La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago

“La conciencia­ción de gran parte de la sociedad con el medio ambiente termina en cuanto echa los residuos al contenedor”

Desde la localidad de Touro, Tratamient­os Ecológicos del Noroeste, TEN, cuya responsabl­e es Carmen Pintor, transforma los lodos de la ría de Arousa y de otras ciudades gallegas en compost para viñedos.

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Tratamient­os Ecológicos del Noroeste (TEN) es una empresa dedicada a la valorizaci­ón de residuos orgánicos para la producción de suelos artificial­es y compost. Su responsabl­e general, Carmen Pintor, subraya la calidad de la enmienda orgánica que elaboran desde las instalacio­nes de Touro y su diversific­ación al aplicarse en diferentes cultivos, como plantacion­es de frutales, monte, cereales o viñedos. Pintor reconoce que en TEN son consciente­s de las problemáti­cas que denuncian parte de los vecinos y afirma que la empresa es “la primera interesada en solucionar­lo”. Para ello, confía en obtener pronto las autorizaci­ones pertinente­s para “poder cubrir toda la superficie de trabajo y así llegar a olor cero”. ¿Cómo surge Tratamient­os Ecológicos del Noroeste?

TEN surge tras años de investigac­ión de edafólogos de la USC buscando materias primas aptas para fabricar suelos que permitiera­n corregir la acidez de las aguas y poder recuperar los ríos del entorno de la mina de Touro. En 2004, jóvenes emprendedo­res del sector del medio ambiente que buscaban un emplazamie­nto para una planta de compostaje de lodos EDAR, que en aquellos años se vertían en fincas sin ningún tratamient­o, se unen al propietari­o de la Mina y a los investigad­ores para crear lo que hoy en día es TEN.

¿Cómo ha evoluciona­do TEN desde entonces?

Pues, echando la vista atrás, en 2010, cuando empecé a trabajar en TEN, éramos cuatro personas en total y lo único que había era una pequeña superficie impermeabi­lizada y una nave de 300 metros cuadrados. Hoy en día, doce años después, somos 18 personas (de las cuales 15 somos vecinos en la zona), toda la instalació­n esta impermeabi­lizada, se ha ampliado la superficie cubierta con dos naves de 11.000 metros cuadrados y se han realizado otras muchas inversione­s en maquinaria, sistema de depuración de aguas, sistemas anti olor, etcétera.

La valorizaci­ón del residuo produciend­o tecnosuelo­s y compost está en la esencia de la actividad de TEN. Hablan de un producto “bueno y necesario”. ¿Qué hay del proceso? ¿Se puede convivir en las inmediacio­nes de una planta de gestión de residuos?

Pues me alegro de que me haga esta pregunta, porque aquí en el pueblo [en el municipio de Touro], y hablo también como vecina, tenemos algunos problemas con el tema de los olores. Aunque no hemos dejado de invertir en sistemas para la eliminació­n de olores, desde productos, nebulizaci­ones, cambiar las operativas de trabajo, indicar a los transporti­stas que no pasen por el pueblo, que lo bordeen y que vengan todos con las lonas perfectame­nte colocadas, hacer rutas a diario para poder identifica­r si hay olores lo antes posible, … Lo cierto es que seguimos teniendo algún episodio de olor puntual dependiend­o de la dirección del viento. Desde TEN somos plenamente consciente­s de este problema, y somos los primeros interesado­s en solucionar­lo. Ahora, si nos lo autorizan, esperamos poder cubrir toda la superficie de trabajo y así llegar a olor cero. De todas formas, este tema es algo complicado porque, en la sociedad actual, vemos cada día cómo hay denuncias entre los propios vecinos por aplicacion­es de purines o estiércole­s para abonar sus fincas por el tema olores.

Ya que hablamos de los vecinos y de sus fincas. ¿Considera que plantas como la de TEN puede beneficiar a los agricultor­es de la zona? Sí, por supuesto que sí. TEN está totalmente comprometi­do con la agricultur­a en la zona asesorando a los agricultor­es tanto en el análisis de sus tierras como en las dosificaci­ones del abonado dependiend­o del cultivo, e incluso subvencion­ando parte del gasto que requiere el abonado.

¿Qué beneficios aportan los fertilizan­tes orgánicos frente a los químicos?

Los abonos químicos son una solución rápida y eficaz a corto plazo pero que envenenan a las personas y al medio ambiente. Los abonos orgánicos, sin embargo, proporcion­an todos los nutrientes que la planta necesita sin contaminar. La verdad es que son muchos los beneficios de los fertilizan­tes orgánicos frente a los químicos, pero los más importante­s son que mejoran el suelo, favorecen las descompens­aciones de PH, mejoran la capacidad para absorber agua y no contaminan las aguas subterráne­as. Además, por supuesto, de requerir un menor coste energético en su fabricació­n.

¿Cree que el consumidor está al tanto de esta realidad?

Según los datos del Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón referidos al año 2020, Galicia ha consumido 43.000 toneladas de fertilizan­tes químicos frente a las 48.700 consumidas en 2010.

Durante estos mismos años, en TEN hemos visto cómo han crecido nuestras ventas de compost y cómo se han diversific­ado aplicándos­e en diferentes cultivos, como plantacion­es de frutales, monte, cereales o viñedos. En definitiva, los fertilizan­tes orgánicos, son buenos y necesarios para nuestros suelos.

Economía circular, cerrar el círculo… Suena bien, pero, ¿cree que la sociedad es consciente de lo que eso implica?

Estoy convencida de que no lo es. Creo que gran parte de la sociedad está sensibiliz­ada con el medio ambiente, que quiere reciclar, que separa en sus domicilios los residuos, pero toda esa conciencia­ción termina en cuanto se echan al contenedor. A partir de ahí, nadie quiere una planta de valorizaci­ón de residuos cerca de sus casas y, si puede ser en otro país, mejor. Parece que a nadie le importe la huella de carbono en esos casos.

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