Un comercio multimarca que fue sastrería en Arzúa

Javier Lage es la segunda generación de un tradicional comercio de referencia

[NATALIA NOGUEROL] Antonio Lage se fue a trabajar de joven a las carreteras con una idea clara: reunir el dinero necesario para comprar una máquina de coser. «No momento en que tivo os cartos, deixouno», cuenta su hijo Javier, que lleva un cuarto de siglo al frente del comercio que, hace unos setenta años, abrió su padre en Arzúa como una sastrería. Con 90 años, a Antonio, que llegó a emplear a catorce personas, todavía se le puede ver por el comercio familiar, que evolucionó hasta convertirse en una tienda multimarca con textil para clientela de todos los géneros y edades. «Xastres e costureiras quedan poucos», apunta Javier Lage para explicar que cuando él, psicólogo de formación, se hizo cargo del negocio por jubilación de su padre fue cuando en Lage Moda —así se llama el comercio— empezaron a ofrecer conocidas primeras marcas. La idea, cuenta, era que «a xente non tivera que desprazarse a compralas fóra». Fue una apuesta personal ante el convencimiento de que «os que herdamos un negocio temos a vantaxe de ter a clientela feita, e o nome, pero hai que mantelos».

Y así lo hizo Javier Lage, que ahora es quien custodia el prestigio del negocio familiar, haciendo frente a la amenaza que para el comercio de proximidad supone Internet —«machácamos, non temos a infraestrutura que teñen os grandes», cuenta— echando mano de los recursos propios del comercio tradicional: «a familiaridade, o trato diferencial cos clientes, que aínda agradecen poder levar a roupa á casa para probar, e o arranxo das prendas sen custo», apunta. Este comerciante de Arzúa, con un espacioso local de dos plantas en la calle Luis Seoane, desmiente, por otro lado, que comprar en las grandes superficies suponga un ahorro. Al respecto, Javier Lage afirma que «pódese competir doutra maneira», cuando, como es el caso, se cuenta con un local propio, y, además, se trabaja directamente con las marcas, sin intermediarios. Para acceder a las firmas más codiciadas «hai que ter un poder de compra grande», cuenta para concluir que «tes prezo, pero hai que facer unha inversión».

En Lage Moda —con clientes de toda la comarca de Arzúa, de otros municipios del entorno, y hasta de Santiago— se asomaron ya a la ventana publicitaria que supone tener presencia en la red social Facebook. «E funcionar, funciona», cuenta Javier Lage, que admite tendría que explotar más la venta por los tecnológicos canales de comercialización.

«Quen herdamos un negocio temos a clientela e o nome, pero hai que mantelos»

[SANDRA ALONSO] Javier Lage, a la derecha, con su padre, Antonio