La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
RECONSTRUCCIÓN
Iniciativas con empuje para hacer frente a la crisis
Superado el estado de alarma después de trece duras semanas en las que se paró la vida de la gente tal como era hasta mediados de marzo, hemos entrado de lleno en la fase de reconstrucción para recuperar lo que se ha quedado atrás con el impacto del covid-19. Tras llorar a los fallecidos por la pandemia y constatando la buena evolución de la crisis sanitaria después de las trágicas semanas anteriores, ya que solo queda en el área de Santiago y Barbanza una persona hospitalizada por covid y una treintena más que se están curando en sus domicilios, el reto es recuperar la normalidad, la llamada «nueva normalidad», con todas las precauciones para evitar las recaídas pero con toda la fuerza de una sociedad unida en este objetivo común.
Desde los ayuntamientos del área de Santiago se están promoviendo campañas de apoyo al tejido económico, que necesita oxígeno de urgencia para reactivar a las pequeñas empresas, a los autónomos, al comercio y la hostelería, y para que puedan salir de los expedientes de regulación de empleo miles de trabajadores afectados y que han visto amenazado —si no perdidos— sus puestos de trabajo. Con la fuerza de la iniciativa y el coraje de personas que dan sus testimonios en estas páginas, el futuro puede verse con optimismo. Y con el apoyo de activos que vuelven, como, en esta zona, el Camino de Santiago.
Sin embargo, solo mantiene tres actuaciones en julio que «non sei se vou facer ou non». Con todo, Suso de Boente cree que recuperará antes la actividad que las orquestas, «que canto máis grandes e máis caché, máis complicado o van ter». El aforo limitado a 1.000 personas no es un inconveniente para él, que actúa ante un público más reducido. En su caso, la complejidad reside en la distancia interpersonal. «Non está fácil de resolver; as actuacións con xente sentada —explica— non teñen traza, a xente quere bailar». Y matiza: «facelo con máscara non parece tan incómodo».
El artista arzuano asume con resignación la situación. Cree que «ata que fagan a vacina, non volveremos a estar como antes», con lo que «non queda máis remedio que esperar e tomar as cousas con paciencia; o primeiro é a saúde». Más si cabe, cuando una parte importante de las actuaciones que le contratan tienen como público «un grupo de risco como é a terceira idade», recuerda. Para contrarrestar, Suso de Boente tiene otra ventaja frente a las orquestas. Aunque entre mayo y septiembre tiene su particular temporada alta, el trabajo no le falta el resto del año. En otoño e invierno, tiene ocupados los viernes, sábados y domingos, días que ahora «fánseme largos». Son jornadas secuestradas por la pandemia que se echan de menos: «a xente chámame para preguntar cando empezo, teñen ganas de bailar», cuenta.