Abrazo jacobeo con identidad medieval

Al igual que en los pequeños y medianos municipios que vertebra el Camino de Santiago, la infraestructura turística de Melide se desarrolló al abrigo de la ruta jacobea, por la que llegan la inmensa mayoría de los visitantes que recibe. El año pasado, solo en el Museo Terrea de Melide, con servicio de información turística, atendieron a más de 12.300. La propia sede de la galería etnográfica de la comarca se encuentran en el que fue un hospital de peregrinos, del que se conserva una portada de 1502 que forma parte de un catálogo de elementos patrimoniales que invitan a visitar Melide más allá de la experiencia jacobea. La localidad de raíces medievales en la que se abrazan los Caminos Francés y Primitivo ofrece, asimismo, una gastronomía tradicional a la que los romeros otorgaron popularidad fuera de la comunidad por las excelentes raciones que preparan los pulpeiros de la localidad. Pero sin salir de casa, es la sobremesa la que aporta singularidad a la gastronomía local, con tres dulces —melindres, ricos y almendrados— que los reposteros melidenses elaboran artesanalmente, siguiendo a pies juntillas las normas que marca una tradición ancestral.

El legado patrimonial también define una identidad histórica que Melide presenta como credencial para atraer visitantes más allá de los que recibe, solo de paso, a través del Camino. Enfocada a todos, peregrinos y turistas, y con el objetivo de darle un impulso al sector turístico hay una asignatura pendiente que pasa por diseñar e impulsar un plan que permita poner en valor y rentabilizar un destacado patrimonio histórico con elementos únicos como el cruceiro más antiguo de Galicia, la iglesia románica de Santa Ma

[SANDRA ALONSO] La plaza de O Convento une en el casco viejo melidense las rutas francesa y primitiva