La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
Fraga do Petón, el bosque animado de Frades
[OLIMPIO P. ARCA] Imagine un lugar donde refrescarse en las calurosas tardes de verano, entre frondosos robles y castaños, sin más ruido de fondo que el agua de un arroyo. Desplácese a la parroquia de Galegos, en Frades, y convierta su imaginación en realidad. Es la Fraga do Petón, un nombre que evoca las canteras que surtieron de piedra del país a buena parte de las casas del entorno.
José María Mirás, integrante de la Asociación de Vecinos Río Samo, es nuestro guía para recorrer las dos hectáreas de este auténtico bosque animado que empezó a tomar forma hace menos de una década. Está anexo a la iglesia parroquial y al campo de la fiesta, cedido por las monjas doroteas que ocupan el pazo de Galegos. La congregación heredó aquellos terrenos de la familia Linares Rivas, y los cedieron al colectivo vecinal, al igual que la fraga, en sucesivas fases, la última de ellas el pasado año.
En el 2013 los vecinos abrieron los caminos, respetuosos con la naturaleza: la mano del hombre apenas se nota más que en la madera de los escalones y de las barandillas que sustituyeron a las tuyas que cerraban el campo de la fiesta cuando la fraga do Petón aún no era pública: «Pensamos que o bonito era abrir a fraga, que se vira, se non non tiña sentido». Acertaron plenamente. El rumor del arroyo invita a bajar el sendero, perfectamente integrado en un entorno mimado.
No es casual ese estado, y Mirás lo explica: «Todos os anos quedamos un día os veciños para limpar toda a fraga. Podemos xuntar aquí de 15 a 20 desbrozadoras», en un trabajo comunitario que es ya poco común. Y es que, más allá de subvenciones de Concello y Diputación para ir acometiendo las obras de todo el entorno, el mantenimiento de la fraga corre a cargo de los propios vecinos, que se integran en un colectivo creado en 1980 y que en la actualidad cuenta con 300 socios.
Fiestas de verano
Son los vecinos de O Pazo de Galegos los primeros en perderse por los senderos de la Fraga do Petón. También las tres religiosas que continúan en el pazo se acercan a disfrutar y comprobar cómo la asociación ha sabido multiplicar los talentos que en forma de carballos y castaños ellas les entregaron. En el verano, el entorno se vuelve bullicioso con las fiestas: «O 25 de xullo celebramos a Virxe do Carme, que a cambiamos de data porque había máis na contorna». Y una semana después, una romería vecinal con comida campestre. En un entorno privilegiado, alejado de ruidos y prisas. Un pequeño paraíso verde.