Diez Minutos

Verdades Piadosas: Bertín Osborne

El periodista nos acompaña en estas páginas en las que narra sus viviencias personales con los famosos, opina sobre ellos y revela muchos de sus secretos.

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“Amoríos de tres al cuarto, aventuras reales o supuestas, hicieron la leyenda”

Pertenece a otra época, a una juventud que hoy nos parece impensable. Bertín fue su arquetipo, modelo y ejemplo durante años. Hizo época y creó escuela como castigador irredento, siempre dispuesto al ligoteo sin mayores consecuenc­ias. Todo un ejemplo donjuanesc­o, malo sí, pero imitado y hasta envidiado. Fue símbolo de una época, unas gentes y una sociedad banales habituales de “Embassy” y Joy Eslava. Siempre se movió entre la realidad y lo imaginado. El para muchos aún “soltero de oro”, todavía produce morbo, risa y hasta cierto interés porque nada cautiva más que un seductor reconocido y tan afincado como lo estuvo Bertín. Su flechazo con Fabiola pareció “de película” y duró nada menos que catorce años en los que hubo de todo. Lógico. Desde la entrega inicial hasta llegar a los primeros desengaños. Pero con un desenlace positivo, algo bastante infrecuent­e y diría que hasta ejemplo a seguir. Porque después de tanto tiempo juntos, aguantándo­se y resistiend­o, no se entendería otra cosa. Con un sencillo, rotundo, breve y frío comunicado cerraban su dilatada convivenci­a el cantante de 66 años y la venezolana de 49. Dejaron claro que no existían terceras personas, pero se dijo y creyó de todo. Así liquidaron un matrimonio inciado un 10 de junio de 2006 en la caliente Sevilla cuando se conocieron en el rodaje de un video clip y ya no quisieron separarse. Todo resultó deslumbran­te, peliculero, como irreal y mágico, el amor no conoce barreras ya se sabe. Para Bertín, nacido Norberto Juan, era el segundo matrimonio tras estar unido a Sandra Domecq Williams, procedente de una conocida familia jerezana anglo-española. La que para muchos fue el gran y único amor de Bertín, murió en 2004 víctima de un cáncer. Luego vinieron los supuestos e increíbles casi mil romances, que se dicen pronto. Líos, amoríos de tres al cuarto, aventuras reales o supuestas incrementa­ron, finalmente, su leyenda de seductor. Es la que ha quedado por encima del tiempo. Incluso tras un tórrido tonteo con Ana Obregón que no pasó de ilusión juvenil donde ella estaba más interesada.

Presuntame­nte, siempre sin confirmar, luego vendrían Alicia Koplowitz y Paloma Lago. Incluso se habló en los festivos tiempos marbellero­s de algo con Sofía de Habsburgo, princesa de segunda estirada, fría y distante. No duró mucho porque ella era muy fuerte de pretension­es y miraba por encima del hombro. Cuando Bertín se instaló en Miami conoció a Brigitte Nielsen, conocida por su matrimonio con Sylvester Stallone. Bertín también intimó con Bárbara Carrera, la chica Bond de “Nunca digas nunca jamás”, y también con Gabriela Sabatini, campeona tenística de los 90… Fue incansable en sus romances, amoríos y flechazos. Por eso dejo huella haciendo una historia increíble. Entre la realidad y lo imaginado, así es la peripecia sentimenta­l de Bertín.

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