«Un club de lectura ayuda a una selección de libros mejor»

Licenciado en letras hispánicas, coordina en Arzúa y Melide sendos grupos de lectores a los que descubre obras «menos vendidas que son auténticas joyas»

Abote pronto, José Manuel Pampín Villar no podría decantarse por un único libro si tuviera que elegir entre los cientos que leyó en su vida —depende de la extensión, pero puede devorar hasta dos por semana—. Pero sí nombra a escritores como Leonardo Padura y Luis Landero este amigo íntimo de la literatura reflexiva, que, según dice, no siempre llega de autores conocidos por el gran público, y sí de otros países y culturas también. Su visión literaria la traslada altruistamente a los clubes de lectura que Melide y Arzúa integraron en sus escuelas deportivas y culturales. —¿Qué perfil tienen, por su experiencia, los miembros de los clubes de lectura? [N. Noguerol]

—En Arzúa, los que conozco tienen un nivel interesante de lectura. Lo que sí me sorprendió gratamente fue el grupo de Melide, que tiene un nivel muy alto de lectura. Siempre se espera que haya alguien que no se adapte a lo que es un club de lectura, o que se le hagan pesadas las lecturas, y, sin embargo, todos mostraron un interés e implicación sorprendentes.

—Y un buen lector, ¿a qué patrón responde?

—Una de las cosas que la gente siempre dice de su experiencia en los clubes de lectura es que ha leído obras que, si no hubiese ido a un club de lectura, nunca leería. Y eso es lo que intento: darles a conocer literatura de países y de culturas diferentes, y autores que no conocen. Buscamos una literatura que haga reflexionar,

«el tipo de lectura que se recomienda acaba llegando, al final, a más gente»

pensar; no solemos leer literatura, también respetable, más comercial, y de la que uno puede ser un muy buen lector. —¿Hay buenos lectores en Arzúa y en Melide?

—Sí, y creo que muchos más de los que vienen a los clubes de lectura. Hay gente a la que le gustaría venir, pero no puede por cuestión de horarios, por miedo a expresarse en público..., pero que están interesados en las lecturas que hacemos. En Melide, la obra que más gustó es la que considero más profunda, y difícil de analizar y comentar, lo que me hace ver que tienen un evidente nivel de captación de los conceptos de un club de lectura muy importante. —¿Contribuyen los clubes de lectura a incrementar el porcentaje de lectores?

—Sí contribuyen. Muchas veces la gente no sabe qué leer. Hoy en día se publica muchísimo, y es mucho más difícil seleccionar un libro. Además de aprender a profundizar en un libro, a conocer muchos más autores y literaturas de diferentes países, una de las grandes ventajas que tiene un club de lectura es que ayuda a realizar una mejor selección. Siempre se hacen recomendaciones literarias de obras, a veces obras menos vendidas y conocidas, pero que son auténticas joyas que luego se comentan y recomiendan. Y, al final, ese tipo de lectura llega a más gente.

—Y a quien ya tiene el hábito de leer. ¿Qué le aporta un club de lectura?

—Lo resumiría en una frase: cuando empiezas a leer un libro entras de una manera, y cuando lo terminas, sales de otra. Es un poco metafórico, pero es algo que los grandes lectores valoran positivamente. La literatura es también terapia; en situaciones complicadas, es un bálsamo. El dar con el libro adecuado puede ayudar a superar un estado depresivo, a cambiar el estado de ánimo, o a ver la vida de otra manera.

[MARCOS MíGUEZ] José Manuel Pampín es natural de Arzúa, pero reside desde hace más de tres décadas en A Coruña, donde trabaja en una farmacia