La Voz de Galicia (Santiago) - El Comarcal Santiago
«los extranjeros tienen mucho más adaptado el yoga a su rutina»
Carmen Gómez imparte sesiones de la disciplina oriental en un cruce jacobeo
[natalia noguerol] Cuando su amiga Raquel le comentó que el bajo comercial al lado del museo esperaba nuevo inquilino, Carmen no se lo pensó dos veces. «Tiene que ser aquí; se encuentra en uno de los lugares más mágicos de Melide», recuerda que dijo, luego de «mucho tiempo» buscando locales, sin que ninguno, por las condiciones o por la ubicación, le acabase de convencer. Así abrió sus puertas, el pasado abril, en la plaza del Convento, en Melide, La Salita, como así se llama el negocio con el que Carmen Gómez satisfizo su interés por impartir en su localidad natal yoga, la disciplina oriental para la que se formó durante dos años en Santiago, donde también ejerció como instructora.
Con el local ya acondicionado y abierto, esta melidense no tardó en percatarse de que el espacio público que observa desde su trabajo es lugar de tránsito de peregrinos. La temporada alta en el Camino de Santiago estaba en marcha, y dos rutas, la francesa y la primitiva, se cruzan en la plaza del Convento, también visita obligada en Melide, como conjunto monumental de referencia que es. No lo dejó pasar por alto Carmen, que pudo materializar una idea que le empezó a rondar por la cabeza cuando impartía yoga en los salones, entonces sin actividad debido a la pandemia, de un hotel de la localidad, el Carlos 96. «Tenía hospedados muchos peregrinos, y creo que hay que ofrecerles una alternativa de ocio. No se trata de explotar el Camino, pero la manera de hacerlo cambió completamente. La gente —explica— viene a disfrutarlo, y hay que ofrecerles nuevas propuestas, sobre todo en invierno; en verano hay más actividades». Y en esa postura encontraron encaje las clases de yoga para peregrinos. Faltó tiempo para que la iniciativa fructificase en el hotel, pero Carmen Gómez le dio una oportunidad en su propio centro, y, luego de publicitarla por los albergues, la acogida es del todo satisfactoria. «Estoy teniendo bastante peregrino; sobre todo, extranjeros, que tienen mucho más adaptado el yoga a su rutina», afirma la instructora, que imparte sesiones restaurativas, al ser las que más se adaptan a las necesidades derivadas del propio peregrinaje. «Después de hacer largas caminatas, es muy agradecido para el cuerpo relajar musculatura y articulaciones», explica Carmen, testigo de «peregrinos que practican yoga más dinámico, y agradecen el momento de reposo y tranquilidad que le proporciona el yoga restaurativo, con el que descansa muchísimo el cuerpo, además de ayudarles a afrontar el último tramo del Camino». Aunque se combina con sesiones más dinámicas, esa modalidad de yoga es la preferente en La Salita, al ser, además, la que «demanda y necesita la gente», apunta Carmen, que trabaja ya en el diseño de horarios ampliados a partir de septiembre para dar respuesta a la «muy buena acogida» de sus clases.