Expansión Galicia - Economía Digital
Kyndryl abre división de consultoría
La nueva unidad de la compañía de servicios tecnológicos arranca su actividad con 10.000 empleados.
Kyndryl, la compañía de servicios de tecnologías de la información segregada de IBM, ha sumado a su negocio una división de consultoría que arranca con una plantilla de 10.000 empleados de los 90.000 que tiene la multinacional tecnológica en todo el mundo.
La nueva división integra servicios de asesoría sobre estrategia, operaciones y procesos de misión crítica, cloud, modernización de las aplicaciones y el mainframe, analítica de datos, inteligencia artificial, computación de red y edge, el puesto de trabajo digital y seguridad.
Kyndryl Consult contará en España con un equipo de 300 consultores, de los casi 5.000 profesionales que emplea la compañía, según explicó ayer David Soto, que fue nombrado el pasado 1 de octubre director general de Kyndryl para España y Portugal.
Soto, con más de 30 años de experiencia en posiciones directivas, proviene de IBM, donde llegó a ser director del área de consultoría estratégica y fue miembro del equipo global de liderazgo de estrategia corporativa. A partir del 1 de enero de 2023 se convertirá en presidente de Kyndryl España y Portugal tras la retirada de Luis Roca.
“España y Portugal es una
David Soto, nuevo director general de Kyndryl en España y Portugal, asumirá la presidencia en 2023
región muy relevante para el grupo, de hecho está entre las cinco mayores a nivel mundial”, señaló el ejecutivo.
La nueva división de consultoría se apoyará en un espacio de cocreación y diseño denominado Kyndryl Vital y en una plataforma de integración de tecnologías abierta. “Buscamos poder asesorar y ayudar a los clientes en la aceleración de su transformación digital”, explicó Soto.
Compromiso digital
En este sentido, el ejecutivo subrayó que las grandes compañías españolas están comprometidas con sus planes de digitalización a pesar del actual entorno macroeconómico. “Han aprendido que la tecnología es un activo esencial para navegar mejor en las crisis y diferenciarse de sus competidores. De hecho, algunas van a a acelerar planes precisamente por el entorno actual. No preveo un descenso del gasto en tecnología, aunque sí habrá que explicar y demostrar mejor con datos las eficiencias y eficacias que aporta”, aseguró.
Kyndryl nació hace un año como el mayor proveedor mundial de servicios de infraestructura tecnológica, con unos ingresos anuales de 19.000 millones de dólares y 4.000 clientes, entre ellos el 75% de las empresas del Fortune 100.
“Somos el doble de grande que nuestro inmediato competidor, también en España”, remarcó Soto. En nuestro país, Kyndryl tiene casi 250 clientes, entre ellos BBVA, Santander, Banc Sabadell, CaixaBank, Naturgy, Mapfre, la Seguridad Social y el Ministerio de Defensa.
Kyndryl enarbola su condición de proveedor independiente tras desligarse de IBM, lo que le ha permitido impulsar alianzas con empresas como los hyperescalers, como se conoce a los grandes proveedores en la nube, abriendo así nuevas oportunidades de negocio. La compañía ha sumado en estos meses una cartera de nuevos proyectos de servicios por valor de 1.000 millones de dólares.
La región ibérica es una de las cinco mayores de la multinacional escindida de IBM
Gracias a la tecnología, las empresas pueden reducir su huella de carbono a partir de los datos
La baja fiabilidad de los registros es una de las grandes barreras para medir las emisiones
sus emisiones anuales, además de obtener beneficios en términos de transparencia.
En la actualidad, las empresas suelen utilizar los datos relativos a sus emisiones principalmente para medir su desempeño en el terreno de la sostenibilidad. En cambio, casi nunca lo hacen para mejorar los procesos existentes o para predecir nuevas formas de reducir sus emisiones por medio de soluciones de analítica avanzada. Como resalta el informe, contar con una mejor gestión de los datos y potenciar las capacidades de colaboración de toda la industria ofrece a las compañías una oportunidad única para reducir la huella ambiental de toda la cadena de valor.
Las organizaciones afrontan serias dificultades para captar datos fiables sobre las emisiones de alcance 3, es decir, aquellas que proceden de fuentes indirectas de la cadena de suministro o que se derivan del uso de productos vendidos y del tratamiento tras su vida útil. Se estima que este tipo de emisiones representa de media hasta el 95% de la huella de carbono de una empresa, pero apenas una cuarta parte de las compañías tiene nociones claras sobre cuáles de sus proveedores generan la mayor parte de estas emisiones.
De forma adicional, menos de un tercio de las compañías encuestadas cuantifica las emisiones de los bienes y servicios que adquiere, mientras que sólo el 27% mide las que generan los productos que vende durante su utilización. Estas cifras ponen de manifiesto que existe un problema de falta de confianza en los registros de las empresas, puesto que suelen basarse en datos de terceros y estimaciones del sector.
Otro motivo de esta baja fiabilidad tiene que ver con la escasez de conocimientos sobre la contabilidad del carbono, que provoca que muchas organizaciones no dispongan de la experiencia o el entendimiento de cómo medir adecuadamente las emisiones y cómo aplicar estos datos a la toma de decisiones.
Colaboración
Según el informe de Capgemini, la colaboración entre las compañías y el ecosistema es clave para acceder a datos fiables sobre las emisiones. Menos de un tercio de las firmas encuestadas participa en iniciativas de ecosistemas de datos para compartir la información derivada de sus emisiones con entidades externas como organizaciones no gubernamentales, competidores, proveedores y clientes. Para alcanzar las cero emisiones netas, las organizaciones deberán colaborar de forma estrecha con sus proveedores para ayudarles a mejorar su capacidad de medir y gestionar emisiones.
Asimismo, tener una base sólida de gestión de datos es necesario para que las empresas puedan recopilar, consolidar y optimizar la información procedente de múltiples fuentes. Esto requiere que establezcan mecanismos e indicadores claros para sus equipos e inviertan cada vez más en mejorar sus conocimientos de contabilidad del carbono.
Si bien la formación y el desarrollo de las competencias de los profesionales resulta esencial para avanzar en este sentido, el estudio indica que apenas el 7% de las compañías viene invirtiendo en los últimos años para concienciar y capacitar a sus empleados sobre la sostenibilidad y el cambio climático.