La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
El Camino Inglés buscará peregrinos en Gran Bretaña
La pandemia ha limitado la generación de rentas en las pequeñas localidades
[C. RAMÍREZ] Hablar del Camino Inglés en tierras compostelanas es empezar por una buena noticia: ha sido limpiado tanto en lo que se refiere a restos materiales como a la vegetación que, ajena a la pandemia, había crecido de tal manera que en algunos puntos invadía el trazado. Además, se ha mejorado un sistema de canalización de las aguas de la lluvia que solía encharcar un tramo antes de Sigüeiro. «Nestes momentos podemos dicir que está "planchado" e esperamos que siga así», manifestaba un satisfecho Luis Rey, alcalde de Oroso.
El retroceso de la pandemia permitió abrir un nuevo albergue, privado, en Bruma (Mesía), y ello se corrió por las redes sociales como la pólvora. Bruma era un pequeño cuello de botella, con solo un pequeño albergue de la Xunta, y desde finales de junio a finales de agosto quien no espabilaba desde Betanzos y Abegondo tenía que buscarse la vida yendo a un par de kilómetros, a Mesón do Vento. Las referencias en Facebook de esa flamante instalación son simplemente magníficas.
Hay también garbanzos negros entre la población. Se lamentaba Antonio Leira, el concejal responsable del Camino Inglés en el municipio de Oroso, y los hechos confirman que tiene razón, que poco antes de la llegada a la zona industrial se está construyendo una senda, y un tramo muy peligroso por el que discurre, sin visibilidad, se ha señalizado en un solo sentido. «Pensamos, sobre todo, na seguridade do peregrino, pero se logo vai a xente e non fai caso do sinal non avanzamos nada. ¿Haberá que poñer a un policía a carón do sinal?», se pregunta.
Melchor Fernández, profesor de la USC e investigador de los aspectos económicos del Camino, reconoce que la pandemia «ha limitado la generación de rentas en un gran número de pequeñas localidades», incluidas, claro, las del Inglés. «En ellas, gran parte de la actividad económica gira en torno a satisfacer las demandas de los peregrinos», añade.
«No hemos encontrado peregrinos extranjeros, con una sola excepción», reconocieron Ana y
Marcela, del grupo de voluntarios que durante julio acuden diariamente al Inglés a comprobar que no surgen puntos negros y a facilitar apoyo a los peregrinos. Y esa excepción las dejó asombradas: un matrimonio procedente de Bulgaria. Mientras, el Camino Inglés espera la avalancha anual, que, España aparte, no procede de Gran Bretaña, sino de Italia. Lo cual no deja de ser curioso.
A esa carencia se le empieza a poner fin de la mano de la Asociación de Concellos do Camiño Inglés, que preside Manuel Mirás y que cuenta con el respaldo de la Diputación. «Xa estamos traballando niso cunha serie de accións no Reino Unido que a pandemia cortou pero que retomaremos en outubro se non hai novidade», dijo. Además, están trabajando para traer en octubre prescriptores de opinión procedentes de Inglaterra.