La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
La maquía de Marzoa, una joya etnográfica
José Manuel Presedo mantiene en perfecto funcionamiento la maquinaria que mueve el río Samo
[CRISTÓBAL RAMÍREZ] El calendario marcaba 1956 cuando el abuelo de José Manuel Presedo Mira se hacía cargo de la maquía de Marzoa (parroquia de Oroso), que todo apunta que estaba más o menos terminada pero no a pleno funcionamiento. «Nunca deu para vivir —rememora su nieto—, era un complemento de outras actividades». Pero por allí pasaba todo el mundo que quería moler su trigo.
Y la maquía sigue en funcionamiento. O para ser más exactos, la maquinaria continúa funcionando, porque ahí no hay negocio alguno sino el interés personal de José Manuel Presedo en conservar lo que con el tiempo ha pasado a ser una auténtica joya etnográfica.
Y al hombre se le iluminan los ojos al explicar todo el proceso: «Ese río que pasa por aí é o Samo, e xa naqueles tempos fixeron esta canle para traer a auga á maquía». Algo que sería normal porque ocurre en la gran mayoría de los molinos de Galicia, pero que aquí tiene un componente que raya lo insólito: ese canal mide nada menos que un kilómetro, «e desviamos a corrente e limpámolo de vez en cando, aínda o fixemos hai un par de meses».
Así que el hombre abre el paso del agua y el artilugio empieza a funcionar con ritmo, con un ruido armonioso, y el trigo se convierte en harina que según donde vaya cayendo así es su calidad. La primera se ha convertido en la más apreciada, la mejor; el salvado sale al final de todo, con la «milla» en el medio. Palabra esa, milla, que no figura con ese significado ni en el diccionario español ni en el gallego.
Un canal de un kilómetro de longitud lleva el agua del río Samo hasta la maquía