ser completa, sin embargo, con Marco soy mejor.
-¿Entiende tu profesión?
-Sí, y le gusta. Me valora y admira. -¿Cómo os conocisteis?
-Nos conocimos durante el confinamiento a través de Pedro Sarabia, porque hicimos un vídeo para la ONG del Padre Ángel. Y me dijo que si necesitaba algo, como una recetas en el confinamiento, que le llamara. -¡Unas recetas!
-Sí. Y empezamos a hablar. Cuando yo me fui a Tarifa en junio, vino a verme.
-En Tarifa estabas con tu madre, ¿ya le conoce?
-No, pero está a punto. Han quedado para verse, porque Marco tiene que ir a operar a Gibraltar y han quedado. Yo no voy a ir.
-¿Os habéis preguntado por vuestro pasado?
-No, porque no nos importa. Yo he cambiado mucho en ese aspecto.