Expansión Andalucía - Economía Digital

¿Qué dicen los despidos del futuro de las ‘Big Tech’?

Las grandes empresas tecnológic­as empiezan a ajustar su base de costes, disparada desde la pandemia, para adaptarse a un clima económico de bajo crecimient­o.

- Patrick Collison, consejero delegado de Stripe. Por Richard Waters (Financial Times)

Se prevé que el negocio de las ‘Big Tech’ vuelva este año al ritmo anterior al ‘boom’ de la pandemia

Todo aquel que busque más evidencias de que algunas de las empresas más exitosas de la industria tecnológic­a están entrando en una nueva fase de bajo crecimient­o considerar­á importante la llegada de los despidos masivos. Las elevadas tasas de crecimient­o de estas empresas, incluso tras alcanzar tamaños gigantesco­s, parecían desafiar la gravedad económica. Ya no.

El movimiento precipitad­o de Elon Musk para reducir a la mitad la plantilla de Twitter, con la pérdida de 3.700 puestos de trabajo, se produjo días antes de que Meta, la empresa matriz de Facebook, anunciase que iba a despedir a 11.000 trabajador­es, lo que afectará a uno de cada ocho empleados de la red social. También Amazon tiene planeado prescindir de unos 10.000 trabajador­es en todo el mundo.

Por su parte Stripe, una de las empresas privadas de pagos más exitosas, ha despedido a unas 1.100 personas, el 14% de su plantilla. Este es uno de los signos más visibles de la oleada de recortes de empleo que se ha extendido por el mundo de las start up tecnológic­as privadas.

Este tipo de recorte de personal es el signo más visible del retroceso en el auge de las contrataci­ones en el sector tecnológic­o. En toda la industria se están cerrando proyectos marginales y se está congelando la contrataci­ón.

Lo que hace que esto sea más sorprenden­te es que ha afectado a un grupo de empresas que siguen estando entre las más ricas del planeta, y revierte un rápido periodo de expansión. La plantilla de Twitter se había duplicado en espacio de cinco años. La de Meta se había multiplica­do por más de tres.

Una explicació­n simplista es que los buenos tiempos condujeron a una gestión débil que ahora ha quedado expuesta por un empeoramie­nto de la economía. Cegadas por el crecimient­o, las empresas tecnológic­as no se prepararon para el inevitable retroceso.

Efecto pandemia

Los principale­s ejecutivos reconocen haber interpreta­do de forma errónea el ciclo económico

Los ingresos combinados de las cinco mayores empresas tecnológic­as –Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft– se dispararon durante la pandemia, creciendo un 19% en 2020 y un 28% en 2021. Este año, en cambio, los analistas esperan que el crecimient­o vuelva a caer al 9%, el mismo que en 2019.

Sin embargo, la fiesta de contrataci­ones de las grandes tecnológic­as se aceleró en el periodo previo al retroceso actual. Dejando de lado a Amazon, que tenía una plantilla de 1,6 millones de personas a finales de 2021, las otras cuatro han añadido en conjunto casi 100.000 trabajador­es en los últimos 12 meses, dando una tasa de crecimient­o del 18%. Esta cifra está muy por encima del crecimient­o anual del 10-13% registrado en la última media década.

Los mea culpas de los ejecutivos de las tecnológic­as se han ido acumulando. Una de las explicacio­nes es, simplement­e, que han interpreta­do mal la economía. El consejero delegado de Stripe, Patrick Collison, reconoció que había pecado de confianza al pensar que la racha de crecimient­o que comenzó en 2020 continuarí­a hasta 2023.

Otra fue la creencia errónea de que el salto de la actividad online durante la pandemia derivaría en un cambio brusco en los negocios. Sin embargo, mucha gente ha vuelto rápidament­e a los viejos hábitos y el comercio electrónic­o ha retrocedid­o a los niveles anteriores a la pandemia. El cofundador de Meta, Mark Zuckerberg, ha reconocido ser una de las personas que han cometido este error.

Sin embargo, además de los errores de apreciació­n y la débil gestión, también hubo fuertes incentivos detrás de la oleada de contrataci­ones en el sector tecnológic­o. Uno de ellos fue la carrera por atraer el escaso talento en ingeniería. Según algunos, esto no dejó más remedio a líderes tecnológic­os como Zuckerberg que aumentar las contrataci­ones, incluso a sabiendas de que probableme­nte tendrían que tomar severas medidas correctiva­s más adelante.

Un largo periodo de tipos de interés mínimos también hizo que las empresas tecnológic­as invirtiera­n en nuevos proyectos que no darían sus frutos hasta pasados muchos años. Un inversor del capital riesgo que forma parte de varios consejos de administra­ción de empresas tecnológic­as privadas explica que este tipo de pensamient­o era generaliza­do.

Según este inversor, la preocupaci­ón por la competenci­a también desempeñó su papel: a las empresas les preocupaba que si no invertían dinero en apuestas a largo plazo que podrían determinar el futuro de la industria tecnológic­a, lo hicieran sus rivales. Otro fuerte incentivo para contratar fue el clamor de los inversores en Bolsa por el crecimient­o a casi cualquier precio.

Con el giro del ciclo de los tipos de interés, todos estos incentivos se han evaporado. La única cuestión que se plantea ahora es hasta qué punto ha calado este hecho. Muchas empresas tecnológic­as, todavía con abundante efectivo y acosadas por el habitual optimismo que impregna la industria, siguen buscando la vuelta a lo que, en los últimos años, se ha considerad­o la normalidad.

Collison incluyó una nota amenazante en su mensaje a los trabajador­es de Stripe: “Creemos que 2022 representa el comienzo de un clima económico diferente”. A medida que ese mensaje vaya calando, es probable que se produzcan muchas más pérdidas de empleo. *

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Mark Zuckerberg. El fundador y consejero delegado de Meta,

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