Diez Minutos

Kiko Hernández conversa con Teresa Campos “Me fumé un porro con Sabina cuando le entrevisté en la radio”

Me recibe en su nueva casa, muy cerca de la de Terelu, para hacer un repaso de su vida y sus recuerdos. Está en un momento tranquilo, pero sigue echando de menos la televisión y sigue sin entender por qué no la llaman para trabajar.

-

esde sus inicios, cuando tenía solo 15 años, hasta hoy. Teresa, la gran comunicado­ra por excelencia, cuenta sin pelos en la lengua, algunos de los capítulos más desconocid­os de su vida..

D-Teresa, ¿qué tal estás?

-Estoy.

-Estás guapa.

-Bueno. Igualmente.

-Noto que estás en un momento feliz de tu vida.

Sí, estoy en un momento feliz, lo que pasa es que hay cosas que echo mucho de menos.

-¿Como qué?

-Pues fundamenta­lmente echo de menos mi trabajo. A mi familia la tengo siempre muy cerca y a mis amigos también, como tú muy bien sabes. Pero llega un momento en la vida en que te das cuentas de la importanci­a que tenía para ti tu trabajo, y mi trabajo para mí era muy importante. Y de la noche a la mañana que a ti te hagan lo que me hicieron a mí y de la forma que me lo hicieron… Pues eso es una cosa que la tengo dentro.

-La mayoría nunca llegará profesiona­lmente donde has llegado tú. Después de tantos años como una gran comunicado­ra, ¿no es el momento de disfrutar de los éxitos?

-Si yo no fuera una persona que vivo sola, pues a lo mejor sí tendrías razón. La mayoría de la gente dice eso, que lo que tengo que hacer es disfrutar y salir y entrar. Pero claro, a la vez llega un momento de la vida en el que tú no puedes disfrutar de muchas cosas. Además, yo no soy de salir a cenar y todas esas cosas. Luego hemos sufrido lo del Covid y ahora que es lo que dicen que viene ahora...

-¿Lo del mono?

-Ya lo que nos faltaba.

-Me estabas diciendo que necesitas a lo mejor a alguien que te ilusionara o te animara a ir a sitios.

-Bueno, yo tengo a Gustavo y sería bastante injusto que no lo dijera porque para mí, en estos momentos de mi vida, es fundamenta­l. Todos los días salimos, todos los días damos un paseo por Madrid.

-¡Y luego dices que no sales!

-Sí salgo, lo que no hago es salir andando, pero voy en el coche. Llevo a Lulita en los pies en su camita, Gustavo pone música, las canciones que me gustan de Juan Gabriel y esas cosas, que me sé todas las letras, y me pongo a cantar como a mí me gusta. Y hay gente que se me queda mirando como diciendo: ¡Es Teresa! (Risas).

-Si es que incluso grabaste un disco con aquél… (Bigote)

-Sí. Yo hubiera hecho otro disco si la persona con la estaba no hubiera hecho lo que hizo. A mí siempre me ha gustado cantar. Tanto es así que yo cantaba en mi casa y mi madre decía: “hija, te has equivocado de carrera”.

-¿Te planteas encontrar a alguien que te haga tilín o que te toque el corazón?

-Es en lo último que pienso. Segurament­e porque cuando yo me vine a Madrid fue para mí como empezar a vivir, a conocer a mucha gente. ¡Y en ese empezar a vivir me puse las botas! (Risas). Me puse al corriente en cuanto a relaciones.

-Cuéntame una anécdota que recuerdes de esa época.

-Un día estábamos dando los premios de Luis del Olmo y entró Joaquín Sabina, me dio un abrazo y me dijo: “¡Ay, que no puedo olvidarme nunca de la entrevista que me hiciste en la radio fumándonos un porro!”

-¿Quién se fumó el porro?

-Fue en esa época mía de Madrid, en una entrevista que le hice en radio. Yo no soy de fumar pero pensé: “Si le pido que me pase el porro, esta entrevista va a ser maravillos­a”. Así que le dije “¡pásamelo”. Me lo pasó y nos fumamos el porro los dos.

“Cuando vine a Madrid fue como empezar a vivir ¡me puse las botas! Me puse al corriente en cuanto a relaciones”

“JESÚS HERMIDA CAMBIÓ MI VIDA. DESGRACIAD­AMENTE SE MURIÓ MUY PRONTO”

-¿Y cómo te sentó el porro?

-Pues no lo sé, a lo mejor no me lo tragaba o algo porque yo de eso no soy. Pero yo he salido, he entrado, he tenido parejas diferentes…

-Aquí en Madrid triunfaste como la Coca Cola.

-Sí, porque ten en cuenta que yo me casé muy joven. Hay cosas de las que no he hablado nunca ni voy a hablar por mis hijas, porque yo sé que ellas tampoco hablan ni quieren hablar. Pero si yo contara una parte de mi vida, que no es la de Madrid, segurament­e la gente se extrañaría de que yo hubiera vivido así un tiempo.

-¿Hay una parte de tu vida que no has contado nunca?

-Ni contaré nunca porque yo tengo respeto a mis hijas.

-¿Una parte de tu vida feliz o infeliz?

-Una parte infeliz.

-De mucho dolor.

-Claro. Pero de ese tema no he hablado nunca porque si a ellas no les gusta sacar el tema, pues yo no lo saco tampoco. Pero no porque yo tuviera culpa de algo…. Mis hijas saben que yo ahí no tuve arte ni parte.

-¿Estamos hablando de tu matrimonio?

-Exactament­e. Y de cuando él se quitó la vida.

-Tuvo que ser duro para ti.

-Pues imagínate…

-Que te ocurra eso tan joven, salir adelante y venir a Madrid... Ahí demuestras la fortaleza que has tenido siempre.

-Sí, bueno. Me pasó una cosa muy curiosa. Hacíamos meriendas un grupo de amigas, cada semana en casa de una, y cuando me iba a venir a Madrid la hicimos en casa de mi amiga Trini. Y me dijo: “Oye, esta amiga que hay ahí que no la conoces, echa las cartas y sabe las cosas”. Y dije: “yo de eso paso mucho”. Pero me las echó y yo no he visto nada igual en todos los días de mi vida, es para creer en eso toda la vida. Porque esta persona decía “¡qué barbaridad, qué éxito tan grande! Me sale aquí que vas a tener un éxito enorme, grandísimo, que no es normal”.

-¿Antes de que te ocurriera todo lo de la tele?

-Antes de que yo viniera a Madrid.

-¿Cuántos años de profesión, Mª Teresa?

-Entré en la radio con 15 años, porque estaba mi hermano Paco. Era la época del franquismo. Mi hermano era muy emprendedo­r y, con unos amigos, fundó una radio en una bocacalle de la Calle Larios de Málaga. Se hacía cara al público, tenían como un saloncito con unas sillas, tú llegabas, te sentabas y salía Paco, mi hermano. Yo iba con mi prima Leli. Y empezó a decir: “hoy el premio se lo va a llevar quien sea capaz de leer lo que le doy con una vocal o con otra”. Entonces, subía la gente y se equivocaba. Mi prima Leli me decía: “sube tú, que tú no te equivocas” pero yo no quería porque me iba a regañar mi hermano, porque yo tenía 15 años, mi hermano tendría 19. Pero me dio tanta lata mi prima que al final subí, cuando mi hermano me vio me hubiera matado.

-Y seguro que tú no te equivocast­e, ¿a que no?

-¡No! Mi hermano seguía preguntánd­ome cosas y el director por el visor le dijo “¡que se lo dé, ¡que se lo ha ganado!”. Entonces el subdirecto­r de programas me dijo “niña, tú hablas muy bien, ¿por qué no vienes que te haga una prueba mañana?”. Y yo dije “porque mi hermano no veas…” y me dijo “bueno, pero tú no tienes por qué hacer lo que tu hermano quiera, puedes hacer lo que quieras tú”. Cuando llegamos a casa digo “me ha dicho que vaya mañana” y mi hermano “¡lo que me faltaba, la niña allí!”. A él le dio tres patadas porque él tendría sus ligues y sus cosas. Mi hermano siempre dijo “ella entró por mí” y por supuesto que entré por él porque si él no hubiera estado allí yo no habría ido. Lo tengo clarísimo. Además, que yo a mi hermano lo quería muchísimo.

“Hay una parte de mi vida, que no es la de Madrid, de la que nunca voy a hablar por mis hijas. De mi marido y de cuando se quitó la vida”

-¿En qué etapa de todos estos años de éxitos dirías “con esta me quedo”?

- En Televisión Española.

Luego empezaron otros canales que no existían, las privadas, y empezaron a interesars­e por mí y a llamarme. Un día conocí a Hermida y él cambio mi vida. Desgraciad­amente se murió muy pronto. Y también, luego dicen que Terelu ha subido los escalones de tres en tres y no es así…

-¿Hermida también cambió la vida de Terelu?

-Terelu se fue a radio Málaga y hacía la radio por la noche ella sola, pero se hartó de estar allí y se vino. Iba a recogerme y un día Hermida dijo “Teresa, tu hija ¿qué es lo que está haciendo?” y le dije “Ahora mismo nada” y me dijo “Bueno, pues dile que venga a hablar

conmigo”. Entonces le dio los castings y le dijo a Terelu “Yo no quiero saber nada, los que tú elijas, esos meto”. Y así empezó Terelu.

-El medio ha cambiado mucho. ¿Una profesiona­l cómo tú qué opina de la tele actual?

-En un momento difícil por lo del Covid la televisión en muchos casos le ha dado la espalda al espectácul­o. Cuando más lo necesitaba, porque la gente con el Covid no iba a ninguna parte.

-Habrías añadido más programas de espectácul­o, ¿no?

-Claro. Pero además de, no en vez de. Porque tú no oyes cantar a nadie.

“Dicen que Terelu ha subido los escalones de tres en tres y no es así”

“ÚLTIMAMENT­E ROCÍO CARRASCO Y YO ESTAMOS MENOS UNIDAS. PERO ANTES LOS FINES DE SEMANA ESTABAN EN CASA”

-¿Cómo has llevado el fallecimie­nto de Jesús Mariñas?

-Una de las cosas que más daño me ha hecho ha sido la muerte de Jesús. He sufrido mucho. Mariñas me quería y yo lo quería a él. Estuvo en “¡Qué Tiempo Tan Feliz!” y ya era otro Mariñas. Al principio se metió conmigo como se metió con todo el mundo. Es más, yo un día le dije una burrada mía, “Jesús, ¿sabes una cosa? Que como tú sigas, el día de tu entierro iban a ir 3, pues ya van a ir 2 porque yo no voy”. Y ahora cuando ha pasado esto digo, “dios mío cómo le dije eso…” Y con qué cosa se ha ido, ¡no ha querido nada! Ningún reconocimi­ento, ninguna cosa. Nada. Y su novio Elio me da pena, llevaban muchos años.

-¿Tú hablabas con Mariñas estos meses de enfermedad?

-No, porque no sabía que estaba enfermo. A mí Elio tardó mucho en decírmelo.

-Hace poco has estado en la boda de tu nieto. Un momento muy feliz y muy polémico.

-Yo no sé por qué. Es que no lo puedo entender. Yo comprendo que hay que hablar de cosas, pero eso era una boda.

-Criticaron que Carmen Borrego le dijera a tu nieto que vendiera la boda y que hayáis salido en una portada siendo él anónimo.

-Donde trabaja mi nieto le quiere todo el mundo. Ese niño ha sido todo para mí. Es un niño maravillos­o que aguantó muchísimas cosas. Vivíamos en un pareado, Carmen en un lado y yo aquí, pero tenía una puerta que comunicaba las casas. Y

mi niño se escapaba por las noches para ir a mi cuarto. Llegaba y me decía “Abu, ¿nos hacemos un chocolate?”. Es un niño tan lindo y tan bueno.

-¿Qué te parece su mujer? -Es muy linda. Solamente he hablado con ella cuando vinieron a comer y a mí me gustó mucho cómo hablaba. Me pareció que de tonta no tiene ni un pelo. Era lista en muchas cosas. Me gustó para mi nieto.

-En un año se han enamorado y se han casado.

-Sí. Eso pasa mucho. A veces estás con un noviazgo, lo alargas, y al final se rompe. Y ellos han estado un año, pero muy bien. Porque él ha tenido varias antes y ninguna le ha resultado.

-Hasta que ha llegado la mujer de su vida.

-Sí, yo creo que le ha pasado eso. La ha visto y ha dicho esta es la mujer que yo quiero.

-Otra polémica es que no han ido a la boda ni Belén Rodríguez ni Rocío Carrasco.

-Yo no tengo ni puñetera idea. Belén no me ha dicho nada.

-Belén porque se acaba de operar y Rocío Carrasco no sabemos por qué no fue.

-Yo creo que Rocío tenía alguna cosa sobre su madre ese día, pero no sé. Últimament­e estamos menos unidas, porque como ella ha hecho muchas cosas y tal… Pero antes, los fines de semana estaban en mi casa.

-Estáis distanciad­as ahora porque ella tiene mucho trabajo, pero en afectivida­d seguís estando a tope, ¿no?

-Yo la quiero muchísimo. Es que yo he vivido todo lo de Rocío. Un día de Reyes le dije “Rocío te voy a pedir un favor, mira yo estoy muy mayor y cualquier día me voy palante y yo no quiero morirme y que la gente crea que tú has sido una mala madre”. Se quedó así y me dijo “No te preocupes que eso no va a pasar”.

“PIPI ME COSTÓ DINERO. PAGUÉ 2,5 MILLONES DE PESETAS POR RETIRAR UNAS FOTOS CON UNA PROSTITUTA”

-Y te ha hecho caso.

-Y lo ha hecho muy bien.

-Y el otro (Antonio David) se ha ido a su casa a Málaga.

-Exactament­e. Es alucinante el tío… ¿Y cómo va lo de Aldón con el otro?

-¿Con Ortega Cano?

-Sí.

-Estuvieron juntos en la Sálvame Fashion Week, él vino a darle un beso a Ana María.

(Silencio)

-¿Te cae mal Ortega Cano?

-No. Un día estaban celebrando la comunión del niño y la niña que habían adoptado. Tocaron una música y Ortega me sacó a mí a bailar porque Rocío estaba atendiendo a la gente. Me puse a bailar y me dice Ortega “¿Tú sabes una cosa? Que me estás poniendo, y a mí no me ponen más que las mujeres que son muy mujeres”.

- ¿ Y Rocío Jurado cómo aguantaba eso?

-Yo no lo sé. Se cuentan muchas cosas en el sentido de que Rocío también vivía su vida como artista y como todo eso. Pero yo creo que Ana María Aldón a lo mejor nos podía contar más cosas, a ver cómo es con ella. Porque yo he oído cosas, pero como no las he visto…

-Sí. De lo que se oye mejor no hablar.

-Cosas que han contado pero que yo no sé si son verdad o no. Me lo ha contado gente que tú conoces. Ortega está mayor y a lo mejor ahora le viene bien Ana María Aldón. Porque es una chica que está bien. Y si le viene bien y se entienden bien pues con su pan se lo coman.

-Rocío Carrasco estaba en Telecinco y no coincidió con Ortega Cano.

-Ah, no coincidió, ¿no? (Risas) Los niños los adoptó Ortega porque quiso. Un día en el coche recibí una llamada de teléfono y era Rocío Jurado y digo “Rocío ¿qué haces?” y me dijo “¡Ay Teresa pues yo aquí poniendo lavadoras!”. ¡Y el otro quiso haber adoptado más!

-¿Pero cuántos?

-¡Pues quería cuatro, cinco o seis!

-Decía “el tito” que tú no conocías a Rocío Jurado, que no erais tan amigas.

-El tito Amador. El marido de la que dice que yo no he sido nunca amiga de Rocío Jurado. Dice que a Rocío Jurado no la he tratado, ¡porque lo diga él!

-Tú sabes muchas cosas de Amador, ¿no?

-Al tito le dijo Rocío Carrasco “Mira, como estás sin hacer nada en Chipiona te voy a dar una cosa para que hagas y te ganes un dinero, que yo tengo toda la ropa de mi madre para hacer el museo de Rocío Jurado”. Y un día estaba Rocío en mi casa conmigo, tuvo una llamada y contestó: “Sí, ya… pues no se preocupe. Muchas gracias por llamarme, no volverá a pasar”. Entonces llamó al tito y le dijo: “Mira, ya te he aguantado muchas cosas porque mi madre te las ha aguantado, pero no te voy a aguantar ni una más”.

-Yo sé lo que le dijeron en esa llamada. Se lo pregunté el otro día. Que el tito se daba unas fiestas y hasta las 7 de la mañana con todos los amigos…

-La llamó el alcalde, ¡con todos los trajes de Rocío allí y él de juerga! El padre de Gustavo era quien hacía todas las cosas de los contratos cuando había algo de artistas. Y cada vez que había un acto, el tito le decía: “Mira, primero hablamos de lo mío, después hablaremos de lo de mi hermana”. Ése es el tito. Y yo siempre me he callado. Y eso tiene que ser cierto porque en un intermedio de una cosa que yo hice en Televisión Española entró Rocío Jurado y me dijo “Ay Teresa, por Dios, dile que por lo menos me ponga la ropa, que no tenga que pagar la ropa yo también sin cobrar nada”.

-Pero no sé porque te callas.

-Porque al no vivir el padre de Gustavo es muy difícil de demostrar…

-Pero tú tienes un bagaje que te puedes permitir decir lo que te dé la gana.

-No, ¡que te crucifican!

-¿Y qué te van a hacer?

-Pero si estoy en la calle. No me dan ni trabajo.

-Precisamen­te por eso tienes más libertad de decir lo que te dé la gana.

-Pero yo quiero salir porque a mí me gusta y me entretengo.

-¿Cómo ves a Carmen Borrego y a Terelu en “Sálvame”?

-Las veo integradas.

-¿Felices?

-Es que a mí no me dicen nada.

-Pero las ves, ¿no?

-Sí, las veo. Pero yo creo que no están a disgusto. Si no, no estarían.

-Yo creo que es la mejor etapa de Terelu y de Carmen.

-Yo creo que sí, están porque se encuentran a gusto. Y pueden hablar y decir las cosas que quieran y todo eso. Y luego tienen lo del sábado y el domingo también.

-¿A ti que te parece que coincidan, no en el mismo plató, pero sí en el mismo trabajo, Terelu y Pipi?

“Ortega Cano está mayor y ahora a lo mejor le viene bien Ana María Aldón. Si se entienden, con su pan se lo coman”

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Teresa no entiende que la boda de su nieto generara tanta polémica: “Solo fue una boda, no lo entiendo”.
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