La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
El puente olvidado
Manolo Pazos es un historiador local de lujo: lo sabe todo del pasado de Oroso, y se implica muy activamente en la protección de yacimientos arqueológicos y monumentos. Y señala como lugar a descubrir el punto de desembocadura del río Lengüelle en el Tambre, lugar de fusión de los municipios de Trazo, Santiago y el propio Oroso, enclave tan paradisíaco como solitario. «Admiro este espazo singular porque, primeiramente, é un lugar fronteirizo natural, co Lengüelle vertendo as súas augas mansamente», dice, tras lo que añade: «É descoñecido por veciños e turistas, e aquí está o que máis me impresiona».
Y Manolo Pazos, nacido en la parroquia orosina de Marzoa y que trabaja en la biblioteca de Sigüeiro, señala al viejo puente del tren, hoy en desuso, con sus 93 metros de longitud y sus tres arcos escarzanos. «Eu agardo que se restaure, xa que por aquí pasará a futura vía verde da Sionlla a Cerceda», dice. A pocos metros, una obra nueva por la que pasa la línea de alta velocidad no le hace sombra, porque carece del encanto que tiene la vieja, ya que esta, según él, «debería convertirse en reclamo turístico, e está moi cerca da estación de Oroso-Vilacide», donde ya no paran los trenes. yoría de sus usuarios pertenecen al primero de esos ayuntamientos. Es O Refuxio, una maravillosa isla fluvial con mesas, bancos y barbacoas no muy grande pero de dimensiones suficientes como para evitar que haya apelotonamientos. Un par de puentes la conectan con las dos riberas del río Tambre, aquí muy ancho y esplendoroso gracias a un caneiro que va de orilla a orilla.
Hasta allí se llega Tino Cuesta, un médico nacido en Baracaldo pero afincado en los alrededores de Sigüeiro desde hace muchos años: un hombre de gran sensibilidad, artista del óleo y escritor con varias obras publicadas. Echa un vistazo a su alrededor y afirma que O Refuxio es «un regalo da natureza onde o Tambre nos premia abríndose en dous».
¿Y por qué venir? «É que un pode estar tranquilo, respirando paz, rodeado de árbores autóctonas». Echa otro vistazo a su alrededor y afirma que «aquí conflúen auga e osíxeno, dous elementos vitais para o ser humano e que nos permiten seguir vivindo». Para Tino Cuesta, cuya casa se alza a muy poca distancia de la isla, «a xente debería vir a ver esta marabilla».