Expansión Andalucía - Economía Digital
¿Qué dicen los despidos del futuro de las ‘Big Tech’?
Las grandes empresas tecnológicas empiezan a ajustar su base de costes, disparada desde la pandemia, para adaptarse a un clima económico de bajo crecimiento.
Se prevé que el negocio de las ‘Big Tech’ vuelva este año al ritmo anterior al ‘boom’ de la pandemia
Todo aquel que busque más evidencias de que algunas de las empresas más exitosas de la industria tecnológica están entrando en una nueva fase de bajo crecimiento considerará importante la llegada de los despidos masivos. Las elevadas tasas de crecimiento de estas empresas, incluso tras alcanzar tamaños gigantescos, parecían desafiar la gravedad económica. Ya no.
El movimiento precipitado de Elon Musk para reducir a la mitad la plantilla de Twitter, con la pérdida de 3.700 puestos de trabajo, se produjo días antes de que Meta, la empresa matriz de Facebook, anunciase que iba a despedir a 11.000 trabajadores, lo que afectará a uno de cada ocho empleados de la red social. También Amazon tiene planeado prescindir de unos 10.000 trabajadores en todo el mundo.
Por su parte Stripe, una de las empresas privadas de pagos más exitosas, ha despedido a unas 1.100 personas, el 14% de su plantilla. Este es uno de los signos más visibles de la oleada de recortes de empleo que se ha extendido por el mundo de las start up tecnológicas privadas.
Este tipo de recorte de personal es el signo más visible del retroceso en el auge de las contrataciones en el sector tecnológico. En toda la industria se están cerrando proyectos marginales y se está congelando la contratación.
Lo que hace que esto sea más sorprendente es que ha afectado a un grupo de empresas que siguen estando entre las más ricas del planeta, y revierte un rápido periodo de expansión. La plantilla de Twitter se había duplicado en espacio de cinco años. La de Meta se había multiplicado por más de tres.
Una explicación simplista es que los buenos tiempos condujeron a una gestión débil que ahora ha quedado expuesta por un empeoramiento de la economía. Cegadas por el crecimiento, las empresas tecnológicas no se prepararon para el inevitable retroceso.
Efecto pandemia
Los principales ejecutivos reconocen haber interpretado de forma errónea el ciclo económico
Los ingresos combinados de las cinco mayores empresas tecnológicas –Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft– se dispararon durante la pandemia, creciendo un 19% en 2020 y un 28% en 2021. Este año, en cambio, los analistas esperan que el crecimiento vuelva a caer al 9%, el mismo que en 2019.
Sin embargo, la fiesta de contrataciones de las grandes tecnológicas se aceleró en el periodo previo al retroceso actual. Dejando de lado a Amazon, que tenía una plantilla de 1,6 millones de personas a finales de 2021, las otras cuatro han añadido en conjunto casi 100.000 trabajadores en los últimos 12 meses, dando una tasa de crecimiento del 18%. Esta cifra está muy por encima del crecimiento anual del 10-13% registrado en la última media década.
Los mea culpas de los ejecutivos de las tecnológicas se han ido acumulando. Una de las explicaciones es, simplemente, que han interpretado mal la economía. El consejero delegado de Stripe, Patrick Collison, reconoció que había pecado de confianza al pensar que la racha de crecimiento que comenzó en 2020 continuaría hasta 2023.
Otra fue la creencia errónea de que el salto de la actividad online durante la pandemia derivaría en un cambio brusco en los negocios. Sin embargo, mucha gente ha vuelto rápidamente a los viejos hábitos y el comercio electrónico ha retrocedido a los niveles anteriores a la pandemia. El cofundador de Meta, Mark Zuckerberg, ha reconocido ser una de las personas que han cometido este error.
Sin embargo, además de los errores de apreciación y la débil gestión, también hubo fuertes incentivos detrás de la oleada de contrataciones en el sector tecnológico. Uno de ellos fue la carrera por atraer el escaso talento en ingeniería. Según algunos, esto no dejó más remedio a líderes tecnológicos como Zuckerberg que aumentar las contrataciones, incluso a sabiendas de que probablemente tendrían que tomar severas medidas correctivas más adelante.
Un largo periodo de tipos de interés mínimos también hizo que las empresas tecnológicas invirtieran en nuevos proyectos que no darían sus frutos hasta pasados muchos años. Un inversor del capital riesgo que forma parte de varios consejos de administración de empresas tecnológicas privadas explica que este tipo de pensamiento era generalizado.
Según este inversor, la preocupación por la competencia también desempeñó su papel: a las empresas les preocupaba que si no invertían dinero en apuestas a largo plazo que podrían determinar el futuro de la industria tecnológica, lo hicieran sus rivales. Otro fuerte incentivo para contratar fue el clamor de los inversores en Bolsa por el crecimiento a casi cualquier precio.
Con el giro del ciclo de los tipos de interés, todos estos incentivos se han evaporado. La única cuestión que se plantea ahora es hasta qué punto ha calado este hecho. Muchas empresas tecnológicas, todavía con abundante efectivo y acosadas por el habitual optimismo que impregna la industria, siguen buscando la vuelta a lo que, en los últimos años, se ha considerado la normalidad.
Collison incluyó una nota amenazante en su mensaje a los trabajadores de Stripe: “Creemos que 2022 representa el comienzo de un clima económico diferente”. A medida que ese mensaje vaya calando, es probable que se produzcan muchas más pérdidas de empleo. *