Añade agua...
Nuestra lectora de este mes compró hace poco una Canon EOS 60D. Para aprender técnicas nuevas y mejorar las que ya conocía, decidió empezar a practicar con uno de sus temas preferidos, el agua.
Sabía que la velocidad de disparo afecta a cómo se ve el agua, pero no acababa de conseguir resultados profesionales. Quedamos con ella en un día de primavera, que no es muy buena época para fotografiar cascadas, porque el torrente de agua no baja con tanta fuerza como en otras estaciones del año.
Buscamos una parte del río en la que hubiese agua suficiente, y luego pensamos en cómo sacar partido a las condiciones dadas. Si hay mucha luz, es difícil reducir la velocidad de disparo hasta el punto de desenfocar el agua, pero existen algunos trucos…