La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
Chapuzones veraniegos desde 1975 en Negreira
Esta temporada la principal novedad es el acceso mediante un código QR
[E. FORJÁN] «Hoxe está a auga moi boa, pódeste bañar a gusto». Es la amable recibimiento con el que nos recibe José Manuel Gómez, que junto a Julio Guardado, son los responsables que atienden la piscina municipal al aire libre de Negreira, además de los socorristas. Fue la primera que se construyó cuando todavía no existían en ningún municipio de la zona, allá por el año 1975 tal y como reza en la fuente próxima. No es extraño que los que hoy superan los cincuenta recuerden con nostalgia aquellos veranos bañándose en el vaso de 25 metros de largo por 12 de ancho, que tenía la particularidad de contar con una zona más profunda para los experimentados y arriesgados, así como un doble trampolín donde los planchazos de los más osados era de lo más comentado por quienes abarrotaban el vaso principal y su amplia zona verde. También hay un vaso infantil de ocho por cuatro metros, vestuarios, servicios y mesas de piedra con bancos.
La piscina de Negreira atraía a finales de los setenta y durante los ochenta a vecinos de Ames, Brión, A Baña o Santa Comba. Era una instalación única por sus características hasta que la mayor parte de ayuntamientos se dotaron de su propia piscina para el verano, pero hay quien aún hoy en día prefiere acercarse a la piscina de su infancia con sus vástagos desde municipios limítrofes, aunque ya no están ni los trampolines, ni tampoco la zona más profunda. Varias han sido las remodelaciones de calado, a lo largo de las últimas tres décadas principalmente, pero la piscina negreiresa sigue conservando su esencia de entonces, de pandillas de jóvenes buscando el refresco en las tardes de más calor del verano, y de madres y padres que enseñan a sus hijos a darse sus primeros chapuzones en el vaso más pequeño.
Esta temporada, la segunda de pandemia, la principal novedad es el acceso mediante código QR desarrollado por la firma local Debullar para los abonados. El bono familiar cuesta 30 euros y se han tramitado 71 abonos, mientras que el individual de temporada cuesta veinte y son una docena los expedidos. Como curiosidad, solo existe un abono de familia numerosa, que cuesta cuarenta euros. En total, son 350 abonados y una capacidad máxima de trescientas personas.