La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
La vida mejora sin cierres perimetrales en la «frontera»
El levantamiento de los cierres municipales mejora la vida de los vecinos de localidades limítrofes que comparten servicios y que se veían obligados a recorrer grandes distancias para adquirir productos que tienen a un paso
La positiva evolución epidemiológica ha permitido a la Xunta levantar en gran parte las restricciones que pesaban sobre la movilidad en el área sanitaria de Santiago y Barbanza, y con esto se acaban las situaciones más drásticas que, al no hacerse excepciones, soportaban los vecinos de determinados enclaves que han visto sus vidas seriamente alteradas por los cierres perimetrales municipales. En el entorno compostelano, hubo dos casos especialmente llamativos, dos sinsentidos para los ciudadanos afectados: Ponteledesma-Gres (Boqueixón-Vila de Cruces) y Pontevea-Couso (Teo-A Estrada). Vidas, en ambos casos, necesitadas de servicios esenciales ubicados a un paso, al otro lado de sendos puentes sobre el río Ulla, pero que por corresponder a otro municipio —en ambos casos, además, a otra provincia— estaban prohibidos por los cierres perimetrales, lo que obligaba a los vecinos a recorrer varios kilómetros en busca de alternativas dentro de sus propios concellos.
Salva Ortega, vecino de Couso (A Estrada) cruzaba el puente con asiduidad para ir a Pontevea (Teo), a apenas un kilómetro de su vivienda: «Alí hai súper, gasolineira, farmacia, banco, unha tenda de roupa, bares, aínda que estes ata agora nada... E hai xente que cando é para comprar cousas que pesan pouco ata vai camiñando», explica Ortega, que en su pueblo de Couso no tiene ni supermercado ni banco ni otros servicios. Sí los tiene en A Estrada, pero le queda a diez kilómetros.
Una situación igualmente kafkiana aunque tal vez peor, es la que sufren Alejandra Fernández y su familia, porque tienen menos distancia que Salva hasta los servicios que necesitan en su vida cotidiana, ya que solo han de cruzar el puente peatonalizado sobre el Ulla, en total 300 metros, para poner el pie en Gres (Vila de Cruces). «Nós, todos os días, temos que ir á carnicería, á ferretería ou á gasolineira e non podemos porque é saír do noso concello e cambiar de provincia; estamos aí divididos por unha parvada», sentencia su incomprensión de forma expresiva. Su alternativa está a diez minutos en coche, en Camporrapado.
Desde este viernes, 26 de febrero, cuando entran en vigor las nuevas medidas decretadas por la Xunta tras escuchar al comité clínico, desaparecerá, al menos de momento, el problema de Salva, Alejandra y sus vecinos. Al ser Boqueixón, Vila de Cruces, Teo y A Estrada municipios del mismo nivel, el tercero y más favorable, y pertenecer además a la misma área sanitaria, ya no habrá límites para comunicarse entre sí ni con otros concellos de ese nivel.