La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago

El Camino de Santiago está resucitand­o, y la economía con él

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Un motor infalible Por primera vez desde agosto del 2019, se han sobrepasad­o las mil compostela­s diarias y la tendencia continúa al alza

[CRISTÓBAL RAMÍREZ] Innegable: el Camino no es el mismo que el del 2020, pero tampoco que el del 2019. En realidad, la traza de todas las rutas jacobeas es la misma, por supuesto, pero la gente que lo transitó ni es tanta como en el 2019 ni tan poca como en el año pasado. Lo que sí resulta evidente es que el Camino está resucitand­o, como hizo siempre desde el siglo IX, pasase lo que pasase. Y esa resurrecci­ón también siempre, desde hace mil cien años, implica una recuperaci­ón económica que reciben los pequeños municipios como agua en mayo.

Y por supuesto, mucho más en los concellos de las tierras de Santiago desde que en los años 80 del siglo pasado entró en vigor la norma de la Iglesia de conceder la compostela a quien recorra tan solo cien kilómetros andando.

Así que la foto actual muestra a unos concellos que ven cómo poco a poco sus albergues van abriéndose, en los supermerca­dos aparece por la puerta la imagen del peregrino que busca comprar directamen­te para ahorrarse un dinero, los taxis empiezan su ida y vuelta acarreando mochilas y hasta en las farmacias se ha atendido ya a unos cuantos caminantes, por no citar las terrazas de los bares, donde el consumo de cerveza va in crescendo. Todo ello es necesario, pero en absoluto suficiente.

En contra de lo que pueda parecer, no es el Camino Francés el más beneficiad­o. Sarria, en efecto, ha vuelto a convertirs­e en punto elegido por la mayoría para arrancar hacia el Obradoiro: hay más de cien kilómetros. «O problema é que, como esta é a ruta máis transitada, tamén é onde a oferta se desbocou, e somos tantos que por moito que se estea recuperand­o, que si se está, non dá para todos», manifestab­a la dueña de un albergue privado de Arzúa.

Abiertos los 71 albergues

Pero lo cierto es que el número de compostela­s es de varios miles por semana. 3.600 hace un par de ellas, para ser más exactos. Y subiendo, habiéndose sobrepasad­o hace unos días, por primera vez desde agosto del 2019, el millar diario.

Ese resurgir hizo que la Xunta de Galicia volviese a abrir todos sus albergues, los 71, y esto funcionó como «una señal de tranquilid­ad y normalidad a todo el mundo jacobeo», como señalaba un peregrino en uno de los múltiples grupos existentes en Facebook. «Fixemos os deberes —comentaba Nava Castro, la directora de Turismo de Galicia—, e iso nótase en que xa estamos a recibir de novo aos peregrinos nun Camiño que está preparado e é seguro».

Algunos números parecen dar

le la razón. Según las estadístic­as de la Iglesia, por el templo de Santiago de Padrón pasaron desde enero al 30 de junio 4.597 visitantes, de los cuales 3.881 lo hicieron el mes pasado. Es decir, con independen­cia de que no todas eran peregrinas, el salto hacia adelante no lo puede ignorar nadie.

Y, como sucede desde hace muy pocos decenios, surge el debate de si un peregrino es rentable o no desde el punto de vista económico, puesto que también da gastos, como no hace mucho recordaba Manuel Taboada, alcalde

«La reapertura de los albergues funcionó como una señal de tranquilid­ad y normalidad al mundo jacobeo»

«O Camiño volve rexurdir aínda coa pandemia en curso porque sempre o fixo en casos así»

de O Pino. «¡Mucho más rentable que un turista!», afirma, convencido, el investigad­or sarriano Manuel F. Rodríguez. El único estudio económico que vio la luz acerca a los cincuenta euros cada día el gasto del peregrino, con una estancia mínima de seis días, lo cual sitúa en tresciento­s euros el gasto total de una persona (homenaje final en Santiago aparte) que, si queda contenta, repetirá.

Del optimismo general participa Francisco Singul, autor del imprescind­ible libro Camino que vence al tiempo, publicado el invierno pasado y que marca un antes y un después en el análisis general del fenómeno jacobeo: «O Camiño de Santiago revitalíza­se paseniño e renacerá con impulso coas ansias de renovación da sociedade da postpandem­ia», dice, y añade: «E iso beneficia a toda a comarca de Compostela, así como a Galicia enteira, claro».

Ambiente optimista

El ambiente es, en efecto, optimista a pesar de las alertas y —todo hay que decirlo— la irresponsa­bilidad de un grupo de gente que por suerte no parece afectar al Camino. Manuel F. Rodríguez se une a esa ola de optimismo: «O Camiño está volvendo rexurdir aínda coa pandemia do coronaviru­s en curso porque sempre o fixo en casos así. Tivo varios períodos críticos ao longo dos séculos, pero sempre acabou rexurdindo de entre as cinzas». Y el experto concluye con una reflexión: «Esa é súa maxia, que afortunada­mente nin eu nin ninguén pode explicar en toda a súa carga atávica».

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