‘‘Admiro a quienes hablan poco y trabajan mucho’’
Ni el poder ni la política han cambiado a Margarita Robles, la actual ministra de Defensa y uno de los pilares del gobierno de Pedro Sánchez. Mujer acostumbrada a los retos, los afronta sin perder las formas porque tras su aspecto de persona dialogante, se esconde una fuerte personalidad, resistente a las inclemencias de los tiempos que le ha tocado vivir, tanto en la judicatura como en la política, de los que ha salido reforzada. Robles se ha convertido en una de las ministras mejor valoradas de los gobiernos de
Pedro Sánchez, no sólo por su trabajo, también por su buena relación con quienes no comparten su ideología, como ha demostrado en estos dos últimos años, enfrentándose a situaciones límite como la pandemia, la evacuación de los españoles en Afganistán, y la erupción del volcán en La Palma.
-¿Cómo imaginar que viviríamos tantas catástrofes en tan poco tiempo?
-Nadie podía pensar lo que ha ocurrido, para mí personalmente ha sido una experiencia muy enriquecedora.
“La evacuación de Afganistán ha sido una misión humanitaria sin precedentes”
“Hay vida fuera de la política. Cuando salgo del Ministerio soy una persona normal, quedo con amigos, viajo...”
-¿Políticamente también?
-Sí, porque me ha permitido conocer a los hombres y mujeres que componen las Fuerzas Armadas, que han demostrado lo valientes y generosos que son acudiendo a aquellos sitios donde más se les necesitaba: a las residencias de ancianos, lavando cadáveres, ayudando a los menores en Ceuta, y la evacuación de Afganistán…
-Actitudes que se aprecian más en la adversidad.
-Porque vivimos muy rápido el día a día y así es muy difícil que nos detengamos a pensar en lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Y en estos dos últimos años se han acumulado tal cantidad de situaciones extremas, que nos han hecho reflexionar sobre la vulnerabilidad del ser humano. Momentos en los que sale lo mejor de las personas.
- Personalmente, ¿ cómo vivió l a pandemia?
-Tuve suerte de no coger el Covid, aunque sí mi equipo, y lo viví muy preocupada porque cada día las noticias que teníamos eran terribles por cómo evolucionaba la enfermedad y el número de muertos, que nos obligaba a tomar decisiones muy serias. -¿El confinamiento fue la más difícil? -Sí, porque el Presidente y los miembros del gobierno, tuvimos que tomar decisiones duras. Y se hizo todo lo que se podía hacer y personalmente me siento muy orgullosa de haber formado parte de este gobierno en un momento histórico. Es muy fácil criticar desde fuera, pero cuando te dicen que las UCIS están saturadas y que, si no tomas una decisión, en este caso el Estado de Alarma, el número de muertos puede ser terrible, esa es una responsabilidad que hubo que asumir y se hizo.
-¿Se podría haber hecho mejor?
-El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Para mí, salir a la calle, verlas vacías, ver el dolor de las personas que estaban solas en las residencias, aquellas visitas al Palacio del hielo, viendo los cadáveres de la gente, fue una época muy dura, pero a la vez, me sentía muy orgullosa del comportamiento de los españoles. -¿Cree que hemos aprendido algo? -Quiero que nos quedemos con lo mejor, con ese trabajo de la sociedad española, de los sanitarios, de los profesionales del transporte, de tanta y tanta gente como hizo posible que saliéramos adelante. No voy a negar que me ha dolido que se haya utilizado la pandemia como un instrumento de confrontación política.
-¿Esperaba más colaboración por parte de la oposición?
-Sí, porque con la confrontación política demostramos no estar a la altura de lo que nos exige la realidad. A mí me gustaría que nos quedáramos con esa España que cuando uno sufre, sufrimos todos porque hay mucha solidaridad.
-No ha sido así.
-Lo digo porque he tenido oportunidad de hablar con muchísima gente, en momentos muy difíciles y he visto la grandeza de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, muchos de los cuales renunciaron a sus vacaciones para ir a desinfectar residencias, lavar a los muertos…