«Para beber da fonte xa non hai cola, pero teño visto xente»

[natalia nogUERol] Para Luis Alberto Mella, Fonte Santa es mucho más que uno de esos sitios «recónditos e senlleiros» de Arzúa. Cuenta que allí al lado nació su madre, de la que heredó todo lo que sabe sobre ese lugar de la parroquia de Brandeso, su devota—non ción por la naturaleza, y el despertar de una asociada vocación que cultivó como autodidacta. «Detrás dun dos muíños, hai a única roseira silvestre que se coñece en Arzúa», comenta este técnico en electrónica que se dedica profesionalmente a la jardinería. Se sitúa Mella en el enclave que reivindica en esta información: una «impresionante» carballeira centenaria a la sombra de la que también resisten una pequeña ermita, cuatro fuentes, y tres molinos.

Así es Fonte Santa, «un sitio máxico», envuelto por viejas leyendas y creencias populares. Sin creer en los milagros, pero consciente de su valor cultural, este arzuano cuenta la de beber, cada uno de los siete días de la luna de agosto, de la fuente de la que emanan «augas sulfurosas, con olor a ovo podre». Se le atribuyen propiedades curativas para problemas digestivos, heridas cutáneas, e, incluso, para levantar el ánimo. Mella guarda como recuerdo de la infancia «colas para beber da fonte; hoxe —cuen

hai, pero aínda teño visto xente». Al igual que, añade, «hai medio ano, dúas tellas da igrexa, do revés». Darles la vuelta es el ritual de las embarazadas para tener un bebé sano. De lo que a este experto en plantas no le cabe duda es de lo «boísima» que está el agua de la fuente del molino, con horno, que hay en el lugar. «É a que se utilizaba para cocer», cuenta Luis Mella, que recomienda iniciar en Fonte Santa la ruta de senderismo que lleva a la sí conocida Fervenza das Hortas.

[PACO RODRÍGUEZ] Luis Mella, en el lugar de Fonte Santa, que aúna patrimonio religioso, etnográfico y natural