Cuidemos nuestros bosques
MÁS DE UN TERCIO DE LOS INCENDIOS SON PROVOCADOS POR NUESTRAS NEGLIGENCIAS. DURANTE LAS VACACIONES NO TE LA JUEGUES Y SIGUE ESTOS CONSEJOS PARA EVITAR DISGUSTOS.
Cada verano igual. Nuestros bosques se queman y tenemos que lamentar desgracias medioambientales como la que asoló hace unos días la Sierra de la Culebra, en Zamora. La Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés envió un comunicado alertando de que tenemos delante de nuestros ojos una época estival especialmente peligrosa. “Las cada vez más habituales olas de calor, sumado a la falta de precipitaciones, han provocado que en los últimos veranos se hayan calcinado grandes superficies de masa forestal que suponen un peligro para la propia biodiversidad y para las personas en caso de incendio”, aseguran. Está claro que son las autoridades las que deben tomar medidas, pero a nivel individual también es importante saber cómo evitar descuidar nuestros bosques. Hay que recordar que el año pasado, el 33 por ciento de los incendios se debieron a negligencias. Toma nota de estos tips:
- No abandonar residuos. Las botellas y los objetos de cristal pueden actuar como lupa y acabar en tragedia. Fumar en el bosque o en sus alrededores es especialmente peligroso: no se deben arrojar colillas o cerillas ni tirar a la carretera por la ventanilla del coche. El viento puede transportarlas y activarlas.
- En las zonas de riesgo hay que ser especialmente precavido. Es recomendable que en las viviendas de dichos lugares no se pongan setos de especies que ardan con facilidad (arizónicas, cipreses, etc.), no se construyan barbacoas en sus límites o no utilizarlas en los días de viento y de mayor riesgo.
- Los coches solo deberían estacionarse en aparcamientos habilitados. O, al menos, en zonas despejadas de pastos o matorral. El tubo de escape en contacto con matorrales secos podría generar un incendio. Y no hay que utilizar desbrozadoras, motosierras o cualquier otro aparato mecánico que pueda provocar chispas o calor intenso.
Los incendios forestales emitieron a la atmósfera 6.375 millones de toneladas de CO2 en todo el mundo durante 2019, según datos de Greenpeace