La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
Hacia la creación de una ruta de los castros en Oroso
Pasó en toda Galicia: el hombre, desde la prehistoria hasta hoy, fue ocupando el territorio, primero como nómada, luego como sedentario desde que descubrió la agricultura. Y Oroso no fue una excepción. Como no lo fue el hecho de que a los restos arqueológicos no se les empezara a dar importancia hasta tiempos recientes. Eran cosa de un maestro aislado, de un historiador que un día se dejaba caer por aquí o por allá… Y, todo hay que decirlo, con la connivencia de la población se arrasaron miles de yacimientos.
Esa dinámica existió en Oroso hasta que hace unos pocos años se elaboró una carta arqueológica. ¿Completa? Sí y no, porque figuran en ella todos los puntos de interés que se conocían. Y no hay que descartar que aparezcan más. Pero lo fundamental es conservar lo que ha llegado al siglo XXI, porque alguno es ahora mismo solamente eso, un punto en el mapa, como por ejemplo la mámoa —o medorra— que existía a la izquierda de la carretera que conduce de Sigüeiro a Grabanxa, al parecer bajo lo que hoy son unas instalaciones lácteas.
Vanesa Boo, concelleira de Cultura, resalta que en su municipio tienen «un amplo patrimonio arqueolóxico», y destaca los castros y las mámoas. La pregunta entonces es por qué el Concello no se muestra más activo en la recuperación de ese patrimonio, para disfrute de vecinos y visitantes. La misma concelleira responde que «lamentablemente a maioría deste patrimonio atópase en fincas de titularidade privada, e non sempre nas mellores condicións debido á maleza e ás accións do ser humano».
Pero sin duda el descubrimiento arqueológico más relevante de Oroso fue el del tesoro de Recouso, en la parroquia de Marzoa. Se trata de una colección de orfebrería castreña hallada alrededor de 1920 en el yacimiento que le da nom